Capítulo 17: La graduación

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Pasó una semana, la semana más larga de toda mi vida, y llegó la noche de la graduación, sabía que aquella noche no podría evitar encontrarme con Ethan, después de todo, es un día para despedirse de todo el mundo, tanto de profesores como de compañeros de clase. Todavía faltaban dos horas hasta la ceremonia de graduación, sin embargo mi madre y yo ya estábamos buscando el antiguo traje de mi padre. Nunca había mirado entre su ropa, no después de que muriera, aunque yo era demasiado pequeño como para acordarme.

- ¡Aja!- Exclamó mi madre, sacando del armario antiguo el traje de graduación de mi padre. Por suerte mi padre parecía tener estilo, el traje no parecía una antigualla, era de color azul con botones dorados.- Tu padre estaba muy guapo en este traje, ¿Sabes?- Me dediqué a asentir, tenía la cabeza en las nubes, pensando en que iba a hacer sobre Ethan.- ¿Estás bien cariño?- Me preguntó mi madre, ella ya sabía lo que había pasado, por lo visto había entrado a mi habitación y había encontrado a Ethan abrazado a mi, quien le había confesado que me había visto llorando y que no le había contado que me pasaba, el resto de la situación se la conté yo poco después.

- No se que hacer sobre Ethan, se que debo de decirle la verdad, además no quiero que se sienta mal.- Me crucé de brazos.- Pero a la vez no quiero que me rechace.

- Ashton Moore.- Dijo con su voz de advertencia, aquella que solo usaba cuando me iba a regañar.- Sé que el amor duele, cuando perdí a tu padre fue lo más doloroso que sentí, y eso que te sacaron de mis entrañas por cesárea, por eso mismo debes de confesar la verdad, da igual lo mucho que sientas que vaya a doler ser rechazado, Ethan va ha estar a tu lado durante toda tu vida, porque te ha elegido a ti para ser su mejor amigo.- Mi madre dio uno de sus discursos, hacía años que no escuchaba uno de esos.

- Lo sé, pero él me gusta mucho mamá, no se si voy a poder ser solo su mejor amigo.

- Entonces eso significa que nunca lo has sido.- La miré confuso.- Siempre has sido su amigo, ahora mismo eres su amigo, puede que él te guste, pero eso no quita el hecho de que es tu amigo y de que lo estás haciendo sentir mal, ¿Verdad?

- Si...

- Entonces, ponte tu traje, gradúate y confiésale la verdad.

- Tienes razón mamá, ¡Toda la razón! ¡Eso voy ha hacer!- Le quité el traje de las manos a mi madre y me fui al cuarto de baño.- ¡Me voy a declarar!

Me metí al cuarto de baño y me puse el traje sin complicaciones, era justo de mi tamaño. Me miré al espejo antes de salir y bajé las escaleras hasta el salón, donde me esperaba ella, quién también se había vestido para la ocasión con un vestido del mismo color que mi traje. Cuando me vio se le saltaron las lágrimas, fue corriendo a abrazarme, o más bien a asfixiarme en abrazos y besos.

- Mi niño como has crecido.- Me dio otro beso en la cara.- Siempre serás mi bebé de mofletitos rosas da igual cuanto crezcas.- Me pellizcó la mejillas y no pude evitar sonrojarme por la vergüenza.

- Mamá... Vamos a llegar tarde, vámonos.

- Toda la razón, ¡Al coche!

Llegamos por los pelos y casi no nos dejan entrar al salón. Tomé asiento en la silla que tenía mi nombre puesto y pronto empezó el discurso de los profesores, más de un alumno se emocionó y empezó a llorar, lo mismo hizo más de un profesor, no lo entendía la verdad. Todos se quejaban los unos de los otros en todo momento. El discurso terminó y fuimos llamados de uno en uno al escenario para recoger nuestro diploma. Cuando escuché el nombre de Ethan Collins mi mirada fue directamente al escenario, llevaba una chaqueta blanca con un jersey de cuello alto negro y unos pantalones del mismo color, al parecer se había cortado el pelo y fingía una sonrisa muy lograda, aunque como siempre, a mi no me engañaba. Juro que pude ver cómo al bajarse del escenario se caía la fachada tan lograda que había conseguido y volvía a aquella mueca melancólica y triste de la cual yo debía de ser el culpable.

Al fin llamaron mi nombre, ni siquiera me paré a sonreír en el escenario, odiaba ser el centro de atención y la verdad es que odiaba incluso más a los maestros, los cuales todos tenían sus ojos sobre mí, casi como si fueran animales salvajes acechando a su presa. Recuerdo resistir la tentación de sacarles el dedo de en medio mientras me bajaba del escenario. Tras entregar todos los diplomas, la directora terminó de dar un último discurso antes de dejarnos ir. Muchos de mis compañeros se fueron de fiesta a emborracharse, otros se fueron a sus casas, otros a fiestas de pijamas, mientras tanto, mi madre me dijo que iba a dar una vuelta con otros padres y que si iba a casa que no la esperara despierta. Ya no estaba tan seguro de quién era el adolescente, si yo con los dieciseis sin cumplir caminando sin rumbo en mitad de la noche de mi graduación o ella, con los cuarenta recién cumplidos y saliendo de fiesta hasta tarde.

Salí del salón de la graduación, algo aturdido por toda aquella situación que me ponía de los nervios. Acababa de terminar la educación obligatoria, pero aun así todavía me sentía como un niño ¿Se suponía que ahora debía de saber que hacer con mi futuro? ¿Era ahora cuando debía decidir que iba a estudiar y a que me iba a dedicar durante el resto de mi vida? El pánico me desbordaba y olvidé completamente lo que debía de hacer aquella noche hasta que escuché una voz detrás de mí.

- Oye, Ash.- Lo escuché decir.

Overcome Ourselves (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora