Happy ever after; chewis.

09

[Flashback]

Lewis despertó de pronto por el insistente vibrante sensación en el bolsillo de su pants. Se removió sobre la cama estirándose. Sacó el móvil de su bolsillo para verlo. Notó que en la pantalla aparecía que eran las 7:45 am apenas. Luego vio unos mensajes provenientes de un número desconocido.

No les tomaría importancia, así que lo volvió a bloquear para seguir durmiendo, hasta que el móvil comenzó a sonar al recibir una llamada. Lo silenció rápidamente y se levantó de la cama para ver de qué se trataba todo eso.

Salió de la habitación y contestó sin más.

-¿Quien eres y por que me llamas a esta hora? -preguntó para después bostezar.

-Será mejor que cuides tu forma de hablarme, Hamilton. -esa voz podía reconocerla en cualquier lado, se tensó al instante, por unos segundos quedó en shock.

-¿Verstappen?

-Veo que recuerdas a una persona inolvidable como yo, era de esperarse -sonó arrogante.

-¿Que es lo que quieres y por que me llamas a esta hora? -preguntó sintiendo como su paciencia acabaría pronto.

-Quiero que vayas a la dirección que te envié por sms de inmediato, no preguntes porque, es una orden, obedécela sino quieres que Sergio sufra alguna consecuencia -mencionó para terminar colgando sin esperar la respuesta del británico.

Lewis apretaba con fuerza el móvil en sus manos, tratando de no gritar por el enojo. ¿Hasta cuando seguirían los estupidos juegos de ese hombre? Estaba harto, y lo que no quería era volver a verlo, además de que no pensaba que el regresaría a Inglaterra.

Bufó guardando el móvil en su bolsillo. Fue hacía la habitación de invitados donde aveces guardaba ropa que casi no usaba, sacó cualquier camisa de las comunes que usaba y se la colocó, junto a unos shorts.

Salió rápidamente de su casa, tratando de hacer el menor ruido posible. Subió en su motocicleta y se dirigió a la dirección que marcaba su móvil.

No tardó tanto en llegar por el hecho de que no era tan tarde y el tráfico no era extenso. Vio que era un restaurante lujoso. Entró en este después de estacionar su moto.

Caminó por el interior, llegando a la entrada en donde le preguntaban si venía con alguien, y fue ahí donde el manager de Max se acercó, y fue así como le permitieron el paso. Dirigiéndose a una sala privada del restaurante.

Se sentó frente a Max, que al verlo notó que si había un gran cambio en el hombre, obviamente físicamente, porque su personalidad se notaba que había empeorado. Su cabello ahora estaba corto, mientras que vestía un traje que marcaba el muy buen cuerpo trabajado, que a diferencia de cuando eran adolescentes solo era delgado sin más.

—¿Que es lo que quieres? -dijo con brusquedad.

Max siseó, y negó con su dedo índice señalándolo. —Más respeto Hamilton.

Este antes mencionado frunció el ceño. —Verstappen, ¿podrías hablar de una buena vez?, no tengo todo el día para estar perdiendo el tiempo aquí contigo -no le importó que el menor le dijera que fuera más respetuoso.

—Bien, parece que no estás amigable hoy, así que iré al grano del porque te mandé a hablar para que vinieras aquí -menciona.

Lewis lo miró cruzándose de brazos, expectante.

—Necesito, no, lo que realmente quiero es que te alejes de Sergio -dijo sin rodeos.

Lewis lo miró con sorpresa, y luego se carcajeó un poco. —¿Escuchaste la estupidez que acabas de decir? -le preguntó aún tratando de calmar su risa.

Max lo fulminó con la mirada.

—Por si no lo sabes, Checo y yo estamos casados, ni aunque me dieran todo el dinero del mundo me alejaría de él -le contó. —Así que lo que trató de decirte, por si tu minúsculo cerebro no entendió, es que no me alejaré de él por nada del mundo -dijo, para después pararse y girarse sobre sus propios talones para poder salir de ahí.

—Sino te alejas de él, será el lindo Checo que sufrirá las consecuencias -dijo directamente. Haciendo que el mayor se girara rápidamente mirándolo con furia.

Se abalanzó hacia Max para tomarlo por su corbata. —¿Que demonios dices? -le espetó, quería golpearlo en ese mismo instante, pero no quería atraerse problemas.

—Lo que escuchaste -Lewis no se inmutó en ningún momento, de hecho mantuvo su semblante neutro y frío como siempre mirándolo a los ojos.

—Estas loco si crees que me creeré esa estupidez por tu parte -lo soltó de un empujón, haciendo que comenzara a toser por el leve golpe en su cuello.

—Estoy hablando muy enserio, Hamilton, o te alejas de él por las buenas, o terminaré por destruirlo aunque sea lo más preciado para ti -le repitió.

—Pero, ¿en que te afecta nuestra relación? ¿Por que demonios no solo sigues con tu maldita vida y nos dejas en paz? -estaba tensó, y enfadado a más no poder.

—No te incumbe en lo que me afecte, solo necesitas saber que no quiero que Sergio sea feliz junto a ti, quiero que te olvide, para yo poder aprovecharme de su pequeña inocencia -habló con honestidad, y eso fue lo que derramó el agua de la copa.

Le dio un puñetazo en su rostro, logrando que sus labios se cortaran con sus propios dientes al impacto del golpe. Max rió, lamiendo la sangre que se corría por su mentón.

Limpió los restos con un pañuelo y siguió con su atención al moreno.

—¿De verdad te negarás? ¿Estás en la posición de poder hacerlo? -preguntó con "curiosidad" pero en realidad decía todo eso para molestarlo mucho más. —Te recuerdo que Sergio está en peligro por tu decisión, ¿quieres que le ocurra algo por querer negarte? -le preguntó.

Lewis no sabía que decir.

Rosberg se acercó para tirar un sobre encima de la mesa enmedio de esos dos, de donde salieron dos fotografías.

—Será mejor que mires eso, para que así puedas creerme que no estoy jugando contigo al respecto -le mencionó.

Lewis se acercó con rapidez y tomó las fotografías en sus manos. Cubrió su boca al instante. Era una foto de ayer por la noche cuando el menor había salido a la tienda de convivencia a comprar cereal para cenar. Y la segunda fotografía no la reconocía.

—Esa de ahí es de hoy, mantengo bien vigilado a tu esposo -rió por varios segundos.

Lewis apretó con fuerza las fotografías, arrugándolas con rapidez. Y luego las volvió a tirar sobre la mesa.

Suspiró, tratando de tranquilizarse, y cuando lo logró, pudo voltear a ver al rubio. —¿Cuando debo terminarlo? -preguntó, sintiendo como esa palabra lo lastimaba mucho.

Max sonrió descaradamente. Aplaudió para después cruzarse de piernas. —Tengo un buen plan para que desde hoy mismo lo de ustedes termine -contó este. —Solo debes hacer todo lo que te diga, ¿me entiendes? -le dijo.

Lewis asintió.

—De acuerdo, que feliz me siento -dijo para después levantarse y acomodar su traje.

Lewis lo miró ahí frente a él, fulminándolo por completo con su mirada.

—Nico te explicará en lo que consiste el plan, así que, espero que cumplas con tu parte del trato, amenos de que quieras ver a Sergio lastimado -le guiñó girándose para después salir por la puerta de la sala e irse solo, donde fuera de ahí lo esperaban sus guardaespaldas.