Como el agua del mar soy salado,
dulce como el néctar de una flor,
y en el fondo yo estoy desesperado
pues no encuentro mi gozo en el amor.
Como la pureza impecable soy del río,
tan sensible como una dulce flor de luz,
y en la noche oscura yo muero de frío
pues no encuentro el amor de mi juventud.
Cuando quiero no sé por dónde buscar,
pierdo la esperanza de encontrar el amor...
soy tan salado como el agua del mar,
¡la noche fría se ha robado mi calor!