Han pasado años desde que deje el Congo, Jane y su padre me han ayudado a poder adaptarme a este mundo, pero a pesar del tiempo para mi sigue siendo extraño, no había vegetación las personas son crueles.
Nunca lo he dicho, pero extraño poder correr entre los árboles, lanzarme en lianas por la copa de los arboles esos recuerdos ahora me parecen tan lejanos, pero si había algo que deseaba más que nada era ver de nuevo a mi Pantera.
Cuando conocimos a los Porter, la curiosidad por su mundo nos sobre paso ambos, pero cuando ellos nos dijeron que podíamos venir con ellos a Londres ella se negó, no dejaría su hogar y a su familia por una familia que ella no conocía.
Yo deje mi hogar, mi familia y a mi compañera, ahora soy dueño de una inmensa fortuna, pero nada de eso vale si no la tengo a ella conmigo, Jane ha sido una buena amiga, pero ella jamás podría ocupar el lugar de mi Pantera en mi corazón.
Sin embargo, con los años trato de que ella viniera a Londres, pero nunca la encontraba y cuando lo hacia ella solo se marchaba, Jane dice que una tribu la ayudo a comunicarse como es debido cuando la ayudaron.
Aunque sabía que ella podía cuidarse sola, sabía que la selva era peligrosa y temía que un día llegara una carta del jefe informándome que ella había muerto, así que cuando esa invitación del Rey llego sabía que era una oportunidad para verla de nuevo.
Y buscar alguna manera que ella aceptara dejar el Congo y venir conmigo, pero ella no confiaba en Jane desde que vine con ella, si iba a buscarla debía ir solo hasta su territorio y tratar de hablar con ella.
Jane se negó a permanecer en Londres, de alguna manera la tribu también eran parte de su familia, pero sabía que si me adentraba en el territorio de las panteras ella no podría acompañarme, pero era terca estaba decidida a que ella y la que era mi compañera fueran amigas.
-- Jane, no puedes ir conmigo lo sabes -- dije una vez más cuando ella se paseaba por su cuarto buscando algo que pudiera gustarle a su futura amiga.
-- John, conozco el Congo tanto como tú -- dijo cuándo se toda su ropa estuvo en su cama,- - Puedo cuidarme sola --
-- Conoces las partes seguras de la aldea, pero no la selva es peligrosa -- dije tocando el puente de mi nariz, -- Tendrás suerte si las panteras te atacan primero que ella -- dije tratando de que entendiera.
Suspire con cansancio, ese temperamento era claro ejemplo que era hija del Señor Porter, cuando estaba por hablar de nuevo entendí que era inútil tratar de hablar con ella, así que regrese a mi habitación solo llevaría lo necesario que era una mochila.
Busque entre los cajones aquel collar de conchas que ese para ella cuando nos unimos como pareja, el día que deje el Congo el collar cayo a mis manos de la copa de los arboles donde la pude ver por última vez, antes de que se adentrara en la selva seguida de mi familia y la suya.
Sabía que no quería verme, pero yo deseaba a mi compañera a mi lado más que nada en el mundo, y aria lo que fuera por recuperarla.
-- Mi Pantera...no sabes cuánto te extraño - dije colocando el collar en mi cuello, -- Volveré a tu lado y tú al mío --
La selva del Congo recibía la noche con los cantos de los grillos y el brillo de las pequeñas luciérnagas al alzarse en el aire iluminando el cielo como pequeñas estrellas ente la vegetación.
Los animales se alistaban para descansar, los nocturnos abrían los ojos listos para recolectar comida, criar a sus cachorros, todo bajo los ojos gatunos de la mujer que velaba por ellos desde que su mayoría de edad se cumplió.
Con la agilidad de una Pantera corrió entre los árboles y se balanceo entre las lianas hasta que llego a la cabaña sobre los árboles en el territorio de su familia que con ayuda de los jóvenes de la tribu le ayudaron a construir.
Encontró encontrándose a los cachorros jugando con algunas ramas, sonrió agachándose cuando los cachorros corrieron hasta ella desde que las hembras estaban criando ella cuidaba a los cachorros más grandes y lo disfrutaba, le recordaba a ese cachorro que perdió poco después de que ese hombre se fuera.
Ronroneando como lo hacen las hembras a sus cachorros se acostó en el pequeño tapete que tenía como cama siendo seguida de los cachorros que sin dudarlo que acurrucaron con ella listos para dormir hasta el nuevo día de mañana.
Asegurándose de que sus cachorros estuvieran calientes y seguros fue como cerro los ojos, mañana debía ir a la tribu y dejar las plantas que las mujeres usaban para usar de medicina las había recolectado desde la mañana ya que estas se encontraban solo en el territorio de los Manganis y ella era la única que tenía permitido entrar.
Pero solo lo hacía cuando las mujeres necesitaban de ella, cuando la noche llego a su fin los leves rugidos de los cacorros la despertaron buscando alimento, una vez que sus ojos se abrieron en y se adaptaron a la claridad del sol se levantó estirando como toda Pantera aria.
Salió con los cachorros siguiéndola hasta que bajaron del árbol, las hembras que no estaban criando habían cazado unas gacelas y apartado partes de ellas para la joven que la ponía unos minutos al fuego como la tribu lo hacía.
Pasando el medio día, tomo el morral que una hizo con hojas y lianas donde se encontraban las plantas que llevaría a la aldea, despidiéndose de su familia y prometiendo volver pronto corrió entre los arboles hasta trepar con agilidad por los árboles, con las lianas se apoyaba cuando debía escalar más las copas y poder correr entre las gruesas ramas.
Al paso que iba llegaría antes del atardecer a la aldea y regresaría cuando la noche se presentará sin retrasos.
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Nuestro Salvaje Amor 🐾Tarzan x Lectora🐾
FanfictionLos animales y la selva se apiadaron de ellos cuando naufragaron en las costas siendo unos bebes y sus padres no pudieron seguir cuidando de ellos, el llego primero siendo criado y protegido por los gorilas más agresivos los Manganis. Ellos le enseñ...