Lost In Your Melody (HIATUS)

XII. Lo eres todo para mí

7 de junio

Finalmente, habían transcurrido los días necesarios para que Víctor y Harry volvieran a encontrarse en el auditorio, esta vez tendrían el primer repaso oficial de su canción. En teoría, cada uno habría estudiado y repasado por su cuenta su parte individual, así que ahora deben dedicarse por completo a lo que sería el "trabajo en equipo".

Por esta ocasión coincidieron casi a la misma hora en el lugar, por lo que ninguno tuvo que esperar por el otro. Una buena señal.

- ¿Puedo marcar el tempo para empezar? - preguntó el pianista, quien había tomado asiento y observaba al pelicafé preparando su violín - Haré una pequeña señal, me es más fácil porque yo estoy en el piano, en cambio, si tú te encargas de eso tal vez podrías verte incomodado

Víctor no recibió respuesta alguna, lo que le hizo sentir que hablaba solo. "¿Qué está pasando aquí?". Repitió sus palabras en busca de una reacción, pero nada, Harry estaba inmerso en sus pensamientos mientras repetía el mismo movimiento al encerar su arco. El pelinegro mentiría si dijera que estaba preocupado, pero sí se sentía curioso por lo que sea que ocurriera con el más bajo. Lo había visto en la mañana en su primera clase y había estado igual de callado y distraído.

Decidido, Víctor se puso de pie y se acercó al violinista por la espalda - ¿Harry? ¿Me estás escuchando? - preguntó mientras le tocaba levemente el hombro con su mano, logrando llamar la atención del nombrado - ¿Algo te ha ocurrido? ¿Necesitas un momento? - "Wow, eso fue muy extraño", pensó en sus adentros después de decir aquello como si su habla se hubiera puesto en modo automático

- Estoy un poco cansado, es todo - Harry negó con la cabeza y se puso en posición para tocar. Tan distraído estaba que ni siquiera estaba consciente de que el mismísimo Víctor Marriott le acababa de preguntar sobre su bienestar - ¿Vas a marcar el tempo? No tengo problema con ello, solo dime cuando estés listo

- Okay... - un silencio incómodo surgió hasta que Víctor regresó a su asiento, de acuerdo al compás de 2/4 contó mentalmente y movió sus manos como lo haría un director en un concierto - un, dos... uno y ... - así dio inicio a la parte de Harry, para después entrar con el acompañamiento en la introducción juguetona de la canción

El violinista tocaba con bastante fuerza, haciendo que cada nota es escuchara fuerte y claro. Manejaba casi a la perfección los matices y dinámicas de la canción, acoplándose a la forma de tocar del pelinegro de tal manera que cualquiera que los estuviera escuchando de seguro habría quedado embobado momentáneamente para escuchar la melodía. Todo iba bien hasta que llegaron al compás 56, parte en la que se sintió claramente cómo el sonido del violín se tornaba más agresivo. A pesar de que su precisión, el estilo desentonaba claramente con la supuesta imagen alegre a la que querían llegar. Marriott, con una expresión de clara confusión, intentó hacer señas al pelicafé para que se diera cuenta de su "error", pero este, a pesar de estar viendo en su dirección, lo estaba ignorando por completo, totalmente perdido en su mente, cosa de la cual el pianista se dio cuenta.

Los músculos de Harry actuaban por cuenta propia, llegando a repetir sin fin el puente hacia el clímax de la canción. Empezó a regresar en sí mismo cuando notó que algo no estaba bien con el sonar del piano, manteniéndose en los mismos acordes por varios segundos con la acción del pedal. Dirigió su vista hacia el pelinegro y se encontró con unos brillantes ojos azules que lo observaban fijamente. El pianista ya ni siquiera está tocando, solo presiona el pedal con su pie para alargar el sonido y nada más. Cuando entró en conciencia de que no dejaba de repetir lo mismo una y otra vez, se detuvo y dejó el violín reposando en un soporte para despejar su mente.

- Lo dije en serio - Empezó a hablar el pianista - ¿Necesitas un momento? Porque, lo que menos quiero en este momento es empezar a practicar contigo de la forma incorrecta. No quiero llevarnos a tener problemas otra vez