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En las puertas del gym se encontraba un Seungmin nervioso apunto de entrar.
Miró su reloj, las once y diez. Había sido citado a las once y media, justas.

Pero aquí estaba, sin falta de puntualidad.

Chúpate esa Lee know, ¿puntualidad? Es mi segundo nombre. – sonrió pensativo el pelinegro.

La entrada le recibió con un cálido aroma a vainilla en la recepción, donde una joven removía papeles sin parar y contestaba un móvil que no paraba de sonar. Seungmin se acercó entrelazando sus manos entre sí, por los nervios, y se aclaró la garganta.

— Disculpe Señorita, ¿De casualidad sabe si está un Hombre de cabellera negra grisácea por aquí? Su nombre es Lee know.

La muchacha alzó la vista y se apresuró a contestar con una sonrisa nerviosa.

— ¿Eres Kim, verdad? Kim Seungmin, doctor y el solicitante al trabajo del señor Bang, ¿Es correcto?

— Oh, así es, soy yo. –le devolvió la sonrisa – Tienes muy buena memoria, apenas me viste y supiste todos mis datos. Tu capacidad cerebral para almacenar datos es.. Verdaderamente espléndida.

La puerta del lado izquierdo al  mostrador se abrió de golpe con un fuerte portazo exaltando a ambos y dando por finalizada esa conversación.

Por ella, entraba un rubio con pantalones cortos y camiseta a tiras. Su ceño fruncido tan reconocible en él estaba presente, sus heridas seguían sin curar y su rostro era aún más intimidante y bonito en persona.

Seguido del rubio, Minho. Quién salía con cara aburrida, que por lo que supuso el peligro, era por la conversación que estaban teniendo entre ellos.

— Escuchame, Bangchan, son y veinte, ese chico no tardará en llegar. Tienes no, debés tener un médico personal. Además, yo necesito más vacaciones, no siempre podré acompañarte a los combates.

— Ya te dije lo que opino de eso, Minho. Si lo que quieres es follarte a tu obsesión del mes llamada Han no sé qué, puedes hacerlo. Pero no me vendas el cuento del médico y esas estupideces. – Sentenció con indiferencia mirándole, por encima del hombro, a quien le seguía a la zona de entrenamiento.

Seungmin, quién iba tras ellos decidido a saludar cordialmente, se paró en seco al oír la manera en la que acompañó esa asquerosa frase con el nombre de su amigo. No iba a dejar que nadie hablase así de sus amigos y menos delante de él.

— Su nombre es Jisung, Han Jisung. No es ni han no sé qué ni el antojo de tu amigo. –mencionó el pelinegro ganándose la mirada de ambos.

La muchacha del mostrador, quién se había mantenido distante todo el tiempo, agarró del brazo con prisa a Seungmin como señal de que no continuara, sin embargo, él no se retractó.

—¿Has oído hablar alguna vez del respeto y del valor que tiene una persona? ¿O.. es que como tú valor es tan miserable piensas que todos somos cómo tú? –se cruzó de brazos para mostrar algo más de autoridad. Aunque su voz sonaba convincentemente segura, su cuerpo temblaba y temía que sus piernas le fallaran en cualquier momento– Y además de ser una persona horrible, tienes la capacidad intelectual de una mosca. ¿Enserio no sabes curarte ni un solo corte tú solito?

Minho sonrió sorprendido. En cambio, no todas las reacciones fueron buenas.

Bangchan se acercó a zancadas largas a él, su enfado era evidente, incluso tenía varias venas marcadas por el enfado acomulado. ¿Quién se creía que era aquel niño para tratarle así y más en su propia zona de juego? Solo era un saco de huesos en una leonera donde un león hambriento estaría dispuesto a triturar hasta sus más pequeños huesos.

— ¿Quién te crees para hablarme así?

estaban frente a frente, con ojos intimidantes haciendo contacto visual con otros que solo eran de un lindo cachorrito. Bangchan sabía de sobra que siempre bastaba una mala mirada para asustar, pero con Seungmin no fue así. No funcionó, ni siquiera dió un paso atrás.

— ¿Acaso tengo que ser alguien importante para hacerlo? Yo solo trato bien a quién lo merece. Tú no lo mereces. – siseó sincero el pelinegro mientras trataba con todas sus fuerzas mantener la calma y no perder en el juego de miradas.

Minho bufó y se acercó a ellos con una sonrisa divertida, apoyó la mano en  Seungmin y le señaló la puerta derecha al mostrador.

— Si habéis terminado, creo que podemos comenzar a hablar sobre cuando empiezas.

Y así, se encaminó a donde había señalado anteriormente. Seungmin no entendió al completo su alegría, pero le siguió. Bangchan parecía a punto de estallar cómo un volcán.

— Pero, ¡¿Se puede saber que mierda piensas, Lee Minho?! Dios, ¡sale más preferible ser boxeador de manera ilegal cómo cuando empecé! Tú y yo tendremos una charla más tarde y te aseguro que no será nada agradable. – dijo con recelo el rubio a su amigo.

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Al cerrar la puerta tras él, Minho se echó a reír.

— Me has sorprendido Kim Seungmin, he de admitirlo.

El nombrado, por otra parte, no parecía tan contento. Se sentó en la primera silla que vio y aceptó el agua que le ofreció mientras se abanicaba sofocado.

— Llevamos días con esto, ninguno tiene el coraje ni potencial suficiente para lidiar con él y seguir vivo en el proceso. –siguió el mayor apoyándose en la mesa de escritorio con las manos en el bolsillo. Era atractivo, Min entendía el entusiasmo de Jisung. Llevaba un mono de cuerpo completo negro que dejaba ver su clavícula por el cierre demasiado bajo, sus ojos eran felinos, como los de un gato y sus fracciones eran firmes y casi perfectas. – Por eso que ahora que vi que has podido con él y no te has cortado en decirle unas cuantas verdades, incluso sabiendo que hoy dependía también tu actitud, quiero que está plaza sea para tí.

Hubo un momento de silencio hasta que Seungmin habló entre sofocos diluyendo la tensión de su cuerpo.

— Bien, pero antes debo preguntar. ¿Realmente ves así a Jisung?

— ¿Qué? Oh, claro que no. Jisung es un viejo compañero, nos conocimos con poca edad, ambos estabamos en una selección para mostrar nuestro talento en el canto. Fue agradable volver a saber de él, ¿Sabes? Esos ojos brillantes me ayudaron mucho, nunca podría verle de ese modo.

Al pelinegro eso le llenó de conmoción, estaba tan feliz por Jisung que estaba deseando correr ya mismo a decirle lo que pasó. No obstante, aún debía arreglar unos ciertos papeles.

A Kim Seungmin, nadie le iba a hablar en ese tono y menos, hablar así de su profesión y familia.

Espero curar tus heridas con limpieza a fondo, Cristopher Bangchan, voy a disfrutar mucho al ver cómo sufres por el escozor.

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¡HOLA, HOLAA!

¿Cómo están? Espero que muy bien.

discúlpenme por la tardanza, en cuanto publique este capítulo me dispondré a seguir escribiendo.

Hasta ahora, ¿Qué os parece la historia?

¿Creéis que Seungmin hizo bien en aceptar el trabajo? Quién sabe, tal vez haya más heridas de las que creyó o..

..Salga él con heridas, de las que no se ven, pero son las que más duelen..

Eso solo lo decidirá el tiempo, nos vemos en próximos capítulos.

Muchos besos sabor a coco 🩶🥥.

Pd: cambié el nombre de algunos capítulos, disculpen.

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Tiktok: moniimoonn_

*⁠・⁠。゚Cúrame - Chanmin *⁠・⁠。゚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora