Confesión escrita / 24°

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Ahí estaba, un señor de unos 38 años, escribiendo una carta usando una pluma.

"No me voy a arrepentir de lo que he hecho hoy, puesto que..."

La pluma deja de escribir, así que este
hombre moja la pluma y retoma la
escritura.

"Siento que fue lo correcto para mí mismo, no voy a..."

Vuelve a dejar de escribir, pues su pluma necesita recargarse, por lo cual procede a clavarla y continuar redactando la misiva.

"Arrepentirme del pecado que he cometido, he quebrantado la ley humana y la..."

El hombre suspira, su caligrafía se ha vuelto errática, pero el estrés que le causa el agotamiento rápido de la fuente de la pluma es solo comparable a la cólera que ese mismo día había desatado. Aún así, este señor entierra la pluma y prosigue con la carta.

"Ley divina. Aún así, ese miserable merecía morir, y no me arrepiento de..."

La pluma vuelve a dejar de escribir. Esta vez el hombre estaca profundamente la pluma, manchándose en el proceso y dejando detrás un reguero que sin duda no sería fácil de limpiar. Pero había cosas más importantes que hacer, había una carta que escribir.

"La brutalidad de mi acto, solo me arrepiento de dos cosas: 1- me arrepiento de no haberlo hecho antes..."

Esta vez, el señor que se encontraba escribiendo se toma un momento para remojar la pluma una vez más, antes de estallar por la cólera y por el estrés del momento. Y al fin, concluye la misiva con lo siguiente:

"Y 2- me arrepiento de no haber traído un tintero, pues escribir con sangre es simplemente estresante."

Una vez concluida, el hombre firma la carta, hace a un lado el cadáver de su víctima y se sienta a esperar...

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