ANTIHÉROE ⋮ MIGUEL O'HARA

Capítulo 10

Perdón por el retraso. Prometo seguir con habitualidad. Ya saben que me ayudan mucho votando.

Misofobia:consiste en el miedo intenso a las bacterias, suciedad, gérmenes o virus.

Capítulo diez: Tu piel desnuda

Cualquier erudito de filosofía sabría identificar en un instante que filósofos favoritos tiene Ausen. Maquiavelo, Nietzsche. El hombre del renacimiento con sus frases atribuidas: "El fin justifica los medios", "El odio se gana tanto por las buenas obras como por las malas". El alemán con su polémica frase: "Si matas a una cucaracha eres un héroe. Si matas a una mariposa eres malo. La moral tiene criterios estéticos".

Eso decían en las noticias expertos en filosofía. El medio millón de raiting estaría durmiendo de no ser, porque al finalizar el programa, el héroe favorito de nueve de cada diez neoyorquinos estaría en televisión abierta y en vivo. Todos esperarían la charla de tres ancianos en una mesa redonda solo para ver a Spiderman en un evento de Alchemax.

—El punto de partida, el detonante, es que Ausen quiere algo utópico… —Zack apagó la pantalla de su coche.
Antes de que escuchara a su novia reclamar, se apresuró a excusarse.
—Las voces de esos ancianos me dan sueño. No puedo más con este tráfico de mierda.

Su claxon y el de otros diez más pitaron impacientes por llegar al destino.

—Estás tan enfocado en llegar a una velada que ni siquiera es tuya —replicó la azabache en el asiento copiloto, observando la ciudad bajo la noche, pensando en un hombre.

—Me alegro por ti, pero parece que tú no ves eso —dijo con manos en el volante —. Te has vuelto amargada, antes no eras así, Amatista.

—¿Sí? —alzó una ceja. —¿Entonces cómo era antes, Jones?

—Olvídalo —puso punto final ante la voz enojada —. No pienso discutir contigo ésta noche. Mi hermana estará allí y no quiero que nos vea así.

El semáforo se colocó en luz verde. El automóvil de Jones comenzó a andar para llegar al destino; un salón de primera, el más prestigioso de Nueva York y que solo pueden rentarlo aquellos capaz de poseer un monopolio. No cualquiera.

En el lugar ya se encontraban periodistas para cubrir la velada. Empresarios amigos del CEO de Alchemax, personas allegadas al alcalde, y gente dentro del gabinete del gobierno fueron invitados a la celebración por la apertura del nuevo departamento de humanidades.

A lo lejos, la pareja de novios captaron la ola de gente protestando en la acera. Había gente con carteles señalando repudio y rechazo a Ausen, y gente al otro costado apoyando a la justiciera. Se necesitó de policías para calmar los disturbios y O'Hara fue precavido al mandar seguridad que respaldasen a los protagonistas de esta noche.

Un hombre flacucho se llevó el carro mientras que el fornido los acompaño a la entrada, que fue todo un desafío. Los medios de comunicación ya conocían el rostro de: "la investigadora que, para bien o para mal, brindará sus conocimientos para hallar a Ausen". Amada por unos, odiaba por otros.
De inmediato los reporteros se empujaron para obtener algunas declaraciones de primera sin éxito.

Dentro del salón todo fue más pacífico. Gracias al hombre musculoso nadie pudo tocar ni un pelo a Amatista. Llegó intacta.

—Amatista —saludó el español, pasando una mano a su cintura y tocando la tela de su vestido rojo, le besó en la mejilla —. Llegas tarde.

Amatista se vio obligada a alejarse para no arruinar sus rizos.

—Tráfico.

—Hey —su novio salió a la defensiva —. Estoy aquí, hombre.