Jaz
A medida que los días iban pasando nuestra relación se volvía más sólida y unida que nunca.
Ya había recuperado mi memoria en su totalidad y, luego de aquella noche en el hospital todo había comenzado a ser como ántes, lo cual me hacía muy feliz. No deseaba otra cosa más que vivir el día a día con mi esposa Nahir.
—No me mires así que me sonrojo!— le dije tapando mi rostro, dejando de bailar
En el momento que sentí sus manos sobre mi cintura, alejé mis manos de mi rostro y la descubrí mirándome con ternura total.
Tenia que hablar alto ya que la música fuerte no nos dejaba escucharnos hablar; habíamos salido a bailar.
Ella usaba un hermoso y sexy vestido morado brilloso de espalda descubierta y escote en V a tiritas, junto con unos zapatos negros. Yo usaba el mismo modelo solo que era de color plateado.
Ambas disfrutábamos de la noche saliendo a bailar, ya que hace tiempo que no lo hacíamos y era una bonita forma de pasar tiempo juntas.
— Me encantas cuando te sonrojas — admitió serca de mis labios, lo cual no pude evitar morderme el labio con ganas de besarla — Y más si es cuando te hago mía — me susurra al oído, provocando que me estremezca y mis piernas tiemblen
La agarre del cuello y luego de plantar un casto beso en sus labios me puse de espaldas y comencé a bailarle de forma sensual con el movimiento de mis caderas y mis manos
Ella se pega más a mí agarrandome de la cintura comenzando a dejar besos húmedos en mi cuello, haciendo que mi interior vibre de deseo y placer por su tacto.
Así estuvimos un buen rato, hasta que la tensión y el deseo nos obligó a marcharnos del baile y nos llevó hasta el asiento trasero de nuestro auto.
Yo sentada en medio del asiento trasero y ella sobre mis piernas, comenzamos a besarnos apasionadamente mientras mis manos recorrían parte de su espalda desnuda que emanaba calor puro hasta que baje a su trasero y luego de apretarlo para atraerla más a mí, comencé a acariciar sus muslos a la vez que iba subiendo su vestido hasta la cadera.
— ¿Acaso quieres que nos vean?— me susurro al oído con una sonrisa juguetona
— No pueden vernos, cariño — le asegure ya que nos vidrios eran negros
— Pero sí escucharnos..— respondió dejando besos húmedos en mi cuello, provocando que el cosquilleo en mi bajo abdomen crezca
— Entonces que nos escuchen— dije para después deborar sus labios rojizos que comenzaban a hincharse
Sus dulces y sexys gemidos no tardaron en aparecer al momento que comencé a jugar con su clit de manera torturosa y, a medida que aumento de intensidad sus uñas se clavan más fuertes en mi espalda creando una ola de placer en mí interior y su respiración se vuelve pesada.
Estuve así un rato, hasta que supe que no lo soportaba más así que introduje dos dedos en su húmeda entrada provocando que su espalda se arquee de placer
Era tan excitante y satisfactorio verla gemir y disfrutar de mi atención que no quise parar nunca.
— te gusta así, cariño?— le susurre al oído al mismo tiempo que introduje el tercer dedo y comencé a bombearla rápidamente
— Mm.. me encanta— respondió ahogando un gruñido, meneando su cadera y echando su cabeza hacia atrás
Iba dejando suaves mordiscos en su cuello a medida que aumento mis movimientos y, en cuanto la siento tensarse, no pasó mucho hasta que llego al clímax.
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•La hermana de mi mejor amigo• #2 [lgbt] ✔
Historia CortaSegunda parte de •La mejor amiga de mi hermano• ♡ Espero les guste y disfruten! Bye♡