Llegaron al hospital en cuestión de minutos, minutos en los cuales, se hicieron horriblemente insoportables para ambos.Seungmin no sentía su cuerpo, de hecho, tenía la sensación de que cada segundo que pasó en aquel incidente había hecho que su cuerpo dejara de ser suyo; Ya no sentía que esté le perteneciera. Se sentía sucio, vulnerable y completamente inservible.
¿Cómo podía ser posible? Más bien, ¿Cómo podía haber gente que se atreviera a hacer aquellas cosas? A usar personas, destrozar sus vidas y dejarlas como si nada, como si fueran una muñeca de trapo de la que ya no puedes seguir arreglando rotos y por ende decides tirarla sin pena alguna.
Sinceramente, solo de pensarlo quería vomitar.
Se apoyó en el pecho de Bangchan de nuevo, aunque de cierto modo, ya no se sentía cómodo ni siquiera con él. Temía que el mayor también abusará de él o le hiciera sentir mal de la misma manera o, aún peor, de otros modos.
El rubio dudó notoriamente si tocarle, pues lo veía tan débil que sentía miedo a dañarle con el simple hecho de posar la mano sobre él. Se sentía completamente enfadado, culpable y, sobre todo, se sentía angustiado.
Ver al menor de ese modo había hecho que algo dentro de él se rompiera, pero no era nada comparado a verle tan perdido incluso ahora que estaba a salvo.
Sus ojos no brillaban, su piel estaba de múltiples colores debido a lo ocurrido y su corazón acechaba con salirse del pecho. Temblaba, como si de hipotermia se tratase y lloraba incluso hasta sin lágrimas.
El mayor tenía muy en claro que, aunque los causantes irían a la cárcel, él mismo se encargaría de destrozarles la vida y, porqué no, varios huesos en el proceso.
La cárcel era un destino poco cruel para lo que merecían, por ende, se encargaría personalmente de que sufrieran aunque fuera un mínimo de lo que hicieron sufrir a su chico.
Por suerte, al llegar con tanta urgencia al hospital, le chequearon al instante. Un chequeo completo que duraría horas de insoportable miedo por los resultados.
Bangchan sabía que el médico no era gratuito en los ángeles, pero no le importó ni lo más mínimo, pues daba igual cuanto tuviera que pagar mientras el pelinegro estuviera bien.
En la sala de espera, sentía que acabaría comiéndose los dedos a mordiscos en caso de que sus uñas no fueran suficientes. Los minutos eran más largos de lo normal, era frustrante que su mente divagara de ese modo; como si su mente surcará las olas del pasado, mezclándolas con las del presente.
Pasaron dos horas en las que el mayor vivió sin saber nada del pequeño, horas, en las que Bangchan gritaba a cualquier médico en busca de información. Donde hablaba con Jisung para comentarle lo sucedido tras llegar él o, por su puesto, donde hablaba con los guardias de seguridad.
Evidentemente, también canceló el dichoso combate de boxeo.
Tal vez, si no hubiera venido por ello, Seungmin jamás hubiera tenido que vivir ese horroroso momento. Pero seamos sinceros, era él quien tenía la culpa.
Culpa, por dejarle solo, porque sus celos ganaron.
Culpa, por ser un miedica, porque cuando se trataba de Seungmin, Bangchan se sentía vulnerable.
Y joder, era acojonante.¿Qué era esto que sentía por él y por qué era tan fuerte?
Se pasó las manos por la cara, abochornado, cuando de pronto su nombre fue pronunciado por una dulce voz.
—¿Está aquí el señor Christopher Bangchan? – habló una muchacha. Esta llevaba el pelo atado en una cola alta y la bata delataba que fuera médica.
El rubio se acercó a pasos grandes a ella, sinceramente estar en un hospital era lo que menos quería, pues cada minuto que pasaba en el le recordaba las vivencias del pasado. No obstante, temía por Seungmin y su mente solo pensaba en el chico de cabellera negra y ojos de cachorro.
— El chico está bien dentro de lo que cabe. Tiene lesiones no muy graves, pero conllevan un traumatismo post abuso. –informó– Debe tener paciencia, no será fácil para él, pero con ayuda psicológica y mucho cariño y paciencia, podrá hacer vida normal de nuevo; sin miedos o dificultades que tendrá presentes por el momento.
Bangchan asintió, tensándose por la rabia acumulada. Definitivamente esto no iba a quedarse así.
— ¿Puedo pasar a verlo?
— Claro, puede hacerlo, solo pido que no fuerce una conversación si no está dispuesto a entablarla. –advirtió– Algunas víctimas se cierran por completo y les cuesta mucho volver a comunicarse o mantener contacto.
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En la habitación, un Seungmin algo apagado se mantenía inmóvil mirando fijamente al techo. Cuando Bangchan entró, se tensó notoriamente aferrando sus manos a la tela de la sabana, algo, que hacía cada vez que notaba a alguien cerca suya.
— ¿Puedo entrar? –preguntó, llevándose un largo silencio como respuesta.
Chan estaba dispuesto a irse si se lo pedía o si simplemente no contestaba, sin embargo, el menor susurró que se quedará.
Su voz era débil, miedosa, lo cual provocó una mueca en el rostro del más alto, quién se acercó lentamente, sentándose en el sofá que estaba a una distancia decente para no incomodarlo.
— ¿Cómo te encuentras?
— No...no lo sé.
Seungmin suspiró pasándose las manos temblorosas por su rostro empalidecido. Se tomó unos instantes hasta que decidió girarse para mirar cara a cara al mayor, quién le dedicó una sonrisa reconfortante, mostrando los hoyuelos que tanto le habían gustado.
— ¿Es... Es normal sentirse débil y usado?
— Debido a lo que pasaste, es normal sentir que tus emociones se tornaron muy negativas, Seungmin. Has sido muy fuerte y yo muy cobarde, debí dejar el orgullo atrás y pedirte que no te separaras de mí. – Bangchan no sabía en qué momento se sinceró de aquella manera, solo fue consciente cuando se vió a si mismo agachar la cabeza para no mostrar las lágrimas que se deslizaban por su rostro.
En aquel momento, ambos se sentían vulnerables por motivos distintos, pero en cambio a otras veces, no estaban solos, pues se tenían el uno al otro y eso, era más que suficiente para ambos.
— Chan...
— ¿Sí? –lo miró rápidamente este, con los ojos iluminado por sus lágrimas.
— Sé que no debería pedirte esto, pero por favor protégeme, por lo menos está noche, por favor... Me da miedo quedarme solo, te prometo que mañana dejaré que te vayas.
Aquello dejó algo aturdido al mayor en un principio, pero en cambio, no dudo en sentarse a su lado –hueco que había hecho previamente Seungmin para él– y dejar que esté le abrazara.
¿Acaso dudaba de que no le protegería? Si supiera que lo haría incluso aunque le costará la vida, tal vez cambiaría de parecer.
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¡Hola, hola!
Nuevo capítulo del maratón, ¡1/4!
Espero que lo disfruten y les guste, haré más maratones en un futuro ♡.
Les tengo tantas cosas por contar... Ojalá pudiera hacerlo ya, sin embargo, deberán esperar.
Espero que me tengan paciencia, llevar dos fanfics a la vez no es fácil y más que soy muy exigente en tema de mejorar con la escritura, espero que lo entiendan.
Muchos besitos sabor a coco 🩶🥥.
¡Os quiero!
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*・。゚Cúrame - Chanmin *・。゚
FanfictionTras terminar su carrera estudiantil, Kim Seungmin recibe una noticia por parte de su amigo Han Jisung, quién le ofrece un trabajo de buen pagar con el que seungmin podrá poner en práctica todos sus años estudiando medicina. No obstante, su trabajo...