Capitulo 2

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23 de octubre del 2021

Freen pov:

Hoy no es un día como cualquier otro, hoy es un día triste para mi, hoy se cumple un año de que perdí aquella pequeña paciente de tan solo 8 años de edad, a causa de la maldita leucemia.

No era mi paciente directa, ya que yo soy la dueña de la clínica en que ella se atendía, pero teníamos una gran relación. Era una niña muy adorable y cariñosa, además de muy inteligente a pesar de su corta edad.

A mis 29 años yo ya era la dueña mi propia clínica de oncología. Me recibí a mis 23 años de medica oncológica y a mis 26 años de hematóloga. Gracias a mis ahorros y a mi herencia logre fundar una de las mas prestigiadas clínicas de oncología del país, llamada FSC haciendo referencia a las iniciales de mi nombre Freen Sarocha Chankimha.

Pero a pesar de mi éxito en lo laboral, mi vida personal era un desastre. Mi relacion con mi hija iba cada vez peor, mi vida amorosa no existía, mis amistades eran dos; uno de ellos era Heng, un coronel del ejercito al que casi no veía y la otra era Nam mi mejor amiga con la que vivía peleando.

Vivía encerrada en mi trabajo, casi no pasaba tiempo en casa, y ni hablar de mi familia a la cual veía una vez al año en navidad.

Pero a pesar de vivir metida en mi trabajo, no tenia metas, sueños o proyectos futuros, mi vida era tan monótona, de ir todos los días a la clínica sin excepción y encerrarme en la oficina a firmar certificados, autorizar tratamientos, entre otros tramites que podría derivar perfectamente.

Nunca me había replanteado mi vida, a mi parecer tenia una vida perfecta, de lujos, una vida que todos envidiaban, pero no me hacia una idea en ese momento lo equivocada que estaba.

Y no fue hasta que conocí a esa pequeña, ese ángel que me envió la vida, pero que rápidamente y desgraciadamente me lo quitó.

Ella me hizo replantear todo, provocando un cambio drástico en mi vida.

Cuando llegó a la clínica tenia tan solo 5 años, a pesar que al principio era muy callada y tímida, a medida que fue tomando confianza, se adaptó perfectamente.

Yo en ese entonces, muy raramente interactuaba con los pacientes sean adultos o niños, yo era bastante estricta en mantener las distancias con ellos. Si lo se era una ignorante, pero todo eso cambio gracias a la pequeña ángel.

La conocí de casualidad, pero agradezco a la vida por haberla puesto en mi camino.

-FLASHBACK-

Hoy es un día como cualquier otro en mi vida, ósea en mi trabajo. Pero cuando estoy por entrar a mi oficina escucho un sollozo, me detengo, haciendo silencio y lo vuelvo a escuchar. Iba a ignorarlo pero algo me dice que no lo haga.

Me dirijo hacia donde proviene el sollozo, cuando me acerco veo a una pequeña niña, sentada en el suelo con su cabeza escondida entre sus rodillas y con sus manos tratando de contener el llanto.

Cuando estoy por darme la vuelta para ir a llamar a alguna de las enfermeras, como haría con cualquier otro paciente, algo muy dentro de mi, algo así como un presentimiento, me dijo que no lo hiciera.

Me acerque a la niña y me coloque en cunclillas delante de ella. Coloque una mano en su hombro – ¿Cuál es tu nombre? – Le pregunté

Ella levanto la cabeza, tenia los ojos hinchados y su rostro húmedo y rojo – Mo..Mon- me dijo muy tímidamente y entre sollozos

– Ven conmigo – le dije, me paré y extendí mi mano para que la tomara

La pequeña no dudo y la tomó inmediatamente.

La dirigí a mi oficina y la hice tomar asiento en el sofá, mientras le alcanzaba unos pañuelos para que se limpie la cara. No se que estaba haciendo, nunca antes había tenido contacto con un paciente y mucho menos traerlo a mi oficina, pero esta niña era diferente, algo provocaba en mi

Tomé mi celular y le mandé un mensaje a mi secretaria, avisándole que la paciente Mon estaba conmigo, seguro la estaban buscando.

Me senté frente a la pequeña – ¿Por qué lloras? – Le pregunté

– Mi mama se tuvo que ir otra vez – me dijo la niña en un hilo de voz que apenas escuche

Sin entender mucho y tampoco querer preguntarle, mientras ella se recostaba en el sillón, fui por una manta y la tapé.

Me dirigí a mi laptop y busque información acerca de esta paciente. Se llama Mon Armstrong, tiene 5 años, su diagnostico es leucemia, su madre se llama Patricia Armstrong y es militar.

-FIN DEL FLASHBACK-

Luego de eso, conecte mucho con la pequeña, siempre que podía iba a visitarla mientras hacia el tratamiento, o simplemente mientras jugaba por ahí en la clínica, en alguna de las áreas de recreación.

A pesar de haber pasado 3 años en mi clínica, yo jamás pude conocer a su madre, si bien la pequeña la amaba y la tenia como su heroína, yo jamás la había visto por acá, cosa que me daba bastante bronca y lastima por la pequeña Mon. Si bien según averigüe la visitaba cada vez que estaba en el país, sus estadías eran cortas, pero Mon me decía que ella la llamaba todos los días antes de dormir.

Mon a la edad de 8 años me explico que su madre era militar, y muchas veces pasaba tiempo fuera del país, en lo que supongo yo son países en guerra, para poder ganar bien y asi pagar su tratamiento. Y que no tenia padre, solo tenia a sus dos abuelos.

Esta declaración de Mon me estrujó el corazón y no fue la única...

-FLASHBACK-

Mon y Sam jugaban y hablaban no se bien de que, mientras yo organizaba unos documentos.

Mon se acerca a mi – ¿Ella es tu hija? – me pregunta

– Si, se llama Sam – le contesté

Hoy tuve que traer a Sam conmigo al trabajo ya que la niñera tuvo que ausentarse sin previo aviso. Sam tiene 5 años y no podía dejarla sola

– Deberías aprovechar que tienes a tu hija cerca y sana, y no al otro lado del mundo y enferma – me dijo con una voz seria y triste a la vez.

Al escuchar eso mi corazón se estrujó y mis ojos se humedecieron, se que no he sido la mejor madre, pero de solo pensar en que algo le pase a Sam, o tenerla lejos tanto tiempo, yo no se si lo soportaría.

-FIN DEL FLASHBACK-

Era una niña muy inteligente que se daba cuenta de todo lo que sucedía en su entorno, en su momento le bastó una pequeña platica con una niña de 5 años que poco puede decir, para darse cuenta que yo no era la mejor madre.

Mon me enseñó mucho en el corto periodo que la conocí, me hizo acercarme mucho a mi hija, me incentivo a contactar a mi familia y a no perder a mis amigos.

Si, aunque no lo crean, una niña pequeña, me dio una lección de vida.

Le voy a estar eternamente agradecida, ella fue mi ángel, y se que, aunque ya no esté, aun me sigue cuidando.

Y yo le hice una promesa y pienso cumplirla.

MI SALVACIÓN (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora