La conversación entre Sam y su madre se tornó emotiva mientras Freen, escuchaba atentamente la historia de su hija. Sam relató con entusiasmo cómo la misteriosa heroína la salvó de los hombres de negro, describiendo cada detalle con ojos brillantes.
- Mamá, ella era increíble- dijo Sam, apretando la mano de su madre. - Llegó como una superheroína y les dio una paliza a esos hombres malos. Fue genial.
Freen, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud, abrazó a su hija. Sin embargo, sus ojos se nublaron con lágrimas mientras se reprochaba mentalmente por no estar allí para proteger a Sam.
- Siento no haber estado ahí, cariño- murmuró Freen, sintiéndose culpable. - Debería haber llegado a tiempo.
Pero en su mente, Freen agradecía a la heroína de Sam, sospechando quién podría ser, no confundiría ese cabello castaño en ninguna parte.
Mientras su hija continuaba con la historia, Freen comenzó a conectar los puntos. Recordó algunos eventos extraños y las amenazas que habían cesado repentinamente. La figura de la heroína comenzó a encajar en la compleja trama de su vida.
Finalmente, cuando Sam terminó su relato, Freen sabía que tenía que hacer algo para agradecer a su heroína. Su mente estaba llena de pensamientos mientras intentaba descifrar la mejor manera de expresar su gratitud y resolver las piezas del rompecabezas que formaban la situación actual.
Tomando a Sam de la mano, Freen le sonrió con determinación. - Vamos a pensar en algo especial para agradecerle a nuestra heroína. Quiero asegurarme de que sepa cuánto apreciamos todo lo que ha hecho por nosotros.
Ambas, madre e hija, se abrazaron, compartiendo un momento de conexión y gratitud.
Freen, llena de gratitud y decidida a expresar su agradecimiento a la misteriosa heroína, se encontraba fuera del departamento de Becky. Sin embargo, al igual que en otras ocasiones, no la encontró allí. Freen sabía que debía hacer algo para asegurarse de que Becky apareciera y pudiera expresarle su agradecimiento.
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Unas horas antes...
Becky POV
Me encontraba en mi escondite habitual, observando silenciosamente la rutina diaria de Sam y Sarocha. Asegurándome de que la niña estuviera segura cuando entraba y salía de la escuela y también su madre al irla a llevar o recoger. Desde un lugar apartado mantenía un ojo cuidadoso en ellas. La rutina diaria me resultaba familiar, y mi tarea era asegurarme de que todo transcurriera sin incidentes aunque ellas no lo supieran.
Sin embargo, ese día era diferente y lo noté. Sam esperaba sola frente a la escuela, pero Sarocha no aparecía. Un presentimiento me invadió, y sin dudar, me mantuve mas alerta que nunca. La pequeña parecía contenta, estaba jugando con otros niños, con su mochila al hombro y una sonrisa en el rostro. Sin embargo luego de un rato los niños junto con Sam se fueron desplazando mas lejos de la puerta de la escuela y algo captó mi atención: un grupo de hombres de negro se acercaba a Sam.
Inmediatamente, mi corazón empezó a latir con fuerza. No había tiempo para dudar. Encendí la moto y me apresuré hacia donde estaba la niña, justo cuando llegaban los hombres y la agarraban intentando subirla a una camioneta. En un instante me bajé de la moto y me interpuse entre Sam y los hombres, desplegando una seguridad y firmeza inesperadas.
Luego de darles su merecido y dejar inconscientes a los hombres, me acerqué a ella para preguntarle y asegurarme que estaba bien, pero en cuanto la miré a los ojos vi el mismo brillo y admiración que tenían los ojos de mi hija Mon.
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MI SALVACIÓN (EN PAUSA)
Fiksi PenggemarRebecca Patricia Armstrong de 27 años, ex miembro del ejercito, retirada a causa de la muerte de su hija Mon. Freen Sarocha Chankimha de 30 años, doctora especialista en oncología y hematologa. Tiene una hija llamada Sam de 8 años. Cuando crees qu...