En ocasiones siento
el frío de tu ausencia
ahogando mi esperanza,
y tu recuerdo
como único consuelo
disipa mis angustias.
Los días, aburridos,
y las noches cansadas.
Te sueño cómo aquel día
expresabas con tristeza
el tener que abandonarme.
Cómo pasa el tiempo...
y yo te sigo esperando,
soñando cada mañana
que despiertas en mi cama.
Y si ya no puedo tenerte
como aquel día primero
que nos encontramos
junto a la ventana de tu cuarto,
vive, vive mientras puedas,
echa tus alas al viento
y procura ser feliz...