❝💎: III

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En el transcurso del recorrido del autobús hasta el centro comercial al que se dirigía, Minghao no dejo de pensar en la conversación que había tenido con Jun, ¿tan mal omega era?

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En el transcurso del recorrido del autobús hasta el centro comercial al que se dirigía, Minghao no dejo de pensar en la conversación que había tenido con Jun, ¿tan mal omega era?. Cuando era más pequeño y hasta hace unos meses atrás, su padre le decía que sería un buen omega; él tenía caderas anchas para tener cachorros y muslos gruesos, la cosa favorita de los alfas, pues ellos amaban a los omegas con carne donde agarrar o morder durante sus celos, ellos no querían un omega escuálido y sin chiste, y Minghao tenía todos eso. A veces pensaba que Jun era uno especial y no le gustaban de ese tipo, como él, aunque de ser así, no lo hubiese llamado para ayudarlo con su celo y tampoco sus muslos debieron haber quedado completamente magullados de tantas mordidas y apretones que les dio. Incluso aún creía tener marcas de ese día y fue poco más de cuatro meses.

¿Será que el alfa de Jun no sentía nada al atener a Minghao cerca? Porque Minghao sí sentía y mucho, hasta cuando no estaban cerca, su omega se retorcía en su pecho por ir en busca del alfa y verlo al menos un segundo. Cuando estaba cerca, su omega chillaba por la atención del alfa y no dejaba de hacerlo hasta que Jun lo mirase, aunque fuera de reojo. Al pelinegro siempre le parecío atractivo el más alto, lo veía por la escuela y pensaba que tenía una bonita sonrisa, porque sí, había logrado ver a Jun sonreír un par de veces con sus amigos. Nunca había sentido la necesidad de estar todo el tiempo a su lado o al menos, tener algo que oliera a él para calmar su sed. Él pensaba que se trataba del embarazo haciendo sus estragos, tal vez era el bebé necesitando prtección, más de la debida.

El autobús se detuvo justo fuera de la puerta del centro comercial y él al bajar, se dirigió hasta la sección de restaurantes donde se suponía que debía encontrarse con Wonwoo-omega, su mejor amigo. Era un chico delgado y de piel pálida, él no tenía muslos rellenos o caderas anchas como Minghao, pero a Mingyu parecía gustarle así, es por lo que Minghao solía pensar que quizás también Jun compartía sus gustos.

-Hola, Haohao, ¿Cómo has estado?- el chico ya se encontraba en una mesa, solo y comiendo algo de comida de china.

-Hola, Wonnie. Estoy algo cansado, ¿Y tú?.

-Estoy bien.- le tendió un tenedor de plástico a Minghao para que comieran juntos, siempre con una sonrisa bastante tonta en los labios. -Pensé que estarías hambriento.

Sí, mucho, en realidad. La manzana que había comido en la mañana no había sdo suficiente, su estómago rugía y ardía por ser llenado de lo que sea.

-Bastante.- confesó, picando un poco de pollo agridulce con las puntas del tenedor.

-Y... ¿Cómo es la vida con Jun? ¿Te trata bien? Mingyu dice que es algo brusco contigo.

¿Qué debía contestarle? ¿Debía decirle que Jun era un completo imbécil con él o que apenas y hablaban?

-Sí, lo es bastante.- replicó, ahora mandando un poco al demonio sus pensamientos. -Solo solemos hablar mucho, solo lo necesario.

Ven aquí, y ámame ☆ JunhaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora