゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚ Sensations ゚⁠.⁠*⁠・⁠。゚

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Las manos del rubio se deslizaron por las delgadas piernas del menor, acariciándolas gentilmente pero sujetándolo con firmeza. Seungmin, por impulso, rodeó su cuello con sus brazos atrayendolo más a él entre beso y beso que comenzaba a tornarse desesperado; dejándose llevar únicamente por la irresistible presencia frente a él que le brindaba sensaciones embriagadoras.

La respiración de ambos estaba notoriamente agitada, sus cuerpos chocando en suaves roces que hablaban por si solos, calentando sus cuerpos. El aire frío envolviéndolos entre tanta densidad, hundiéndose en la profundidad de la piel desnuda del torso de Bangchan, quién ni siquiera podía notar algo más allá que el cuerpo del menor contra el suyo.

El pelinegro se inclinó hacia su toqué, rodeándolo con sus piernas por la cintura, viéndose a sí mismo gemir y ladeando la cabeza para darle más acceso cuando sintió la lengua de Bangchan trazar su clavícula,(mínimamente visible a través de su suéter), hasta llegar al lóbulo de su oreja y tirar de él suavemente con sus dientes, susurrandole antes de apartarse.

— Me estoy volviendo adicto a tí a niveles insanos, Seungmin... Simplemente no puedo parar de probarte ahora que sé de tu sabor. –murmuró con tono ronco el rubio, sus manos deslizándose desde sus muslos a su cintura, dándole un suave apretón en ella.

— Entonces no pares, no ahora. –dijo al cabo de unos segundos el menor, volviendo a unir sus labios a los del mayor, está vez, con más determinación.

Bangchan cargó a Seungmin entre sus brazos, aprovechando la posición en la que lo cargaba para posar con descaro sus manos en el trasero de este, ganando que el cuerpo del contrario se arqueara ligeramente ante la sensación de sus manos firmes contra su piel con ese destello de descaro, y ciertamente, de posesividad.

El pelinegro hundió sus manos en el revoltoso cabello del contrario, profundizando la pelea de besos que tenían por ganar el dominio de la situación. Aunque, al cabo de unos minutos, se vió a sí mismo perdiéndose ante las sensaciones cuando la mano firme de Bangchan pellizco y jugueteó con uno de sus pezones mientras se presionaba contra él, enviando una carga eléctrica a lo largo de su espalda.

Los músculos del rubio se tensaron sobre su espalda cada vez que las pequeñas caderas del menor se presionaban contra las de él, creando fricción entre ambas erecciones y provocando jadeos provenientes de los dos.

— Bangchan, hace demasiado calor aquí...– susurró Seungmin, mordiéndose el labio inferior para evitar soltar algún gemido que le expusiera su emoción.

A este punto, Seungmin tenía la ropa completamente desordenada, por no hablar de su cabellera alborotada y sus mejillas sonrojadas, claro. Su espalda estaba presionada contra la pared, sus piernas alrededor de la cadera del mayor, quién las sujetaba fuertemente y se aseguraba de que el menor sintiera en todo momento su dureza y como aumentaba bajo su toque.

Bangchan no sólo había conseguido que el menor hubiera conseguido una buena distracción, sino que inconscientemente, había conseguido que Seungmin se sintiera hermoso y jodidamente deseado bajo la mirada y los toques de Bangchan, quién no disimulaba ni un poco lo mucho que había soñado con este momento.

— Te dije que aquel encuentro no sería nada para lo que puedo hacerte, Seungmin. Y créeme que yo siempre cumplo mis palabras. – Gruñó contra su cuello, sin poder soportar más el hecho de que su erección estuviera apretando contra su pantalón de forma exquisitamente dolorosa.

Con un movimiento rápido, incapaz de seguir yendo lento, bajó los pantalones del menor junto a su boxer y lo sentó sobre la mesa, oyéndose un pequeño estruendo cuando la bandeja con dulces mal empaquetados y alguna taza cayó al suelo.

*⁠・⁠。゚Cúrame - Chanmin *⁠・⁠。゚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora