Pero de pronto escuchó el quejido de una voz femenina, se alejó para ir a encender las luces y vio a la desconocida incorporándose sobre su cama mientras se cubría con las sábanas el pecho. Su cabello teñido de rubio estaba desordenado, tenía infinidades de marcas en su piel y se notaba el sudor reciente en sus cabellos.
Y de pronto su mundo se vino abajo cuando vio al británico salir de entre las sábanas incorporándose, dejando ver su torso hasta su cuello desnudo, también con demasiadas marcas en el.
Cubrió su boca, tratando de no sollozar, su mirada ya se había nublado porque sus ojos se habían llenado de lágrimas.
—¿Que demonios está pasando aquí Hamilton? -muy apenas pudo pronunciar eso.
—Lo que ves, o acaso, ¿quieres que te de detalles de lo ocurrido? -mencionó desordenando su propio cabello.
Checo quería pensar en alguna razón por la cual el lo había engañado, pero no pudo pensar en nada, en ese momento su corazón se había roto en pedazos por completo. Acaso, ¿el habría tenido la culpa? Quizás no lo satisfacía lo suficiente cuando tenían sexo, pero eso era lo que menos lo lastimaba en ese momento. Estaba destrozado por completo, no sabía que decir o hacer en ese momento. Era incómodo, su habitación ya no le pertenecía, no pensaba en volver a estar allí nunca más, no cuando su esposo le fue infiel allí mismo en su propia cama. De solo pensarlo le dieron náuseas. En su propia casa.
—¿Por que lo hiciste? -pronunció, sintiendo como poco a poco se formaba un nudo en su garganta.
—Le traía ganas desde hace semanas cuando nos conocimos -mencionó para simplemente terminar alzándose de hombros.
—Se supone que estás casado, ¿acaso no pensaste en eso?
—Solo fue un revolcón, quería divertirme -dijo sin más. —Podrías unirtenos en la siguiente ronda si quieres -le sugirió.
Checo estaba aguantando sus ganas de llorar a gritos, aunque sus lágrimas cayendo por sus mejillas ya lo habían delatado.
—Si querías revolcarte con cualquiera que te atrajera debiste pensar en eso antes de pedirme matrimonio -mencionó sintiendo su voz cortada.
Escuchó al moreno bufar, su esposo estaba molesto, no entendía porque lo estaba sí el que estaba mal ahí era el por haberlo engañado en su propia cama, en su propia habitación y en su propia casa. La chica veía la escena sin importancia alguna. Le era muy incómodo seguir ahí.
—Fue un error -dijo sin más el mayor.
—¿A que te refieres con eso? ¿Que es lo que fue un error? -preguntó el mexicano, sus manos comenzaban a temblar.
—Lo nuestro, desde un principio lo fue -lo miraba fijamente.
—No es cierto, tú no me dirías algo así -mencionó Checo caminando hacia atrás, chocando con la puerta de la habitación.
—Estoy siendo honesto contigo.
—No es verdad, di que estás haciéndome una simple broma -pidió, más en suplica que otra cosa.
—¿Crees que haberme cogido a una chica en nuestra habitación ha sido una broma? ¿Te causó gracia acaso? -sonaba tan cortante, que hería cada vez más sus sentimientos.
No supo que decir después de escuchar eso.
—¿Por que no puedes entender que fue un error? Jamás debí de haberme casado contigo -le mencionó fríamente.
Checo se quedó en shock, no podía moverse, y realmente sentía que algo dentro suyo se había roto en ese momento, o tal vez simplemente se había vuelto a esconder en un lugar recóndito de su corazón.
Lo primero que hizo al recomponerse por unos segundos fue quitarse el anillo de su compromiso para luego tirarlo hacia algún lugar de la habitación, y salió de allí azotando la puerta. En cuanto salió sus lágrimas comenzaron a car por sus mejillas sin poder detenerse, caminó rápidamente para alejarse de ahí dirigiéndose hacia una habitación de invitados. Donde llegó, cerró la puerta de una patada detrás de si, y se dejó caer al suelo, derrumbándose para llorar a mares, sintiendo su corazón doler punzantemente.
Las palabras que Lewis le había dicho lo habían lastimado más que nada en su vida, fue tan doloroso escuchar eso. Hubiera preferido que lo golpeara a escuchar eso salir de su boca. Después de todo las palabras siempre duelen más que los golpes.
Su llanto continuó con fuerza, sabía que la habitación de su hijo estaba al lado de esa, pero no podía contenerse, ni detener su desgastante llanto.
Escuchó tres toques a la puerta después de unos cuantos minutos, por alguna razón esperaba que fuera Lewis que viniera a pedirle disculpas, pero cuando abrió la puerta después de haber limpiado sus lágrimas, y tratado de contener sus sollozos no vio a nadie, hasta que sintió jalones en su pierna, bajó su mirada encontrándose con el pequeño niño castaño viéndolo somnoliento.
—Pe-perdóname Kimi, no fue mi intención despertarte -le dijo mientras se agachaba para tomarlo en brazos.
El pequeño niño colocó sus manos encima de las mejillas del pecoso, para comenzar a limpiar las lágrimas del mayor con suavidad. Y de pronto sintió como el pequeño besaba su frente.
—Espero que mi beso haga que te sientas mejor papá, así como tú hacías cada que me visitabas y teníamos que despedirnos -habló con ternura mirándolo a los ojos.
El mexicano sollozó, esas palabras de su pequeño hijo habían logrado subirle levemente el ánimo. Se dirigió a la cama con el niño en brazos y se acostó allí junto a él.
—Gracias Kimi, tu beso me hizo sentir mucho mejor -fue sincero.
El menor le sonrió dulcemente.
—¿Por que lloras? -le preguntó el pequeño sintiéndose triste por su padre.—No te preocupes por mi cariño, cosas que los adultos como yo tenemos que vivir -le mencionó acariciando sus castaños cabellos con suavidad.
—Papi, yo nunca te haré llorar -le dijo el menor para abrazarse a él escondiendo su cabeza en el pecho de este.
—Gracias pequeño, yo jamás lo haré tampoco, de ahora en adelante no lloraré por cualquier imbecil que dice ser de una forma y en realidad siempre fue un completo mentiroso -cubrió su boca al instante de notar lo que dijo frente a su hijo.
—Im -el menor estaba por copiarle lo que había dicho, pero el pecoso cubrió su boca con su mano.
—No digas eso, eso solo pueden decirlo los adultos -rió nerviosamente.
—Oki.
Así continuaron, en silencio, pero sintiendo la calidez del ambiente.
En los pensamientos del mexicano habían cosas sinfín, estaba harto de pensar en tanto y no poder quedarse simplemente dormido.
—Kimi -le habló para ver si estaría dormido.
—Hum -respondió el pequeño adormilado. Después de todo ya eran más de las 10:00pm de la noche.
—Nos iremos a una casa más bonita que esta, ¿de acuerdo? -le contó.
—¿Estará papá Lewis? -preguntó bostezando después.
Checo suspiró. —El está ocupado, pero quizás después puedas verlo -le revolvió los cabellos. Se levantó con el en brazos y después lo dejó sentado en la cama por unos minutos mientras guardaba algunas ropas en una mochila de improvisto.
Después se la colgó en los hombros y se llevó al pequeño consigo fuera de la habitación. Tomó también la pequeña maleta del niño de su habitación y salió del departamento sin mirar atrás, sin importarle más cosas.
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Happy ever after; chewis.
أدب الهواة¿Como puedo dejarte ir? Cuando en tu corazón, construí mi hogar. Entonces, ¿como puedo seguir adelante? Me gustaría ser más fuerte. Estamos tratando de aguantar, cuando ambos sabemos cómo terminará esta historia. Terminará en un desastre. Así q...