Aire

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Los días pasaron y la búsqueda del diamante continuaba sin descanso. No importaba donde fuera, la buscarían bajo las piedras si fuera necesario, pero las autoridades tenían por sentado que debía afrontar una severa condena.

Ante ello, Kai no decidió arriesgar su más grande llave para acabar con "The Poker's" y tampoco dejaría desprotegido a Hellheim. Pese a que "Wolf" se encontraba en la base y no había solicitado la ayuda de Kai, este tampoco tomaría el riesgo.

Arlet seguía solitaria como siempre en la misma habitación vacía. Elm llegó aquel lugar para encontrar a Arlet en el suelo sentada y con la mirada perdida. El joven se adentró en la habitación lentamente y a pesar del ruido, Arlet no se movía. Seguía perdida en sus memorias y evitándose incluso a sí misma, sentía tanto rechazo y asco por su acción realizada en combate, que no era capaz de aceptarse a ella misma.

—Arlet—dijo Elm tratando de llamar su atención, pero la joven no respondía.

Elm se acercó algo molesto al diamante debido a la manera en que Arlet lo ignoraba. Se puso frente a ella y se arrodilló para verla mejor y solo pudo observar los ojos enrojecidos de Arlet. Tenía el ojo izquierdo morado debido al golpe que Kai le había dado hacía unos días. El joven no pudo evitar sentir un dolor extraño en el mismo lugar de la herida de Arlet, bajó la mirada y vio los sables en el suelo, pero había uno que tenía sangre en la punta del arma. Elm pasó sus dedos por la sangre y se percató que estaba fresca lo que terminó por asustarlo más de la cuenta. Observó lentamente a Arlet nuevamente y vio que ocultaba sus antebrazos en la parte de sus muñecas. Elm tomó ligeramente los brazos de Arlet y al girarlos para resolver su duda, vio algunos cortes en estos que Arlet había realizado con su sable.

—Sinceramente, no termino de entenderte—habló Arlet con una voz cansada y miserable. —¿Cómo puedes estar satisfecho con este lugar? ¿No le temes a lo que puedas hacer? Me convertí en una persona asquerosa por seguir un camino vengativo y tú por más poder, ¿no tienes miedo de terminar como yo o peor?

—No soy un cobarde—dijo Elm tratando de ocultar su miedo y fingiendo indiferencia ante la situación.

—¿Y por qué no volviste a "Vex" para hacerle frente a tu castigo?

Elm no supo qué responder y al notar su derrota, se levantó de prisa y tomó a Arlet para ayudarla a levantarse. El diamante se levantó con dificultad y se apoyó en Elm para poder mantenerse de pie. Ambos se dirigieron a la salida, pero antes de salir, Elm vio que los sables seguían en el mismo lugar. Recostó a Arlet en el marco de la puerta y fue por los sables. Cuando los tomó, sintió una extraña sensación que recorrió todo su cuerpo, fue una sensación fría, pero era un frío fuera de lo común, ya que, le dolió cada parte de su cuerpo. Se levantó, regresó con Arlet, volvió a ayudarla a levantarse y ambos salieron de la habitación.

Al llegar con Kai, vieron cómo todo estaba preparándose para su viaje a Hellheim. Elm dejó a Arlet a un lado tirada junto a sus sables y se acercó a Kai. Ambos se vieron y Elm no fue capaz de decirle palabra alguna. Se mostró furioso por alguna razón y solo movió la cabeza de un lado a otro. Kai no entendía su reacción hasta que se percató de Arlet. Se acercó a ella y rápidamente vio sus muñecas con heridas y lejos de mostrar preocupación, Kai se enfureció con ella ante su acción.

—¿En serio? Sabía que no podía contar contigo, eres demasiado débil. Ocurre una disputa, realizas algo que no te gusta y tu solución es esto, patética. Si no podías con eso no debiste matarlo, pero lo hiciste y lo vas a superar—dijo Kai sin mostrar ningún rastro de empatía.

—Si no soy capaz de ser libre, buscaré la manera antes que sea tarde—dijo Arlet mientras una lágrima brotaba de ella.

Kai se levantó y pateó a Arlet ligeramente para que también haga lo mismo. Con las pocas fuerzas que le quedaba, Arlet se levantó y vio sus sables en el suelo. Sentía repudio por ellas y le era difícil poder llamarlas, pero al final, después de una lucha interna, levantó sus brazos y llamó a sus armas para guardarlas.

Pasaron las horas y todos se encontraban en pleno vuelo yendo a Hellheim. Kai estaba con los soldados que manejaban la nave para monitorear que todo esté en orden. Elm y Arlet estaban sentados uno del otro, pero frente a frente. Arlet miraba al suelo y Elm no podía evitar verla tratando de conectar con ella por alguna razón.

Mientras sobrevolaban por Cuba, el radar de la nave detectó movimientos extraños de vehículos aéreos muy cerca de la nave. Los radares detectaron más lo que aumentó el pánico al no saber de qué se trataba. Bajo la nave donde se transportaban Kai, Elm y Arlet, se encontraba Price a la espera de la confirmación de Hazel. La líder de "Vex", estaba en la base peruana rastreando todas las naves con la ayuda de miles de soldados que manejaban los paneles y los radares.

—Confirmado Price, la nave que está sobre ti es la correcta—dijo Hazel por el auricular. —Naves ocho y tres, apoyen a la espada y hagan descender al blanco asignado.

—A la orden—respondió un soldado que piloteaba una de las naves.

Price comenzó a golpear la nave de "Agros" para desestabilizarla y hacerla caer. Las naves que Hazel ordenó que atacarán, comenzaron a disparar al blanco. Todos en el interior incluidos Arlet y Elm, se asustaron al sentir los movimientos tan bruscos que se generaban. Las otras naves de "Agros" comenzaron a caer y estrellarse en tierra. Se podían oír gritos de auxilio por parte de otras naves de "Agros" lo que aumentó el pánico de todos. Cuando parecía que todo ya estaba bien, un disparo de la nave ocho de "Vex", impactó en un punto clave de la nave enemiga. La nave perdió el control y comenzó a caer. Todos en su interior se sintieron aterrados, pero Kai dejaría a todos a su suerte. Mientras los soldados que pilotaban la base informaban del descenso en picada de la nave, Kai abrió la compuerta trasera y decidió saltar antes que la nave toque el suelo.

Kai quedó en el aire viendo como las naves de "Agros" caían una a una y las de "Vex" iban descendiendo en tierra para acabar con los pocos soldados que quedaban vivos. La nave con Arlet y Elm, se estrelló contra el suelo matando en el acto a los soldados que la pilotaban. Arlet y Elm lograron sobrevivir y para salir de los escombros, Arlet clavó su sable y realizó un corte para poder salir al exterior. Elm pateó lo que interrumpía su paso y también pudo salir. Todas las naves estaban destruidas y el fuego se extendió con rapidez.

Kai descendió del cielo y vio todo el fuego a su alrededor. Se enfureció ante lo ocurrido y sabía que debía buscar una solución para seguir su viaje a Hellheim. Cuando se disponía a ir en busca de ayuda, se dio la vuelta y como si se tratara de un espejismo y con el fuego atrás de ellos, Derek, Liv y Price, se encontraban parados frente a Kai y cada uno con sus armas en mano. El fuego de las explosiones, semejaban a un aura que ellos emitían.

—¡Creo que aún nos quedan asuntos por resolver! —dijo Derek.

—¡¿Qué es esto?! ¡¿Creen que pueden solo venir, tirar todas las naves y solo pelear como si nada?! ¡No funciona así! —gritó Kai muy furioso.

—¡No estamos aquí por ti, tú solo estás en medio! —dijo Liv.

—¡Tómalo como un rescate! —dijo Price.

—Ya veo—dijo Kai dejando ver una sonrisa.

Kai se elevó unos metros del suelo, abrió los brazos y esperó el ataque de sus oponentes. Derek, Liv y Price, lo miraron y optaron sus características poses de pelea para hacerle frente a su destino. La pelea ahora era contra el verdadero enemigo y no se irían de ese lugar hasta que vean que Arlet era libre, aunque significara arriesgar sus propias vidas.

The Poker's: La Grieta en el DiamanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora