Apología | Miguel O'Hara

Capitulo 4: Soy muy guapo para los meros mortales

La mirada de ella, llena de decisión y esperanza.

La mirada de el, confundida.

-¿Variante?¿De que rayos hablas?- Bajo a la chica colocándola con mas lentitud que la primera vez, permitiendo que esta pudiera sostenerse con ambos pies -Me estas confundiendo, a quien necesitas no soy yo.

La mujer solo bufo tras la mascara, las cosas eran complicadas y aclarar todo lo seria aun mas. Eran contadas las personas que podían digerir tal información.

-Escucha, no tengo la mínima intención de implicarte o involucrarte en algo TAN grande, si es que tu no quieres...- La chica coloco una mano en su cadera y su otra mano se elevo en un gesto de tranquilizar a Miguel -...solo permíteme explicarte mi situación, no pierdes nada ¿Te parece?

La mano ya elevada ahora se extendió hacia el con el fin de que este estrechara su mano, intentando cerrar un trato imaginario.

Dudo por un momento, algo había escuchado de evitar todo contacto con su propio "yo" de otra dimensión. ¿Podría ocasionar la destrucción de su universo completo por estrechar la mano con aquella figura recién aparecida?

Esperaba que no.

Poco a poco la paciencia de la chica se agotaba -Bueno ¿Vas a darme la mano o que? ¡Se me esta acalambrando el brazo! -Señalo su mano que un se encontraba en el aire con un ligero temblor -¿Que tanto estas pensando?

-¿No existe una paradoja sobre el contacto entre yo's?- su mirada se alternaba entre el rostro de su variante y su mano, una y otra vez -¿No me estaría condenando yo?

La cabeza de la chica cayo y miro hacia el suelo mientras emitía un gruñido de desesperación, elevo su cabeza y su mirada se fijo en Miguel, a la para su brazo descendía.

-No animal, esa paradoja solo aplica en viajes en el tiempo...- su mal humor era palpable -... y siempre y cuando interacciones con tu yo de otro tiempo.

-Pero dijiste que soy tu variante ¿Me quieres ver la cara?- Los brazos de Miguel se cruzaban frente a su pecho mientras su peso era recargado sobre una pierna otorgándole un aspecto extraño.

"¿Que esta mal con el? Posa como una diva", pensó la variante de Miguel.

-Soy una variante, pero de Spiderman, no soy tu "yo" del futuro del pasado, ni siquiera soy de este universo, por eso necesito explicarte todo ¿Puedo o vas a seguir de necio?

-Adelante, habla.

Ella negó mientras miraba a su alrededor.

-No aquí, necesito un lugar mas seguro.

No entendía de repente su aparente nerviosismo pero intento entender sus motivos -De acuerdo, sígueme.

Salto del helipuerto de donde se encontraban y comenzó a columpiarse por aquella ciudad futurista, la chica no tardo ni un segundo en seguirle el paso, aun así, no desaprovecho la oportunidad de mirar todo a su alrededor, era un lugar maravilloso y al parecer del futuro, tenia muchas preguntas en su cabeza sobre tecnología, medicina, un centenar de temas. Pero sabia que no era el momento de hacerlas.

Pronto llegaron a un edifico hecho completamente de cristal, Miguel ingreso por una ventana y rápidamente ella también ingreso esperando encontrar un laboratorio equipado, o incluso una "guarida". Enorme fue su sorpresa cuando su primera vista del interior fue un departamento, moderno, mas no futurista, una cocina amplia pero sencilla, la sala conformada por un sillón en L amplio y con muchos cojines.

-¿Es tu, eh, casa?

Miguel asintió y se dejo caer en el sillón, ambos brazos abiertos y recargados sobre el cabezal del sillón  una pierna cruzada, seguía con el traje y la mascara, lo que en cierta manera se podía tomar como que seguía a la defensiva.