Capitulo 10: Pídelo bien, pídemelo a mi

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Miguel observo concienzudo a Moon sugiriendo que no frenara su relato.

- Con la experiencia que tuve en tu universo solo sabia que necesitaba un colisionador y ese se encontraba en Alchemax - Comprendida que lo que detallara a continuidad no seria grato de atender para Miguel.

- Ahí conocí a la Dra. Olivia Octavious...

Moon's POV

- Mucho gusto Dra. Olivia... - Moon no descifraba si estaba siendo congruente con la interpretación que elaboraba. No poseía la mínima noción de que materias en tema fueron dilucidas en ese no tan breve intercambio de correos electrónicos.

-¡Ay deja los formalismos! Es emocionante tener otra Dra. aquí - Oliva emprendió calzada apuntando con un ademan para que fuera acompañada y prolongo su parloteo. -Son muy pocas las figuras femeninas en el ámbito científico, no nos abrimos muy fácil el camino, eh - Encajo un diminuto codazo en el brazo de Moon.

- Y como jefa de científicos no TODOS me toman muy enserio, pero este proyecto es el mas importante de mi carrera y conocer a alguien con los mismos intereses me pone tan contenta - Olivia situó un brazo por encima de los hombros de Moon.

-Soy la única mujer en el proyecto, pero contigo, seremos como una hermandad. - Una amplia sonrisa se dibujo en su semblante y le resulto intrincado no corresponder.

Aunque no entendía a esa magra fémina, no decía ninguna falacia. Ella misma como medica y dos veces doctora, había contendido con uñas y dientes por un cargo considerable en Alchemax, y su singular obstáculo continuamente era su genero, por ser mujer al parecer no podía presidir nada.

- Si se de que hablas... - Dispuesta a difundir su veteranía, claro sin traer a colación nada arriesgado, de forma precipitada un escalofrió cruzo a su columna vertebral. Distinguió esa contrición, era imposible de ignorar.

El glitch.

- ¿Podrás indicarme donde se encuentran los sanitarios? - Estaba próxima a dejarse conducir por el dolor, pero quería evitar ser exhibida ante los ojos de una científica de dudosa moral.

- Claro, de hecho están aquí frente, la puerta de la derecha... - No permaneció lo suficiente para permitir que Olivia terminara de hablar, ando presurosa atrancando la puerta tras de si. - Si, no te preocupes ¡Tomate tu tiempo! estaré aquí afuera. -Chillo Olivia.

Se interno atropelladamente al sanitario, debió precaver esa situación, procedió a encoger su cuerpo en posición fetal sobre la superficie de porcelanato frio. El dolor aumento gradualmente y la agonía acompaño su cuerpo con gruñidos silenciosos.

No estaba al tanto de la cantidad de tiempo que había permanecido tendida en el gélido piso, pero espero. Una vez el alivio invadió su cuerpo se coloco de pie batiendo sus prendas para eliminar cualquier suciedad de ellas, recompuso su aspecto y salió del WC.

Fue rápidamente acogida por la Dra. Olivia. -¿Todo bien? Me preocupe cuando note que llevabas mas de 5 minutos allá dentro.

-Si claro, es solo mi periodo -Se encogió de hombros concibiendo pésima su coartada. La replica tardo mas de lo que le hubiera gustado y se preparo para cualquier recriminación de parte de la Dra.

-¡Cariño es normal! te admiro mas, has de sufrir severos dolores y aun así aquí estas, no cabe duda las mujeres debemos gobernar el mundo.

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Fue conducida al departamento del colisionador, introducida ante todo un conjunto de científicos quienes escucharon atentamente a sus recomendaciones. Reconoció la intrincada labor de todos los investigadores, realizaban mucho con tan poco. Comprendía totalmente la tardanza y lentitud en la que el colisionador se fabricaba.

Apología | Miguel O'HaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora