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Checo estaba muy feliz, ya que al siguiente día cumplirían dos años de casados el y Lewis, y vendrían más que pasarían juntos. Eso era lo que más le emocionaba.

Su matrimonio y vida junto a Lewis era simplemente hermoso si podía describirlo con una sola palabra. Cada mañana despertaban uno junto al otro, abrazados, se saludaban con esa sonrisa común en ellos con tan solo verse a los ojos. Los días entre semana trabajaban, Checo en su empresa donde Lewis aveces iba a ayudarle, pero mientras tanto el británico trabajaba en su restaurante muy concurrido por el estupendo arduo trabajo por parte de Lewis al cocinar tan riquísimo.

Les iba bastante bien en sus trabajos, aveces iban al karting los fines de semana a correr, encontrándose con sus menores, Charles, Carlos, Sebastian y Lando.

Luego en su casa veían películas, series, acostándose juntos, comiendo snacks y demás cosas, había amor de sobra en su hogar. Y de hecho habían estado planeando recientemente en adoptar a un niño. Tal y como hicieron con Lewis cuando era pequeño.

Esa mañana había despertado solo, Lewis no estaba junto a él y eso le sorprendió ya que era la primera vez que ocurría, le parecía extraño ya que cuando uno despertaba antes que el otro se despedía del contrario con un tierno beso. Pero esta vez no había sido así. Pero no le tomó importancia, el confiaba en su pareja y no pensaba en pensar demás al respecto.

Así que se duchó, se vistió, bajó las escaleras hacia la cocina donde notó que no había ningún desayuno preparado para el cómo de costumbre. Eso también le pareció extraño.

Decidió simplemente servirse una taza de café, para comer junto a alguna rebanada de postre que ayer habían comprado.

No era el mejor desayuno por la mañana, pero no estaba mal. El café también lo ayudaba para mantenerse con más energía que de costumbre.

Al terminar decidió llamarle a su novio. Primer tono, segundo tono, tercer tono y hasta el cuarto tono fue cuando recibió respuesta.

-Buenos días Lewis -mencionó sonriendo como imbecil aunque nadie estuviera viéndolo.

-Oh, hola Sergio, ¿ocurre algo? -¿sonaba extraño? O, acaso, ¿solamente estaba exagerando el asunto?

-Eh, bueno no te despediste al irte de casa -rascó su cuello al pronunciar esas palabras. No sabía si era buena idea decirle eso, ya que no quería que esté se pusiera a la defensiva tipo reaccionando mal. Quizás, ¿estaba siendo muy insistente?

-Oh, perdona, olvidé hacerlo, salí deprisa, una emergencia -mintió.

-Entiendo, ¿de que se trata? -preguntó sintiéndose preocupado al escuchar eso.

-No es nada grave conmigo, solo que uno de mis padres se cayó de las escaleras en la mañana y pues mi otro padre está en Austria en este momento, así que vine a llevarlo al hospital -volvió a mentir.

-Comprendo, espero que se recupere pronto, mándale saludos de mi parte -terminó diciendo.

-Gracias, lo haré -estaba por colgar pero este lo detuvo.

-Lewis, ¿a que hora vuelves? -preguntó con curiosidad.

-No estoy seguro, ¿por que preguntas eso?

-Bueno, me gustaría estar contigo también hoy.

-Quizás en un rato, pero no te preocupes tú ve con cuidado al trabajo, nos vemos en casa después -dijo sin más.

-Te amo Le- no pudo terminar lo que dijo ya que el mayor ya le había colgado.

Debía admitir que eso le estaba molestando un poco, le dolía el hecho del cambio repentino en el mayor, sabía que probablemente estaba exagerando, pero el conocía muy bien a su novio, había algo mal con el en ese momento.

Happy ever after; chewis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora