💌 One Shots Eddie x Frank 🦋

AU!Lovesick

Ha llegado un paquete a la oficina de Eddie con la etiqueta de frágil pero con la dirección de su hogar, bueno, el hogar de Frank así que alista su gorra junto a su bolso para encaminarse a casa igualmente podía cerrar, ¿verdad? Ya no había más paquetes por entregar así que decide tomar esa decisión de cerrar e irse a casa.

- Franky.

- Te he dicho que no me llames así...

Su voz suena en la cocina, parece que no hubo problemas para la captura de más mariposas ni de la presencia de Julie que pudiera distraerlo ya que estaba en casa.

- Bueno, Frank, hoy ha llegado un paquete para ti o bueno con la dirección de nuestro hogar.

- ¿Para mi? - Replica con voz de pregunta.- Que raro, no pedí nada, déjame verlo.

Frank deja lo que está haciendo para acercarse a su esposo y tomar el paquete, la etiqueta llama todavía más su atención así que decide abrir el paquete siendo cuidadoso de no dañar nada que pudiera estar cerca del límite de la caja, al abrirlo puede ver un frasco de un contenido rosa brillante, lo examina y no hay etiqueta pero si un remitente que resulta ser su madre, eso, eso es sorprendente.

- Parece que es un paquete de mamá y la nota dice, para que puedas ser todavía más feliz, hm, sin duda es extraño.

- Parece como algo para beber, ¿no crees? - Eddie acerca la mirada pero esa cosa incluso parece tener una luz propia porque ilumina su rostro.

- Esto es extraño, supongo que es algo que se encontró por ahí y me lo envió, suele enviarme cosas pero siempre son inofensivas.

Frank, por no ser grosero, a pesar de que su madre no puede verlo, se toma aquella bebida de un rosa brillante que para su sorpresa tiene un agradable sabor como a fresa y después mira a su esposo.

- Estaba rico.

- Oww, yo quería probarla.

- Ja ja, le diré que nos envíe otra para que puedas probarla, ¿bien?

Con esa pequeña conversación ambos se besan, un beso que Eddie esperaba fuese pequeño, solo para confirmar pero las manos de Frank sostienen su rostro con más fuerza de lo habitual y puede sentir su respiración caliente, pesada, su lengua fuerza sus labios a entrar a su boca cosa que no suele suceder de forma rutinaria pero Eddie siente que quizás es una forma de Frank de exponer cuanto lo extraño así que no sigue resistiendo el contacto a pesar de su brusquedad sino que sus brazos rodean la cintura de su esposo atrayendo su cuerpo hacia el cosa que Frank agradece en forma de un jadeo en medio del desastre que son de saliva y chapoteos. Se separaron hasta el punto en que sus pulmones ardieron por la falta de aire, Frank se veía aturdido pero feliz mientras Eddie sonreía sorprendido de tal acto pero le miro coqueto para retomar el contacto llevándose a Frank hacia su habitación para desquitar el problema creciente en sus pantalones.

Eddie no recuerda bien cuando fue la última vez que sintió ese ardor en su espalda, incluso el mismo se siente más cansado de lo normal después de tal actividad, no es que sean inconstantes pero esa fuerza y rudeza, tampoco es una queja, solo extrañeza pero no lo toma en cuenta como alguna señal solo demasiado amor contenido quizás y voltea hacia quien duerme en su lado de la cama plácidamente dejando un beso sobre el desordenado cabello levantándose para empezar su día aunque sus caderas, piernas y espalda se quejan por sus actividades de las horas anteriores.

- Buenos días Sally, tu paquete ha llegado al fin. 

- ¡Al fin! Espere tanto porque esto llegara, muchas gracias Eddie, al fin podré hacer esa obra y oye, vengan como siempre por favor, tú y Frank siempre están invitados. 

- ¡Gracias Sally! Realmente es bueno poder ver tus obras en primera fila, jaja. 

Se despidió alegremente de su vecina levantando su sombrero y ajusto este para retirarse de su hogar, a la distancia puede ver a su esposo tambalearse y sin arreglar del todo su atuendo cosa que es extraña y preocupante.

- ¿Frank? ¿Frank estás bien? 

- ¡Eddie! Ouch... 

- Cariño, ¿qué sucede? ¿Te duele la cabeza? ¿A-algo más? - Su rostro obtuvo un sonrojo después de preguntar eso. 

- Mi cabeza, es un dolor extraño pero fuerte y, demonios en verdad duele. 

- ¿Frank? ¡Frank tus ojos! 

La mirada de Frank es de un intenso rosa brillante, cuando sus miradas conectan Frank siente que su cabeza ya no le duele y sus manos toman el rostro de Eddie con una sonrisa aliviada. 

- Oh, eres tan hermoso Eddie, mira tus mejillas tan suaves y tu cabello rojizo, no puedo creer que me case con alguien tan guapo. 

Eddie se sonroja todavía más, los besos en su rostro lo descolocan por completo y es que, ¡estaban en medio del vecindario! ¡¿Qué había pasado con su esposo?! Intenta zafarse de su agarre pero pronto está en el suelo con muchos más besos alrededor de su rostro y un grito agudo sale de los labios de Eddie cuando Frank muerde su cuello poniéndolo mucho más nervioso. 

- ¡Frank! ¡Frank mi amor espera! 

Eddie solo puede atinar a mover sus piernas para intentar quitárselo de encima, se niega a usar toda su fuerza contra el pero llegados a ese punto no le está dejando opciones, un nuevo grito sale de su boca cuando las manos de Frank van a su bragueta y tiene una sonrisa reveladora en su rostro, el niega. 

- ¡Julie, Julie, ayúdame no sé que le sucede a Frank! 

El color rosa se hace más intenso, Frank impone un agarre en las mejillas de su esposo mirándolo con claro enojo. 

- ¿Por qué pronuncias un nombre que no es el mío, Eddie?

No es la primera vez que Frank se enoja con el a decir verdad pero si la primera que tiene una mirada que va más allá de un enojo ordinario, puede notar como su ceja está fuertemente retenida hacia abajo mirándolo con una clara dominación sobre el, no necesitan palabras para entender que ahora no tiene opinión válida. 

- P-Perdón...

-Está bien, solo no lo hagas de nuevo, yo soy quien más te ama Eddie y quiero que siempre recuerdes eso querido, ¿bien? - Sus brazos envuelven con calidez la cabeza de Eddie para levantar su torso y abrazarlo. 

Asintió en varias ocasiones para tranquilizar ese lado en Frank que por alguna razón se ha manifestado ahora, su forma de demostrar amor se ha vuelto en cierto punto enfermiza y este jamás había dado indicios de tener esta clase de pensamientos , ahora está encerrado en su hogar compartido. 

- Frank, cariño, de-debo ir a trabajar, ¿sabes? 

- No es necesario, yo te haré la vida más fácil y te quedarás conmigo para siempre Eddie, a todas horas y en todo momento estaremos juntos mi amado esposo. 

La enfermedad del amor causada por la poción dejara de hacer efecto en solo veinticuatro horas, Eddie no pudo trabajar por tres días gracias a eso y Frank solo podía apoyar a su esposo en su trabajo como cartero para recompensar su esfuerzo aunque bueno la intensidad le paso factura a su cuerpo también dejándolo con una sensación de cansancio en espalda baja y piernas pero no, eso no era nada comparado con lo que le hizo a Eddie. 

N/A: Yo quería angst y no pude, gaaaaaah!!