No era común que se escuchara música a mitad de la noche. Y no era tampoco común que, al abrir sus ojos, no mirar de reojo el brazo fuerte del hombre con el que había estado viviendo durante los últimos cuatro meses y comenzado una relación más formal.
Süheyla sabía qué significaba. Durante los últimos dos meses, había vuelto, lo cual traía nervios en ella y causaba que intentara mantenerse calmada por el bebé, no por ella. Marc era maravilloso, un hombre trabajador y que siempre buscaba encontrar nuevas cosas con qué distraerse. Y Steven, bueno, era adorable, tan lindo y tierno que incluso los vecinos de aquel fraccionamiento simplemente pensaban en lo irreal que era el hombre, ya que parecía salido de un cuento de hadas. Caballeroso, atento y realmente embelesado de su novia.
Pero nadie sabía que, detrás de ello, aún estaba buscando el modo de mantenerse lista para lo que traería aquello. La llegada de un hombre que, con crueldad, tarareaba una canción en el primer piso de la casa, sentado en una silla con plástico a su alrededor, salpicando el material con el goteo recurrente de su herida en la mano. Sonríe diabólicamente, curveando una comisura, arrugando sus ojos, intentando poder terminar con el trabajo que tiene ahora mismo qué realizar.
—Por una cabeza, todas las locuras... —realiza una pausa, alargando la última sílaba, soltando una maliciosa risa mientras gruñe—. Su boca que besa borra la tristeza, calma la amargura...
Süheyla no tenía opción. Sigilosamente comienza a levantarse, encaminándose con los pies descalzos y la bata para dormir apenas cubriendo su cuerpo. Sus cortos cabellos alborotados, enmarañados como un nido de pájaros.
Su respiración es densa, lenta y totalmente controlada. No quería agitarse, no quería mostrar la ansiedad que él causaba en ella.
El hombre seguía tarareando, cantando gravemente la canción, en un siseo juguetón mientras permanecía a mitad de la sala de estar, gruñendo, buscando el modo de amortiguar el sangrado. Y en cuanto Süheyla se asomó, indecisa y vacilante, el moreno alzó la vista y encajó sus orbes marrones y oscuros contra la recién llegada.
—Pero si sos vos de nuevo, dulzura —sisea con ese tono coqueto, pero también malicioso—. Creí que te vería pronto, pero no tan rápido —suelta una risa ronca que le provocó una vibración en las cuerdas vocales. Süheyla se estremeció un poco—. ¿Ya me extrañabas?
—¿Qué diablos hiciste esta vez? —pregunta la morocha, a unos cuantos metros de distancia, abrazándose entre la oscuridad.
Lockley entonces ladea la cabeza, gruñe de nuevo mientras contrae en una mueca en su rostro al momento en que la aguja atraviesa su piel y vuelve a reír de ese modo que genera que ella se tense.
—Hice lo necesario —comenta en bajo y entonces ríe mientras se sigue cosiendo la herida en la pierna—. ¿Quieres ayudarme en algo, dulzura?
—Vete al carajo —sisea Süheyla y Jake sonríe torcidamente, mofándose de la forma en que ella intenta siempre estar a la defensiva debido a que sabía que le tenía miedo.
—Y yo que tanto te aprecio —finge un puchero y entonces gruñe al cortar con los dientes el hilo.
Süheyla entonces intenta encogerse, ocultar lo que es bastante notable y Jake entonces entrecierra los ojos, contempla lo que ella trataba de esconder y finalmente realiza un sonido de intriga.
—¿Pues qué sorpresilla tenés allí? —dice con ese acento marcado y remueve su lengua, deslizando por sus dientes frontales mientras admira a la mujer de los pies a la cabeza—. Lo tenías bien guardadito, ¿eh?
—Ni te me acerques o juro que grito —le amenaza y el moreno sólo ladea la cabeza, alzándose de la silla, dejando que sus pesadas botas suenen contra el plástico que había alrededor, teñido de su sangre que se había esparcido como gotas y salpicaduras sin patrones—. Te lo advierto, Lockley.
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𝐍𝐢𝐠𝐡𝐭 𝐂𝐥𝐨𝐚𝐤 [𝐌𝐨𝐨𝐧 𝐊𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭]
FanfikcePortada elaborada por @GhostPepper- "Hay caos dentro de ti" Süheyla creyó haber conocido a un hombre lindo, gentil y caballeroso. Sin embargo, los eventos que se presentaron lograron que por fin descubriera quién era él. No sólo se observó encadenad...