COLTON
Me despierto temprano por la mañana, antes que ella, y lo agradezco porque no sabría ni qué decir. Sé que me estoy justificando y que lo que hicimos anoche estuvo igual de mal que si nos hubiésemos tocado; bueno, tampoco tanto, pero estuvo mal.
Sin embargo, estoy convencido de que lo que nos pasa es algo puramente físico, que es lujuria y atracción, no hay sentimientos de por medio. Sí, pienso en ella durante el día y me pongo nervioso cuando la veo, pero supongo que todo es por la culpabilidad, por lo que le estamos haciendo a Boston. La traición.
—Buenos días, guaperas, ¿y esas ojeras a qué se deben? —interroga Cass cuando llego hasta ella.
—No sabría ni por dónde empezar, joder. No he tenido un momento para sentarme contigo y contarte... Bueno, necesito tu consejo, canija, ya no sé qué hacer, creo que estoy perdiendo la cabeza.
—¿Tan grave es? Espera, no contestes —dice alzando una mano—. Necesito un café bien cargado porque, por tu cara, creo que voy a necesitar estar despierta. ¿Te cojo algo de la cafetería y nos fumamos la primera clase?
—No te imaginas la falta que me has hecho todo este tiempo, Cass. —Sonrío y le doy un abrazo.
—Venga, no te pongas ñoño que las chicas te están mirando y no se imaginarían ni en mil años que el Fiera tiene sentimientos —vacila y me saca la lengua mientras camina hacia atrás—. ¿Café con leche y sándwich de pavo y atún?
—Siempre —contesto con una sonrisa.
Miro al cielo y veo que está bastante nublado, a diferencia de la semana pasada que el tiempo nos regaló un par de días de sol, excepto aquel fatídico viernes que siempre recordaré... En lugar de sentarme en el césped, camino un poco más para llegar hasta unas mesas de merendero que hay bajo una especie de cúpula, para los días más invernales.
Saco el tabaco de liar para hacerme un cigarro y aspiro en profundidad el aire de la mañana. A lo lejos veo cómo Boston sale de la residencia, me ha escrito hace un rato, pero no le he contestado. Necesito definir esta situación de una puta vez porque no es tonto, sabe que algo pasa, y como Chelsea también se esté comportando de un modo tan extraño y distante como yo, no creo que tarde mucho en sumar dos más dos. Y eso no puede pasar.
—Ya estoy aquí, he traído provisiones —informa Cass con una bolsa llena de chocolatinas y un par de refrescos—. Oye, ¿dónde se compra la hierba en esta ciudad?
—Cállate, anda, que acabas de llegar y ya quieres llevarme por el mal camino, demonio. —Destapo el vaso de cartón para dar un sorbo al café.
—Ya que has sacado el tema... —dice haciéndose la interesante.
—No, el tema lo has sacado tú —río y la señalo con un dedo mientras con la otra mano me enciendo el cigarro.
—Bueno, escucha, he oído por ahí que este fin de semana se celebra una carrera de esas a las que solían ir nuestros padres, podríamos...
—Cassandra que te veo venir, no me líes. —Rompo en una carcajada que ella acompaña, joder, no sabía cuánto la extrañaba hasta ahora.
—No seas un cagueta, solo vamos a mirar, tomar unas copas, fumarnos unos porros, ya sabes. Venga, no me digas que no te apetece porque te conozco —señala antes de dar un sorbo a su café—. Además, por la cara que tienes y lo raro que estás desde que he llegado, algo me dice que necesitas salir de esta cárcel. —Hace un gesto en círculo con el dedo, refiriéndose a la universidad.
—Eso no voy a negarlo. —Miro al horizonte cuando reconozco a Chelsea saliendo de la residencia, camina hasta Boston y se dan un beso, parecen sonreír mientras entrelazan sus dedos y se dirigen hacia los edificios de Psicología y Negocios.
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Inevitable
Fiksi Remaja«Colton Matthews se esfuerza por ser un chico bueno. Durante su tercer año en la universidad, trata de no meterse en problemas y que no le pillen colándose en las habitaciones de las novatas del campus. Sin embargo, no le resulta tan sencillo como e...