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"yo me quedé, a la mitad"

Después de la misión del banco esa misma noche Aidan llegó a mi habitación, justo cuando estaba haciendo algo que se suponía Nadie debia ver.

–Joel...–susurro apresurandose para quitarme la navaja. –¿Que estás haciendo?–pregunto sentándose a mi lado mientras yo lloraba en silenció.

–los extraño..–hable apenas mientras limpiaba mis ojos –extraño a mi papá Joe... A mí Papá Cael Y-Yo... Quiero irme con ellos, buscarles y que estén Juntos de nuevo...–hable entre lágrimas mientas miraba mi brazo.

–Joel.. ¿Esta es la manera de sacar lo que sientes? ¿Lastimandote?–me pregunto el mientras se acercaba para abrazarme –¿A tus padres les gustaría verte así?–entonces negué.

–pues no.. almenos a uno de ellos..– dije mientras cerraba los ojos acurrucandome en sus brazos –pero los extraño y no encuentro la manera de tenerlos juntos...

–cariño... No deberías lastimarte.. sé que los extrañas porque siempre estuviste con uno de ellos y de alguna manera no sentiste la ausencia del otro pero a veces hay que aprender a lidiar con nuestra soledad...–entonces se levantó y fue en busca del botiquín con el que limpio y vendo mis heridas dejando un beso en mi mano. –la próxima vez que te sientas mal... Háblame, no está bien que todo el tiempo quieras parecer fuerte.

Asentí y lo abracé mientas cerraba los ojos, me sentía enojado con la vida conmigo mismo porque yo parecía ser una persona que guardaba muchos secretos y sobre todo que no le gustaba verse débil ante los demás pero todos tenemos nuestros puntos de quiebre.

Para mí eran mis padres.

Lidiar con la ausencia de uno y la preocupación de no saber dónde estaba el otro me tenía mal y aunque no lo hacía notar en La academia pronto tendría un colapso Y eso lo sabía.

Desde niño había tenido el corazón roto y lastimosamente las heridas físicas que me causaba iban para la misma persona aquella que amaba y le guardaba cierto rencor, hay algunas personas que siempre sufren por otras que no valen la pena pero hay personas que sufrimos por una persona que se supone deberíamos amar.

Era un niño herido y tenía el corazón roto lastimosamente no por una persona que había conocido yo tenía el corazón roto porque me faltaba alguien.

Ese alguien era la persona por la que había sucedido todo lo anterior y por la que tal vez habían comenzado todos mis problemas.

Joe Dixon, A quién ahora mismo no podría llamar padre.

Niebla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora