Valeria caminaba alrededor de la estancia, hablando por teléfono con algunos de sus hombres. Por su ceño fruncido, podía decirse que no estaba complacida con los informes que le daban en ese momento. En la misma sala elegante estaba Antonio, sentado sobre uno de los sillones mientras la observaba con un semblante serio y molesto, impaciente de que terminara la llamada. En cuanto colgó, Valeria se aproximó a él.
— Me confirman que no está muerta — informó, lanzando el celular desinteresadamente sobre la mesa de té frente al sillón —. Se la llevaron las fuerzas especiales —
Antonio se encendió en cólera al saberlo, levantándose rápidamente del sillón y caminando hacia un punto incierto del lugar. Pasó su mano sobre su cabello, peinándose a modo de poner en orden sus emociones y pensamientos. Pero no había modo de encontrar el lado bueno de esto, lo que menos quería en el mundo estaba sucediendo; le habían quitado descaradamente aquello que más quería.
Levantó la mesa cercana a él, volando todo lo que tenía sobre su superficie al aventar el mueble
— ¡ME LLEVA LA CHINGADA! —
La mujer rodó los ojos ante el berrinche de su acompañante, alejándose de esa escena por los gritos del otro. No estaba para soportar su comportamiento.
— ¡Te lo advertí! — Tonny se dirigió a ella después de desquitarse con todo — Dijiste que nada le pasaría y mírala, ahora está bajo la custodia de esos pendejos —
Valeria hizo un gesto de molestia ante los gritos del hombre, afortunadamente estaba de buen humor como para no arremeter contra este.
— Ya, ya deja de llorar como un niño pequeño al que le robaron un dulce — sacudió su mano con tal de que dejara de lado esa actitud —. La vamos a recuperar, si es lo que tanto pides — afirmó con seguridad, caminando hasta el sillón, sentándose en el y sacando un cigarro del dispensador de cigarros de la mesa de té —. Lo bueno es que logró terminar el trabajo que se le solicitó — sonrió
— ¿Y cómo? — su irá no se apaciguó —. La usarán en nuestra contra, como una puta carnada para que nos acerquemos a ellos —
La pelinegra soltó una el humo del cigarro, desinteresada en las complicaciones del plan.
— Eso ya lo veremos — dijo confiada, dando una bocanada al cigarro —. Solo espero que tu chiquilla haya guardado silencio — su tono cambió a uno severo
— Sabes bien lo que serían capaces de hacer con tal de sacar información — se aproximó a ella, demasiado cerca...
— Pues será peor lo que le voy a hacer si dice alguna palabra — expulsó el humo sobre el rostro del moreno con una sonrisa burlona en los labios
Antonio sonrió ante la osadía de la mujer. Admitía que tenía todo el carácter para ser la líder del cártel más poderoso de México. Le gustaban las mujeres que le retaban tan descaradamente.
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𝑻𝒉𝒆 𝒇𝒍𝒐𝒘𝒆𝒓 𝒐𝒇 𝒕𝒉𝒆 𝒈𝒉𝒐𝒔𝒕 |Ghost x Fem oc|
Fanfic𝘚𝘰𝘮𝘰𝘴 141, 𝘢𝘴í 𝘯𝘰 𝘮á𝘴 𝘗𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘷𝘦𝘻 𝘭𝘰𝘴 𝘣𝘶𝘦𝘯𝘰𝘴 𝘴𝘰𝘮𝘰𝘴 𝘮á𝘴 Sus habilidades de hackeo la obligaron a trabajar para el narco y esto le traerá más problemas, cuando un grupo especializado llega a las Almas, en b...