—¡Jason!
Piper no paraba de gritar su nombre mientras lo abrazaba, pero prácticamente había perdido la esperanza. Él llevaba dos minutos inconsciente. Su cuerpo humeaba, y tenía los ojos en negro. Ella ni siquiera sabía si todavía respiraba.
—Es inútil, niña.
Hera se alzaba por encima de ellos con su sencilla túnica negra y su chal.
Piper había visto a la diosa lanzar su técnica de destrucción y podía notar los efectos secundarios. Todo vestigio del invierno había desaparecido del valle. Tampoco quedaban señales de la batalla. Los monstruos se habían volatilizado. Las ruinas habían vuelto a su estado anterior: seguían siendo ruinas, pero sin señales de haber sido invadidas por una horda de lobos, espíritus de la tormenta y ogros de seis brazos.
Hasta las cazadoras se habían reanimado. La mayoría de ellas esperaban a una distancia respetuosa en el prado, pero Thalia se hallaba arrodillada junto a Piper, con la mano posada en la frente de Jason.
Thalia fulminó con la mirada a la diosa.
—Es culpa vuestra. ¡Haced algo!
—No te dirijas a mí de esa forma, muchacha. Soy la reina...
—¡Ocupaos de él!
En los ojos de Hera parpadeaba una gran fuerza.
—Yo le advertí. Nunca habría hecho daño a propósito a este muchacho. Iba a ser mi campeón. Os dije que se cubrieseis antes de lanzar mi técnica.
—Ejem...—Leo frunció el entrecejo—. Esa técnica es muy peligrosa, ¿verdad? Entonces, ¿por qué lo habéis hecho?
—¡Desaté mi poder para ayudaros, tonto!—chilló Hera—. Invoqué a los Rayos del Monte Olimpo para poder desintegrar a los monstruos, restaurar este sitio y salvar a esas desgraciadas cazadoras del hielo.
—¡Pero Jason aún estaba allí!—gritó Thalia—. ¡Lo habéis matado!
Leo movió la cabeza, consternado.
—Eso es lo que significaba nuestra profecía. "Y la muerte se desatará con la ira de Hera". Venga, señora. Sois una diosa. ¡Hacedle vudú! Resucitadlo.
Piper estaba oyendo a medias la conversación, ya que estaba más centrada en la cara de Jason.
—¡Respira!—anunció.
—Imposible—dijo Hera—. Ojalá fuera verdad, niña, pero aunque yo no hubiese hecho nada, su cuerpo ya estaba en un estado deplorable, y luego de recibir dos golpes directos de Porfirión...
—Jason—dijo Piper, infundiendo al nombre toda su fuerza de voluntad. No podía perderlo—. Escúchame. Puedes conseguirlo. Vuelve. Vas a estar bien.
No pasó nada. ¿Se había imaginado que respiraba?
—La curación no es un poder de Afrodita—dijo Hera con pesar—. Ni siquiera yo puedo solucionarlo, muchacha. Su espíritu mortal...
—Jason—repitió Piper, y se imaginó que su voz resonaba a través del cielo hasta el Valhalla—. Despierta.
Él dejó escapar un grito ahogado, y sus ojos se abrieron de repente. Por un instante, se vieron inundados de luz: reluciente oro puro. Luego la luz desapareció súbitamente, y sus ojos volvieron a su estado normal.
—¿Qué... qué ha pasado?
—¡Imposible!—exclamó Hera.
Piper lo rodeó con los brazos hasta que él se quejó.
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GIGANTOMAQUIA: El Héroe Perdido
FanficEste es un mundo distinto al que conocemos, más divino en cierto modo, más retorcido en otros. Los semidioses representan la cumbre de la especie mortal, el punto de equilibrio perfecto entre los dioses y los humanos, y se verán a prueba ante el inm...