Ⅺ.

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-No.

Kyungsoo se dio la media vuelta y se alejó, dejando a JongIn allí solo.

Era evidente que éste no había esperado verlo saltar de alegría con la idea de acompañarlo a visitar a su familia, pero había pensado que, al menos, sería razonable al respecto.

Suspiró resignado y lo siguió hasta la panadería. No lo vio, debía de haberse metido en la cocina, lo que significaba que se había ido casi corriendo.

Levantó la mano para empujar la puerta, pero ésta se movió bruscamente hacia él, dándole casi en la cara. Shinhye abrió mucho los ojos, sorprendida al verlo, pero no dijo nada, se limitó a levantar
la barbilla y a dirigirse hacia el mostrador.

JongIn entró en la cocina y encontró a Kyungsoo donde había imaginado
que estaría, delante de una de las islas centrales, trabajando. Era evidente que estaba nervioso porque sus movimientos eran bruscos y tenía la espalda muy recta.

-Kyungsoo -empezó, dejando que la puerta se cerrara detrás de él.

-No -espetó este-. No, JongIn, no -repitió fervientemente-. No voy a volver a Pilar contigo. No voy a entrar en ese museo que tú llamas casa ni voy a volver a ver a tu madre, que me mirará por encima del
hombro, como ha hecho siempre. ¿Acaso crees que será menos crítica cuando se entere de que tuve un hijo fuera del matrimonio? El hecho de que Jongsoo sea tuyo será irrelevante. Me criticará por no habértelo contado. Me acusará de haberme divorciado a pesar de saber que iba a tener un hijo tuyo, de haberte privado a ti de estar con tu hijo y, a
ella, de estar con su nieto. O de haber ocultado al mundo la existencia de otro increíble y maravilloso descendiente de la familia Kim. O eso, o dirá que Jongsoo no es un Kim en realidad -añadió-, ya que siempre me acusó de ser un cualquiera. O dirá que no puede ser su heredero
porque no estábamos casados cuando nació.

Negó con la cabeza.


-No voy a ir, JongIn. No pienso pasar por todo eso otra vez y no voy a permitir que mi hijo lo haga. JongIn apretó la mandíbula.

-También es mi hijo, Kyungsoo-espetó.
-Sí -admitió este -, y por eso tú también deberías protegerlo. De todo, y de todos. Jongsoo es inocente. Y no dejaré que nadie le haga pensar que no es perfecto o que no es maravilloso. Jamás. Ni siquiera su abuela.

JongIn puso los brazos en jarras e inclinó la cabeza.

-No tenía ni idea de que la odiaras tanto -murmuró.

-Fue una persona horrible conmigo -le dijo Kyungsoo-. Me hizo la vida imposible mientras estuvimos casados.

JongIn estuvo un minuto en silencio, intentando asimilar aquellas palabras
¿De verdad había sido su madre tan mala con Kyungsoo, o estaba exagerando? Sabía que algunas parejas no se llevaban bien con las familias de sus esposos u esposas y que la relación entre suegra, nuera o nuero era, con frecuencia, mala.

Era cierto que su madre no era la persona más cariñosa del mundo, ni
siquiera lo había sido con sus propios hijos, pero ¿de verdad había sido tan cruel con Kyungsoo cuando él no había estado presente?
-Siento que pienses así -le dijo con prudencia-, pero tengo que volver.
No por mucho tiempo, sólo unos días, tal vez una semana. Y me gustaría llevarme a Jongsoo -. Al oír aquello, Kyungsoo abrió la boca y JongIn supo que iban a seguir discutiendo -. No puedes impedir que me lo lleve - se le adelantó -. Es mi hijo y me lo ocultaste, a mí y a mi
familia, durante mucho tiempo. Creo que merezco llevármelo a casa unos días.

Inclinó la cabeza y lo miró fijamente a los ojos.

-Y ambos sabemos que no necesito tu permiso - añadió.
-¿Me estás amenazando con quitármelo? -le preguntó Kyungsoo en voz baja.

 El Amor Que Perdimos[Kaisoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora