Introducción

3K 185 3
                                    

México, Las almas.

29 octubre de 2022.

Un convoy de camionetas en formación arribaba a la hacienda, deteniendo su marcha justo en la entrada frente al hermoso jardín. Los hombres de seguridad bajaron primero; portaban chalecos antibalas y armas de alto calibre. Al comprobar que la zona era segura, pudo bajar finalmente a quien se supone que protegían: Antonio Martínez, o más conocido como "Toño", líder del cartel del sur de Las Almas.

Al descender de la unidad, el moreno se tomó un breve momento para apreciar la finca, bajando un poco los lentes de sol y haciendo ese típico gesto suyo de tocarse las manos como si tuviese un anillo puesto, claro que lo hacía con el dedo meñique, aquel que estaba amputado; otra característica que lo definía como narcotraficante. Observó la finca, sonriendo al ver lo exuberante que era, muy digna para el líder de un cartel de drogas.

Regresando la atención a la camioneta.

—Baja ya —extendió su mano, tomando a su acompañante.

Desde el interior se asomó una melena rubia se asomó. Con cuidado de no tropezar, la joven logró bajar del vehículo con la ayuda de su acompañante. El aire fresco y la calidez del sol sobre su piel blanca le vinieron de maravilla, disfrutando de la vitamina E que incluso mejoraba notablemente su ánimo, pese a que la situación en la que estaba no era la más favorable para ella. Los ojos marrones admiraron la fachada colonial de la hacienda y el hermoso jardín con fuente; pese a mantener el estilo tradicional mexicano, seguía imponiéndose en lujo.

Antes de siquiera dar un paso, sintió cómo Antonio la tomaba fuertemente del brazo mientras la acercaba un poco más.

—Escucha bien —llamó, susurrando —. Nada de juegos, ¿entendiste? —

Molesta, rodó los ojos como si estuviera harta de que le repitiera lo mismo. A lo que el hombre se lo tomó como una provocación.

—Hablo en serio —zarandeó su brazo, logrando que la rubia volteara por la molestia en su brazo —. Ya me cansé de tus escénitas, si intentas algo, te irás a confinamiento por dos semanas enteras y hablo en serio —dijo en tono amenazante

Podía percibir cómo los dedos se enterraban en su piel debido a la fuerza que ejercía; ella lo miró intimidada, pero sobre todo triste.

Antonio suspiró, relajando el agarre a la chica.

—Sofía —llamó más calmado —. Estamos aquí por negocios y lo sabes. Esto es muy importante. Son personas muy importantes, por ello debes comportarte y no hacer nada que los moleste —con cuidado peinó su cabello, arreglando algunos mechones detrás de su oreja —. ¿Entendido, Sopita? —la llamó por el apodo cariñoso que le puso, tratando de ser lo más razonable.

—Con negocios, ¿te refieres a mí, verdad? —preguntó con un suave tono de tristeza. Sabía cuál era la respuesta a esa pregunta.

—Sabes que "el sin nombre" no es de ceder a una reunión y menos para requerir de los servicios del cartel enemigo. Esta es una oportunidad única, además de que expandirá nuestros contactos —

No encontró forma de ir en contra de ese argumento; más bien, simplemente estaba cansada de alegar algo que al final perdería.

—Tú tranquila. Deja que yo me encargue de todo. — acarició su mejilla.

Al final la soltó. Se preparó, acomodando un poco el cuello de su camisa y peinando los rizos oscuros de su cabellera. Caminando con bastante seguridad a la puerta de la finca.

Sin oponerse a su destino, lo siguió con pasos pequeños y alentados. Algunos hombres de la escolta de seguridad les siguieron por detrás, cuidando al líder de cualquier amenaza o algún intento de fuga por parte de la ojimarrón. Esto solo la hizo sentirse más enclaustrada que cuando estaba en casa, como una prisionera; al final eso era.

𝑻𝒉𝒆 𝒇𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒈𝒉𝒐𝒔𝒕  |Ghost x Fem oc|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora