❝💎: XVI

175 17 0
                                    

Habían pasado toda la mañana en casa viendo un millón de películas, todas habían sido a elección del omega, y para el alfa todas fueron aburridas, pues trataban de amor y demás temas clichés, aún así lo soportó porque a Minghao parecían gustarle y...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Habían pasado toda la mañana en casa viendo un millón de películas, todas habían sido a elección del omega, y para el alfa todas fueron aburridas, pues trataban de amor y demás temas clichés, aún así lo soportó porque a Minghao parecían gustarle y solo cuando las veía no se quejaba todo el tiempo de los dolores que el embarazo estaba causándole. Ese día cumplía los ocho meses y su estómago parecía querer reventar; por la irían a casa de los padres del alfa al baby shower, Minghao agradecía al cielo ser un buen actor, pues hizo como si no supiera nada, incluso lloró un poco para hacerlo más real.

Jun introdujo una mano dentro de la camisa de Minghao, él estaba sobre su pecho, disfrutando el calor y la película, acarició su vientre,sintiendo de paso las pataditas que el bebé daba, bajó su mano, sintinedo a Minghao removerse incómodo. Fue subiendo, solo para sentir más a su bebé, pero Minghao lo detuvo.

—No lo hagas.

—¿Tocarte?

—Muy arriba.

—¿Por qué?— frunció el ceño —Siempre lo hago.

—Sí, pero ya no quiero que sigas haciéndolo.

—Tienes algo, dime ahora.

Minghao negó, pegándose más a Jun y cruzando sus brazos sobre su pecho, claramente cubriéndose.

—Vamos, Hao, sabes que puedes decirme.

—Es vergonzoso, déjame.

—¿Es por el embarzo?— Minghao asintió —Entonces no lo es realmente.

—Jun, te digo que me da vergüenza.

—Amor, va estar bien, dime.— acarició su cabello de forma suave en un intento de darle confianza.

—Yo...— volvió a dudarlo, antes de buscar de forma tímida los ojos del alfa, quién estaba sonriéndole en ese momento —Yo tengo protectores de lactancia por...— sus mejillas se tornaron rojizas obligándolo a esconder nuevamente su rostro —Tú sabes.

—No lo sé.

—¡Jun!— chilló, dándole un golpe en el brazo.

—De acuerdo.— rió divertido, dejando más caricias en los cabellos ajenos —¿Solo era eso?

—Sí, es horrible.

—Es tierno y hasta sexy.

—No lo es, estoy harto.— se quejó, acentuando un puchero —Tengo ocho mese y casi no puedo respirar.

—Tenemos la cesárea programada en un mes más, Hao.

—Estoy nervioso, no quiero que nada salga mal.

—No estás marcado...

En ese momento, Jun lo soltó, antes de tomar asiento en la cama para tirar de sus cabellos.

Ven aquí, y ámame ☆ JunhaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora