💌 One Shots Eddie x Frank 🦋

Love brasileiro

No hay nada más llamativo que las fiestas, para alguien tan alegre como Eddie conocer el país de Brasil no podía ser más emocionante, mujeres, niños, hombres y personas de la tercera edad parecían inundados de una alegría sin igual. Sus culturas tan diferentes, las miradas de asombro que le daban por su tono de piel diferente, la música que se mete bajo su piel para hacerlo moverse sin saber realmente como y solo querer extender sus brazos para recibir los rayos del sol como una bendición.

Los carnavales de Rio de Janeiro son famosos a nivel mundial, no hay muchas personas que desconozcan tal evento que se celebra a lo grande en el país sudamericano y llevado por la curiosidad termino visitando este lugar tras un ahorro de dos años, más que por hacer compras excesivas fue para estar cómodo por una semana o eso planeaba, solo una semana, pero no es hasta que sus ojos se encuentran con una piel morena brillando de sudor que está entre el grupo de una escuela de samba, va tocando un timbal con las manos al mismo tiempo que sus caderas se mueven en un ritmo casi hipnótico al igual que sus hombros, ¿cómo hace eso sin perder la concentración? De un momento a otro sus miradas se conectan, el le sonríe de forma coqueta aumentando el ritmo de sus palmadas sobre el timbal, Eddie puede sentir que su corazón ahora está al ritmo de las manos de ese hombre del cuál ha quedado prendado sin saber la razón y se mueve entre las personas para no perderle de vista.

Este avanza sin perder de vista al pelirrojo que parece seguirle en medio de las personas, sonríe divertido y con los sentimientos flotando a su alrededor, la alegría de la música y el ambiente no lo hacen preocuparse en lo absoluto de nada, el sentido de supervivencia se encuentra dormido gracias a todo ese ambiente maravilloso. Al final de la presentación la música continua, es momento de pasar a la fiesta principal y descansar un poco pero el chico del timbal no se esperaba encontrar con un agitado americano, era casi obvia su nacionalidad pero no dice nada hasta que el lo mira.

- You! (Tú!) - Se detuvo un momento a pensar, no podía hablarle en inglés pero tampoco sabía portugués.- U-um momento...

A ese punto su interés brasileño solo se reía divertido de su portugués tan malo pero entendible al menos, el teléfono brillo buscando un poco de conexión pero al parecer esa vez la red estaba jugandole una mala pasada pues no podía conectarse para usar el traductor, ¡que suerte!

- Excuse me, you from Texas right? You speak spanish? (Disculpa, tú eres de Texas, ¿verdad? ¿Hablas español?) - Esta vez fue el turno de este por hablar, parecía conmovido por los intentos del pobre estadounidense por comunicarse con el.

- ¡Sí! ¡Hablo español! - La cara de Eddie pronto se transformó en una sonrisa amplia, al menos podrían hablar en un idioma en común, que suerte haber aprendido el idioma de su bisabuela materna, le agradeció a la mujer por ello.

- Bien, yo también lo hablo, ¿cómo te llamas?

- ¡Eddie! Eddie Dear.

- Un placer Eddie Dear, yo soy Frank Frankly.

- Tu apellido...

- Sí, digamos que es casi normal el que haya variedad entre la población, ¿quieres venir a la fiesta? Aún falta mucho para que se acabe esto, Eddie.

El corazón de Eddie por un momento sintió detenerse, que hablara español estaba haciendo un desastre en su interior pero asintió y cuando esto paso Frank le tomó de la mano para arrastrarlo hasta donde la música sonaba más fuerte. En medio de las personas Frank nuevamente movía su cuerpo al ritmo de la música alegre y movida, sostenía delicadamente las manos del pelirrojo para que este fuese soltando sus tensas extremidades y es que aquella sonrisa le daba la confianza para hacer el ridículo, no sabía bailar pero daría su mejor esfuerzo. Frank a pesar de que fue arrastrado por su familia a esa ridícula escuela, después a participar en el carnaval ahora realmente estaba sintiendo la felicidad de haberlo hecho y supone que las cosas se alinearon de alguna forma para estar en ese momento bailando con ese texano pelirrojo.