Prólogo

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Kim Kyungsoo, que pronto volvería a ser Do Kyungsoo, estaba mirando el palito de plástico que tenía en la mano sentado a los pies de la cama del hotel. Sintió cómo el corazón se le aceleraba. Parpadeó, se le nubló la vista y el estómago le  comenzó a dar vueltas.

Aquello se llamaba tener tan mala suerte como que el avión que te llevara de luna de miel se cayera por el camino o que te atropellara un bus después de ganarte la lotería.

Qué ironía

Soltó una carcajada y por fin dejó escapar el aire que había estado conteniendo desde hacía unos minutos.
Se acababa de divorciar de un hombre que le había parecido el hombre de sus sueños, en un hotel del centro porque no sabía qué hacer con su vida después de que lo hubiesen dejado tirado. Y, como
si eso fuera poco, estaba embarazado.

Embarazado.

De su ex esposo, después de no haber logrado tener un hijo con él en los tres años que habían estado casados, a pesar de haberlo intentado o, al menos, de no haber intentado evitarlo.

¿Qué iba a hacer?

Se levantó, fue con piernas temblorosas hasta el escritorio que había en la otra punta de la habitación y se dejó caer en la silla. Le tembló la mano al dejar el test de embarazo encima de la mesa para agarrar el teléfono.

Respiró hondo y se animó a sí mismo a hacerlo.

Se dijo que era lo que debía hacer reaccionara como reaccionara él.

No era un intento de volver a estar  juntos. Ni siquiera estaba seguro de querer hacerlo, ni, aunque fuera a tener un bebé, pero él se merecía saber que iba a ser padre.

Marcó el número sabiendo que sería su asistente quien contestaría.

Lee Jisung nunca le había caído bien. Era un hombre vil y mentiroso, que lo había tratado siempre como si fuese un fastidio, y no el esposo del director general de una empresa multimillonaria y de su jefe.

Lee respondió al primer tono con su voz chillona.

-Empresa Kim, oficina del señor Kim JongIn. ¿En qué puedo ayudarlo?

-Soy Kyungsoo-le dijo sin más preámbulos, lo conocía de sobra-.

Necesito hablar con JongIn.

-Lo siento, señor Do, el señor Kim no lo puede atender en estos momentos.

A Kyungsoo le chocó que lo llamara por su apellido de soltero, y que utilice la palabra señor. Seguro que lo había hecho a propósito.

-Es importante -le contestó, sin molestarse en corregirlo o discutir
con él.

-Lo siento -insistió Jisung-, pero el señor Kim me pidió que le diga que no tiene nada de qué hablar con usted. Que tenga un buen día.

Y luego colgó, dejando a Kyungsoo boquiabierto.

Sabía que JongIn estaba enojado con él.

Su separación no había sido habría precisamente amistosa, pero jamás habría esperado que lo tratara con tanta dureza.

En el pasado lo había amado, ¿o no?

Kyungsoo estaba seguro de haberlo amado a él. Y aun así habían llegado a esto, a ser como dos extraños, incapaces de hablarse de manera civilizada.

Pero eso respondía a la pregunta de qué iba a hacer.

Iba a ser padre soltero, y sin el dinero y el apoyo de JongIn, que no habría aceptado, aunque no hubiese firmado el acuerdo pre-nupcial.

Así que solo, iba a tener que cuidar de sí mismo y del bebé.

 El Amor Que Perdimos[Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora