¿Pilotar un helicóptero? Claro, ¿por qué no? Leo había hecho cosas mucho más disparatadas esa semana.
El sol se estaba poniendo mientras volaban hacia el norte sobre el puente de Richmond, y a Leo le costaba creer que el día hubiera pasado tan rápido. Una vez más, nada como el déficit de atención y una buena pelea a muerte para que el tiempo pasara volando.
Pilotaba el helicóptero oscilando entre la confianza y el pánico. Cuando no pensaba en ello, se veía automáticamente accionando los interruptores correctos, comprobando el altímetro, moviendo con cuidado la palanca de mando y volando recto. Cuando se permitía pensar en lo que estaba haciendo, empezaba a asustarse. Se imaginaba a su tía Rosa gritándole que era un delincuente chiflado que iba a estrellarse y a arder. Una parte de él sospechaba que su tía tenía razón.
—¿Todo va bien?—le preguntó Piper desde el asiento del copiloto.
Parecía más nerviosa que él, de modo que Leo ocultó su temor.
—De película—dijo—. Bueno, ¿qué es la Casa del Lobo?
Jason se arrodilló entre sus asientos.
—Una mansión abandonada en el valle de Sonoma. La construyó un semidiós: Jack London.
Leo no identificaba el nombre.
—¿Es un actor?
—Un escritor—apuntó Piper—. De novelas de aventuras, ¿no es así? ¿La llamada de lo salvaje? ¿Colmillo blanco?
—Sí—dijo Jason—. Era hijo de Hermes. Fue un aventurero que viajó por todo el mundo. Incluso durante una época fue vagabundo. Luego ganó un dineral escribiendo. Se compró un rancho en el campo y decidió construir una gran mansión: la Casa del Lobo.
—¿Que se llama así porque escribía sobre lobos?—aventuró Leo.
—En parte—respondió Jason—. Pero el sitio y el motivo por el que escribía sobre lobos... Estaba dando pistas sobre su experiencia personal. Hay muchas lagunas en su biografía: cómo nació, cómo era su padre, por qué estuvo vagando tanto tiempo; cosas que sólo se explican sabiendo que era un semidiós.
La bahía quedó atrás, y el helicóptero siguió volando hacia el norte. Delante de ellos se extendían colinas amarillas hasta donde a Leo le alcanzaba la vista.
—Entonces Jack London fue al Campamento Mestizo—conjeturó Leo.
—No—contestó Jason—. No fue al campamento.
—Colega, me estás asustando con tanto misterio. ¿Te estás acordando de tu pasado o no?
—De fragmentos—dijo Jason—. Solamente fragmentos. Ninguno bueno. La Casa del Lobo está en terreno sagrado. Es donde London emprendió su viaje de niño, donde descubrió que era un semidiós. Por eso volvió allí. Pensó que podría vivir en ese lugar, reclamar esa tierra, pero no estaba destinada a él. La Casa del Lobo estaba maldita. Se incendió una semana antes de que él y su mujer se mudaran. Años más tarde, London murió y sus cenizas fueron enterradas allí.
—Entonces—dijo Piper—, ¿cómo sabes todo eso?
Una sombra cruzó la cara de Jason. Probablemente solo era una nube, pero Leo habría jurado que tenía la forma de un águila.
—Yo también emprendí mi viaje allí—dijo Jason—. Es un lugar con poder para los semidioses, un lugar peligroso. Si Gaia puede reclamarlo y utilizar su poder para sepultar a Hera en el solsticio y resucitar a Porfirión... eso bastaría para despertar del todo a la diosa de la tierra.
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GIGANTOMAQUIA: El Héroe Perdido
FanficEste es un mundo distinto al que conocemos, más divino en cierto modo, más retorcido en otros. Los semidioses representan la cumbre de la especie mortal, el punto de equilibrio perfecto entre los dioses y los humanos, y se verán a prueba ante el inm...