゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚𝓛𝓪 𝓿𝓮𝓷𝓰𝓪𝓷𝔃𝓪 𝓼𝓾𝓮𝓷𝓪 𝓶𝓮𝓳𝓸𝓻 ゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚

3.3K 320 128
                                    


Después de una larga hora revisando papel por papel cada uno de los archivos, Seungmin terminó antes de la hora que tenía prevista.

Había escuchado múltiples veces las molestas voces de ellos dos, sin embargo, no siempre sonaban muy felices. No obstante, él no tenía nada que ver con  Bangchan, por lo tanto no tenía porqué preocuparse.

Salió de su consulta con todo el papeleo en mano directo a Minho, quién estaba regañando a otros boxeadores.

Se situó a su lado esperando a que terminara de dar su reprimenda a uno de ellos, quién parecía tener solo dieciséis años y su cara de susto no pasaba por alto en esa escena.

Mientras esperaba, un joven se acercaba a él directamente.

— Hey, ¿eres nuevo aquí?

— Hace poco que trabajo aquí. –murmuró el pelinegro sin mirarle.

— Oh, así que tú eres el doctor Kim. –sonrió de manera pervertida.

—¿Y tú eres...?

— Oh, disculpa, se me olvidó presentarme. Soy..

Minho se giró, aún de mal humor, encontrándose con la escena del pelinegro y el pelirrojo.

— ¡SEO CHANGBIN! ¿CUÁNTAS VECES HAY QUE REPETIRTE QUE DEJES DE LIGAR Y TE PONGAS A HACER FLEXIONES?

—...Y así me llamó. – Seungmin sonrió al escuchar aquel comentario– Ya hablaremos en otro momento.

Tras la rápida huida del musculoso, Minho centró la atención en el restante, que tragó saliva rápidamente nada más sentir su mirada sobre él.

— Y tú, ¿Qué haces ahí parado?

— Uy sí, yo también me alegro de verte, gracias por preguntar cómo me fue, la verdad me resultó muy fácil, gracias. – murmuró en forma de burla– Estoy aquí para entregarte los papeles, ya los termine todos.

Minho asintió ciertamente impresionado.

—Bien, dáselo a Chan, él debe firmarlos en confirmación.

— ¿En serio? ¿No puedes dárselo tú?

— Puedo, pero no lo haré. Hazlo tú qué para eso te pago  –sonrió con descaro, sabiendo que a Seungmin eso le irritaba.

—Aquí todos tenéis complejos de monos con pulgas. – siseó de mala gana mientras se iba en busca del rubio.

Ciertamente, Seungmin dió más vueltas de las necesarias, pues sabía dónde se encontraba el mayor, pero prefería no verle.

Se acercó con una gran sonrisa a
Yeji, quién parecía estar apuntando un número que le indicaban por el telefonillo. Después de ello, alzó la cabeza en dirección al pelinegro y sonrió.

— Alguien no trae muy buen humor.

— ¿Cómo es posible que sean ambos tan insoportables? Ahora entiendo porqué son amigos. Te lo prometo, es tan exasperante... Estoy más que seguro que Minho no la puso después del concierto, y no me extraña, con ese humor de perros quien querría. Y ni hablar de lo insoportable que es la Barbie musculosa.

La chica se echó a reír por lo bajo, dando a entender inmediatamente lo que sucedía a su amigo.

— Y ahora la Barbie está detrás de mí, ¿Me equivoco?

Yeji asistió, viendo como el menor giraba lentamente la cabeza para encontrarse directamente con el rubio mirándole de brazos cruzados y la más baja a su lado. Maldijo en voz baja haberse metido en aquella circunstancia, principalmente porque no quería verlo, pero también porque sabía que tras eso habría una conversación.

— Así que... Barbie musculosa ¿Eh? – provocó con un tono divertido el mayor, quién había apoyado sus brazos en ambos lados del menor, acorralandolo así, en el mostrador– Será divertido contarle esto a Minho, le hará muchísima gracia. Tanta, que tal vez te haga apuntarlo en una hoja de expulsión.

— Ahg, Chris, eres tan idiota. – masculló este, intentando ocultar su claro nerviosismo.

— No decías lo mismo cuand-

Seungmin le puso los papeles contra el pecho con brusquedad para callarlo, lanzándole la indirecta de que cambiará de tema.

— ¿Qué es esto? – quiso saber, ahora confuso.

— ¿Qué no sabes leer?

— Sí, pero preferiría escucharlo por tu voz.

— Que lástima, Minho no me ordenó eso. –sonrió de manera angelical– Tendrás que buscarte tú trabajador propio entonces.

>>Si me permites, tengo cosas que hacer. A diferencia de otros, yo soy responsable.

☆゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚.                     ♡                     ☆゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚.

Tras aquel incidente, Seungmin no había dejado de trabajar, Minho parecía eufórico respecto a la perfección que exigía el día de hoy.

En el descanso, se acercó al pelinegro interrumpiendo su comida.

— Seungmin.

— Oh, no, no voy a trabajar ahora. ¡Me quedan dos minutos de descanso todavía!

— Eh, relaja, no iba a decir eso. Solo te avisaba que deberás quedarte horas extra hoy, el próximo combate es en los ángeles y no podré viajar con ustedes, deberás encargarte tú solo.

Seungmin asintió de mala gana, pues al parecer el universo no estaba de su lado esta vez.

Al vez la cara del menor, Minho decidió volver a hablar.

— Venga, no será tan malo.

— Oh, claro que no, será horrible.

☆゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚.                     ♡                     ☆゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚.





¡Hola, Hola!
¿Cómo están?
Disculpen mi clara tardanza en actualizar. Estoy en exámenes finales y tuve problemas familiares, espero que lo entiendan.

Trataré de actualizar cada vez que me sea posible y con capítulos más largos.

Os quiero muchoo.

Besitos sabor a coco 🩶🥥.

*⁠・⁠。゚Cúrame - Chanmin *⁠・⁠。゚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora