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Estaban en la habitación del británico, habían ido allí a estudiar para sus exámenes finales. Lewis seguía con la intriga respecto a esas marcas, y su mejor amigo no parecía tener ningún motivo de contarle sobre eso.

Así que se acercó de repente a él para remangarle el suéter hasta el codo.

—Dime, ¿por qué estás haciendo esto? -preguntó, sintiendo su voz rota un poco, ver esas grandes cortadas rojizas, y amoretonadas alrededor lo lastimaban de tan solo pensar en lo que estaba sufriendo Checo. —Pero por favor si es por Verstappen, ahórrate las palabras Sergio -suspiró soltándole el brazo cuando vio la mirada intensa de su mejor amigo. Se veía mal.

—En parte es por el, pero en realidad es más por otra cosa.

Lewis ya se había girado, no lo veía, no quería. Se jaló levemente los cabellos, estaba tan enfadado, sentía impotencia. Quería golpear algo, quería gritar.

—¿A que te refieres? -pudo formular.

Sintió las pisadas del pecoso acercársele. Lo tomó del hombro para hacerlo girarse. Y cuando lo hizo sintió un intenso dolor en su pecho al ver esos incontables moretones y rasguños en el abdomen y espalda del menor. ¿Que demonios le había estado ocultando?

—Mi padre ha estado llegando muy ebrio cada noche, se desquita conmigo cada vez que puede, me culpa por la muerte de mamá -suspiró cabizbajo.

—Tu no tienes culpa alguna de que tu madre haya fallecido en accidente automovilístico cuando iba a recogerte de la escuela -se acercó para sostenerlo por las mejillas para alzar su vista y hacer que lo mirara. Notó los ojos llorosos del menor. —Perdona por lo que diré, pero tu padre es un maldito hijo de -se detuvo al sentir el dedo índice de su mejor amigo sobre sus labios.

—Lo sé, pero me culpa y eso nunca cambiará -le dice.

—Yo lo demando, ¿como un político alabado por todos va a hacerle algo así a su propio hijo?

—Tranquilízate Lew, estoy bien -sonrió levemente.

—No lo estás Checo, pero quieres hacerme creer que si, debes recordar que soy tu mejor amigo, te conozco perfectamente y no entiendo por qué me lo ocultaste.

—No quería preocuparte más de lo que ya estabas por mi -admitió, sonrió y luego sorbió su nariz..

—Pensé que en realidad era por Verstappen -fue sincero.

—La vida de Max debe ser parecida a la mía, así que puedo entenderlo, en algún momento volverá, yo lo sé -se dijo más a sí mismo que al mayor.

—¿Crees que mereces estar esperando tanto tiempo por un tipo que no te valora? Sabes que el solo quiere usarte y jugar contigo, el es así, lastima a las personas que quiere porque a sí es como le dejaron inculcado su familia -le dice.

—El puede cambiar.

—Puede, pero no creo que quiera hacerlo, le gusta ser como es, nunca llegará a los talones siquiera de la persona que necesitas en tu vida Sergio, mereces a alguien mucho mejor que sepa valorarte, cuidarte, ayudarte, apoyarte y entenderte perfectamente.

—Lewis.

—Dime.

—¿Crees que pueda superarlo en algún momento?

—No lo sé Sergio, pero eso espero, yo estaré siempre a tu lado apoyándote, nunca me iré -le dice limpiando suavemente unas pequeñas lágrimas que cayeron por sus mejillas.

—¿Lo prometes?

El moreno asintió. —Lo prometo. -le sonrió como solo sabía sonreírle a él.

Hubo un silencio en el ambiente mientras el pecoso se abrazó al mayor.

—Respecto a tu padre, ¿además de golpearte se ha sobrepasado de otra manera? -necesitaba saber, sentía tanta ira en ese instante, quería golpear al padre de Checo con todas sus fuerzas, para decirle y recordarle que un padre nunca debe lastimar de esa forma a sus hijos.

El había vivido cosas mucho peores que eso ya que fue huérfano hasta los 10 años, siendo abusado en su orfanato constantemente. No se perdonaría el hecho de que Checo llegara alguna vez a vivir lo mismo, no le deseaba a nadie algo así. Había sufrido tanto en su pasado, pero que después todo cambió cuando conoció al pecoso, que se agradeció a sí mismo por no haberse dado por vencido, porque ese era su plan ese día, rendirse y terminar con su vida, pero conocer al mexicano lo hizo recapacitar, abrir los ojos y pensar que debía seguir, porque al final después de toda tormenta sale el arcoíris.

—No ha pasado nada mucho peor que los golpes, solo que es algo molesto el hecho de que tiene toda mi vida planeada, me obliga a todo enserio, los únicos momentos que me siento libre es cuando vamos al karting, y cuando estamos en la escuela juntos -es sinceró el menor.

—No creo que suceda algo peor que eso ya, pronto se vendrá algo bueno para ti Checo -le sonrió con suavidad, alejando unos cabellos que le interrumpían la vista al pecoso.

—También me presentó a la chica con la que tengo planeado el matrimonio -contó.

—¿Hablas enserio?

Asintió. —No pienso casarme con una completa desconocida solo por beneficios para las dos familias, me importa un bledo los beneficios, solo quiero ser un chico normal que pueda estar con quien quiera. Me gustaría que mi padre me comprendiera tanto como tus padres a ti -sonríe levemente mirándolo.

—Que sepas que no me alejaré en ningún momento, y te ayudaré siempre y cuando me necesites o no lo hagas, siempre estaré aquí para ti -le vuelve a recordar.

Lewis siempre lo había tratado de una manera tan dulce y amable, que lo hacía sentir tan cálido en cada momento que estaban juntos. Le gustaba estar con el, después de todo era su mejor amigo y se complementaban muy bien. Como almas gemelas.

—Gracias Lew -dice volviendo a abrazarlo.

—No agradezcas, ¿no es lo que se supone que un mejor amigo haría siempre? -le recordó rodeándolo con sus brazos también.

—Tienes razón -rió suavemente.

Lewis de repente recordó el consejo que sus padres le dieron para poder declararse a su mejor amigo, pero no sería buena idea hacerlo en ese momento sabiendo que el menor todavía no superaba al neerlandés.

—Checo.

El menor se alejó levemente del abrazo, para alzar un poco la mirada y ver a los ojos del mayor. Expectante.

—¿Me permitirías ayudarte a superar a Verstappen? -tragó saliva después de confesarse, estaba muy nervioso, no quería que eso arruinara su amistad, después de todo era lo que más tenía valor e importancia en su vida.

Checo lo miró con una extraña expresión, en realidad no se podía distinguir qué sentía en ese momento. Pero sus ojos se llenaron de lágrimas. Sabía que debía responderle que si, necesitaba ayuda para olvidar al rubio. Pero no sabía si sería buena idea con su mejor amigo, después de todo no quería lastimarlo en algún punto y que su amistad quedara afectada.

Pero sabía que no podría tener una mejor persona con la cual intentar tener algo, podía intentar enamorarse de Lewis, sabía que era la mejor opción, era el hombre más bello y amable del mundo, siempre lo supo. Pero como dicen, uno siempre termina enamorándose de quien no debe.

Asintió después de unos minutos de pensarlo. Sonriéndole como en realidad sonríe, su mejor sonrisa.

El mayor abrió los ojos de par en par, sonriendo de oreja a oreja, eso lo había tomado por sorpresa, pero lo hizo sentirse demasiado feliz. Que no pudo evitar cargar al pecoso en sus brazos, para luego robarle un suave beso en la mejilla. Se alejó rápidamente cuando notó lo que hizo, las mejillas sonrojadas suyas y del menor se hicieron evidentes.

El pecoso terminó tomando al mayor por el cuello de su camiseta para jalarlo hacia si, y atreverse a depositarle un suave beso en los labios.

Happy ever after; chewis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora