Capítulo 20: Lo siento

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Ni siquiera perdí un segundo, no me paré ni un momento a ponerme las zapatillas o a ponerme algo sobre el pijama, no había tiempo para cosas tan mundanas. Antes de salir por la puerta de atrás cogí las llaves pasando por delante del salón a toda prisa.

— ¡Ash! ¿Pero qué pasa?— Me preguntó mi madre asustada.

— ¡Que Ethan se va a suicidar!— Salí corriendo, dándole un golpe con la pierna a la puerta de atrás como si fuera algún tipo de ninja.

No sabía dónde estaba y eso me ponía aún más de los nervios, solo esperaba no llegar demasiado tarde, esperaba no ver su cadáver tirado en el suelo del cuarto de baño o de su habitación, el estómago se me encogía de tan solo pensarlo y las lágrimas brotaban de mis ojos. Las calles estaban totalmente vacías, ni un solo transeúnte, tan solo de vez en cuando pasaba algún coche. Corrí por cinco calles, sin pararme a mirar a mi alrededor, solo tenía un objetivo en mente, llegar a casa de Ethan, la cual estaba muy lejos como para llegar en menos de cinco minutos aunque corriera lo más rápido que me permitieran mis piernas. Cuando al fin llegue juraría que estaba incluso más destartalada que la última vez que la ví. Golpeé lo más fuerte que pude la puerta, y deseé que no me hubiera equivocado de lugar.

— ¡Ethan! ¡Si estás ahí di algo por favor!— No había parado de llorar, pero en cuanto vi quien abría la puerta, la cara me cambió por completo.

— ¡¿Quién cojones eres niñato de mierda?! ¡¿Tu estas mal de la cabeza gilipollas?! ¡¿Qué horas son estas de despertar a la gente a golpes?!— Era el padre de Ethan, la rabia me invadió y no se como fui capaz de contener el golpe que desearía haberle dado hace años

— ¡No estoy como para mierdas ahora! ¡¿Dónde está tu hijo?!— No me andé con rodeos.

— ¿Quién eres? ¿Su putita?— El señor se rascó el trasero.

— ¡¿Dónde mierda está tu hijo?!— Le grité de nuevo.

— No lo he visto en dos días, pero si lo ves dile al hijo de puta que no vuelva, que no quiero maricones en mi casa.— Me apreté tanto los puños que no entendían como es que no me estaban sangrando.

— Mira cabrón de mierda con de cara polla, Ethan es mi mejor amigo, y con suerte mi futuro novio, y no voy a permitir que le vuelvas a hacer daño.— Grité, y por la pura rabia contenida desde hace años, le propine un puñetazo antes de salir corriendo. No podía perder más tiempo, aquel monstruo no se lo merecía.

Me empecé a desesperar mientras corría por las calles, ahora sí, prestando atención a mi alrededor, no pensaba parar de correr hasta encontrarlo, donde quisiera que estuviera iba a detenerlo antes de que cometiera un error. Pensé en todos los lugares en los que podría estar, quizá estuviera en el instituto, pero eso estaba demasiado lejos, debía de pensar en otro lugar que estuviera más cerca. Y entonces, me di cuenta de lo desorientado que estaba y lo bien que sabía donde me encontraba a la vez. Me tomé un momento para terminar de recordar el camino y después de recuperar el aliento volví a salir corriendo.

Cuando al fin llegué al lugar el sol estaba apareciendo en el horizonte, solo siendo interrumpido por la figura de alguien mirando más allá de él y allí, mientras el viento chocaba contra mi cara y solo se escuchaba el movimiento de la hierba, allí estaba Ethan. Aquella figura oscura y distante que solo se dedicaba a observar algo que nadie más podría comprender. Por un segundo me quedé paralizado, interiorizando aquella escena que en cualquier otro momento me habría parecido hermosa, cualquier escena que compartiera con él era hermosa, pero ahora mismo solo me provocaba un terrible miedo el cual no me costó identificar a pesar de nunca haberlo sentido, un sentimiento que solo unos meses antes había experimentado por primera vez cuando lo vi besando a Lidia, el pánico. Y aquel sentimiento solo se hizo mayor al ver como daba un paso hacia adelante.

Overcome Ourselves (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora