25. Un abrazo para recordar y una primera vez para no olvidar

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🩷¡Nuevo capítulo! Recuerda comentar si tienes ganas de leer el siguiente, no cuenta tanto y es una enorme motivación para mí🥲🙏🏼

CHELSEA

Estoy leyendo mi libro favorito cuando suena mi móvil, lo cojo con rapidez por si es Colton, pero no, tan solo es Peter mandando videos chorras al grupo. Miro la hora, ya son las nueve de la noche y no sé nada de él, le he mandado antes un mensaje, pero no me ha respondido. ¿No va a venir a dormir? Desde luego, no ha venido a ninguna clase, así que supongo que seguirá con su padre...

Vuelvo a entrar en la conversación y veo que está escribiendo, el pulso se me acelera y la respiración se me entrecorta, algo que, sinceramente, hacía meses que ya no me pasaba con Boston.

Yo 5.32pm
¿Qué tal? ¿Al final te has ido a casa?

Colton 9.11pm
Hola, Campanilla, sí, aquí estoy. ¿Tú?

Yo 9.11pm
Pues en la cama leyendo, ¿vas a venir?

Colton 9.12pm
Sí, enseguida salgo para allá, me lleva mi primo.

Yo 9.12pm
Vale, tengo ganas de verte... El día ha sido largo.

Como no contesta, bloqueo el móvil y suspiro, lo dejo sobre la mesilla y trato de concentrarme en la lectura hasta que, un buen rato después y cuando estoy casi dormida, la puerta de la 305 se abre.

—Hola —saluda con una sonrisa mientras deja la sudadera en su silla del escritorio.

—Hola, ¿qué tal? —Dejo el libro y cruzo las piernas sobre la cama, inclinándome hacia delante.

—Bien, ¿y tú? —Se acerca para sentarse en el borde de la cama, frente a mí, y su sonrisa se borra—. Esas heridas no tienen buen aspecto, Chelsea. —Tensa la mandíbula y aparta mi pelo con cuidado para mirar los hematomas del cuello, se muerde el labio inferior con fuerza y se levanta.

—Estoy bien, apenas me duele. —Lo sigo al pequeño cuarto de baño que tenemos en la habitación y observo desde la puerta cómo se moja la cara.

Me mira a través del espejo y yo doy un paso más hacia él, sintiendo una increíble necesidad de tocarlo, de tenerle cerca y de sentir la protección y la paz que me transmite. Sin intercambiar una palabra, tira de mi mano y me coloca entre él y el lavabo, acaricia mis labios con la yema de sus dedos y se acerca hasta apoyar su frente en la mía.

Siento su aliento caliente a pocos centímetros de mi boca, y no soy capaz de resistir las ganas de besarle, por lo que acerco mis labios y agoto el espacio. Lleva una mano hasta mi espalda y la sube mientras me besa, mientras su lengua y la mía se sincronizan y se compenetran a la perfección. Apoyo las manos en la pequeña encimera para coger impulso y sentarme, llegando mejor hasta su boca y cada rincón de su cuerpo.

—¿Estás segura de esto? —pregunta cuando me quito la camiseta larga que llevaba y me quedo únicamente con el tanga.

—Sí —contesto con seguridad, sostiene mi mirada un par de segundos y vuelve a besarme.

Me levanta y camina conmigo hasta el dormitorio, me deja caer sobre la cama y apaga la luz grande después de encender la lamparita de la mesilla. Lo observo cuando se quita la camiseta en silencio, luego los pantalones y por último los calcetines. Separo las piernas para que se tumbe sobre mí, su boca busca de nuevo la mía y me besa antes de separar sus labios y deslizarlos por mi cuello. Se detiene un instante y puedo notar cómo tensa los brazos, así que los acaricio y murmuro un "sigue, por favor" en su oído.

—No puedo, Chelsea. —Se impulsa para levantarse y restriega su pelo con rabia.

—¿Por qué? —pregunto poniéndome también en pie—. ¿No te...? —Me encojo de hombros y miro al suelo—. ¿No te gusto?

InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora