A sus 19 años, Minghao debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o estar juntando dinero para su graduación de preparatoria. Pero no, a sus cortos -o largos- 19 inviernos, X...
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En los días siguientes Jun había comenzado a comportarse más tranquilo con MInghao. En algunas ocasiones, sin ser consciente, le había levantado la voz, pero siempre terminaba disculpándose inmediatamente, también en la escuela habían empezado a tomar su desayuno juntos, a vecces acompañados y otras completamente solos. El pelinegro le mantenía informado con todos los cambios y movimientos que sentía del bebé. A Jun le agradaba ver como el omega se veía más tranquilo por la manera en como estaba llevando las cosas, esperaba que todo siguiera así solo si eso le aseguraba que Minghao no pasaría malos momentos.
El alfa picó la fruta de su plato, llevándola a su boca, Minghao estaba frente a él, comiendo una hamburguesa, sabía que no era muy saludable, pero estaba permitiéndolo porque el omega parecía tener aquel antojo y era obvio cuando sus ojos brillaban cada que mordía la jugosa carne.
—Dios, está muy buena— limpió las orillas de sus labios con las servilletas que Jun le ofreció.
—No se me hace muy saludable— le dijo, haciendo una mueca extraña en dirección a su plato.
—No empieces, Jun— rodó los ojos.
Como por arte de magia, Mingyu, Wonwoo, Soonyoung y Hansol aparecieron, tomando asiento. Jun bufó, fastidiado, de hecho, ya se habían tardado.
—Mira lo que te traje Minghao— Hansol le entregó un pastelito de chocolate y el omega chilló emocionado.
—¡Muchas gracias! Quería comprar uno, pero con el dinero que me dio mamá no me alcanzó.— lo dejó sobre su bandeja, a un lado su desayuno.
—¿Por qué le das eso?— intervino Jun, frunciendo el entrecejo —Es mucho dulce para él.
—Shh.— su primo lo calló, metiendo una papa frita dentro de su boca —Deja que el niño disfrute.
Jun masticó con molestia.
—Bueno...— comentó Soonyoung, atreyendo la atención, mientras desenvolvía su sándwich —El baile se acerca.
—Es en tres semana.— concordó Minghao —¿Aún no tienes con quién ir?
—No, tú tampoco.
—Podemos ir juntos, si quieres.
—Por mí está bien.— el beta dijo, sin tomarle mucha importancia.
—No— se apresuró a decir Jun.
—¿Por qué?— Hansol preguntó, divertido —¿Por qué MInghao no puede ir con Soonyoung? Son amigos, no veo nada de malo.
—Porque Minghao irá conmigo.
—¿Qué?— replicó sorprendido el pelinegro —¿Desde cuándo es así? Porque no estaba enterado.— frunció sus cejas, cuidando que los lentes que llevaba aquel día no se deslizaran por su tabique.
