A la luz de la madrugada
me tocas las cuerdas del alma,
tu voz resuena en mi silencio
como lluvia sobre el tejado
que va tejiendo una esperanza
fortaleciendo mis sentires.
Sos la nieve que emana frío
y me guardas en tu calor;
quisiera sentirte muy cerca
o soñarte bajo mi almohada,
contemplarte casi desnuda
y no tocarte con mis manos.
Te me has metido por los ojos,
vives en mi Reino Interior
poblando todos los confines,
llenando todos los espacios,
y a la luz de la madrugada
me tocas las cuerdas del alma.