The Poker's: La Grieta en el Diamante

Traición

Imposible, no podía ser real. Varios años han pasado sin tener un solo pariente vivo. Parte de su vida la pasó sola por culpa de aquel sujeto y ahora tenía frente a ella a quien podía revelarle la verdad, quien podía liberarla de un tormento que se le había hecho eterno. Con tal información, podía por fin poner un final a esa historia y buscar al responsable de la muerte de su madre y acabar con ese sujeto.

Arlet lo miró fijamente y con asombro, terror y ansias. La ira y una furia vengativa comenzaron a recorrer su cuerpo y aumentaba conforme iba pasando cada segundo. El diamante se dejó llevar, no pudo hacer nada más que guardar sus armas y arrodillarse para ver mejor a Kai. Este hombre, había conseguido tener a la líder del equipo más poderoso del mundo, en la palma de su mano. Kai, puso su mano en la mejilla de Arlet y sonrió.

—No imagino como deben haber sido todos estos años—dijo Kai. —Sola, sin nadie verdadero que ofrezca su hombro para ti.

—Dime...—trató de hablar Arlet.

—No puedes vivir así, con la verdad a medias.

—Dime Kai, ¿quién fue?

—Lo sabes, sé que en el fondo lo sabes.

—¿Quién fue?

—El responsable yace ante ti, niña.

—¿Qué?

—Recuerda y ata los cabos sueltos, sé que lo sabes.

Arlet se levantó con un rostro desencajado, temerosa y con un nudo en el estómago. Kai se levantó también y se mostró imponente ante ella.

—No...

—Lo sabes.

—No.

—Lo viste usando habilidades parecidas a de aquel sujeto, ¿verdad?

—Aquella vez con Capricornio.

—¿Por qué es tan parecido?

Arlet volteó a ver a Derek quien ya estaba de pie y observando aquel evento. Derek comenzó a caminar con lentitud debido a sus heridas y tratando de llegar a Arlet quien solo lo veía con angustia.

—No, sé que es imposible.

—Míralo.

—No.

—¡Míralo!

—¡No!

—Lo sabes niña, lo sabes.

—¡No!, ¡no!, ¡no!

La tormenta paró de golpe y un silencio lúgubre inundó el ambiente. La tensión era demasiada. Arlet comenzó a recordar y mientras más lo pensaba y juntaba las fichas, más improbable le era e imposible de creer. Tantos años frente a ella y no lo vio ¿Podía ser cierto?

—Fue él Arlet, Derek Escarsa mató a tu madre.

Un trueno se escuchó y retumbó todo a su alrededor. Derek los miró y sabía que su secreto había salido a la luz después de tantos años. Continuó acercándose a Arlet poco a poco, pero la joven reaccionó de una manera sospechosa. Golpeó en el rostro a Kai con su puño, luego lo golpeó en el abdomen y lo dejó caer al suelo. Kai, de alguna extraña manera, se quedó en el suelo como si estuviera inconsciente. Arlet lo vio, sacó sus sables y los apretó con fuerza mientras su mirada estaba perdida. Le dolía el corazón, todo tenía sentido y había sido traicionada por quien consideraba el amor de su vida.

—Arlet—dijo Derek mientras caminaba hacia ella. —Arlet, baja los sables.

—Tú...

—Arlet, mírame.