Parte 5

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Presente

En pocos días cumpliría años, seis años ... que pequeña era ...

Sinceramente, no tengo muy buenos recuerdos de esos días. Lo entenderéis más adelante, para ello volvamos a retrocedes hasta 2003.

DOS SEMANAS ANTES: 13 de marzo 2003

Por fin se acerca el fin de semana, y mi cumpleaños también. Estoy deseando contarle a Rose lo que tengo preparado para mi cumpleaños.

Ese día llegué un poco antes a la escuela para recibir a Rose en la puerta y entregarle la primera invitación a ella. Mi madre me acompañó para que no estuviera sola durante quince minutos, pero ella no apareció. ¿ Volvería a estar enferma? Hacía mucho que no faltaba, aunque pensándolo, siempre hablabamos mucho por teléfono, todos los días, ha todas horas, pero en esa semana sólo hablábamos en clase y luego en casa ... ninguna llamada... ¿ Habría hecho algo que le molestase?

La campana sonó avisando que la primera clase comenzaba , y Rose no apareció, así que tuve que entrar. No fue en todo el día y lo más extraño es que la directora tampoco fue en todo el día, para recordar... era su madre...

Cuando finalizaron las clases y mi madre me recogió del colegio le dije si podía llamar a la madre de Rose, ya que no había ido en todo el día y había cogido las tareas para dársela por si estaba enferma, pero no me dio tiempo de terminar cuando mi madre con cara seria me miró y me dijo que Rose no iría en un tiempo a la escuela.

En ese momento, no entendí nada. ¿ Qué estaba pasando? ¿ Le había pasado algo ?

Mi madre me dijo que me contaría todo cuando llegáramos a casa. Por una vez estaba ansiosa por llegar a casa y no por tener hambre.

-    Lisa cariño ven.- me dijo mi madre haciéndome un hueco al lado de ella en el sofá.

Yo no quería hablar, no sabía que estaba pasando, pero sabía que no era bueno, por la cara de tristeza de mi madre.

-    Lisa, ¿recuerdas hace unos meses, la primera semana de clase que Rose falto de un día para otro y tú te preocupaste? Pues cuando regresó a la escuela, cuando yo la conocí, la directora... su madre como ya sabes, se veía triste y estuve hablando con ella y me contó que Rose está enferma. No es un resfriado o la gripe ... es más complejo cariño...

-    Mamá, se que solo voy a cumplir seis años y que hay muchas cosas que aún no entiendo pero... soy muy lista... tú me lo dices siempre, por favor dime que pasa, que le pasa a Rose- dije casi derramando una lágrima.

-    Cariño Rose tiene cáncer- me dijo secándome con su dedo la lágrima que derramé

-    ¿Eso es muy malo verdad mamá?

-    Si cariño... pero Rose a tenido mucha suerte porque se lo detectaron a tiempo, pero para curarse tiene que estar un tiempo con un tratamiento muy fuerte que hará que esté cansada, con malestares en su cuerpo y se le caerá su cabello...

-    Pero mamá entonces...¿ no se va a morir verdad?- dije con lágrimas en mis ojos y el corazón encogido.

-    No cariño, no se va a morir, pero necesitará un tiempo para recuperarse...

-    No pasa nada mamá yo estaré a su lado, animándola para que no se sienta sola cuando esté en ese tratamiento que dices y cuando descanse, yo le enseñaré lo que estamos aprendiendo en el cole para que no se pierda nada- dije secándome mis lágrimas con una sonrisa en mi cara.

Mi madre en los días siguientes, habló con la madre de Rose para preguntarle si yo podía ir con ella a acompañarla.

Al principio, mi madre no estaba convencida, yo era muy pequeña y estar en un hospital rodeada de enfermos no era un buen lugar ni tampoco algo que una madre querría para su hija, pero sabía que Rose me importaba, que era mi mejor amiga, así que hicimos un trato, solo estaría con Rose las horas que duraba la quimioterapia, y cuando terminase volvería a casa. La verdad, prefería estar ese tiempo con ella aunque fue poco tiempo, que no estar a su lado y no saber nada de ella.

Los dias pasaban y solo quedaban tres días para mi cumpleaños. Uno de los días de quimio, Rose me dijo que el día de mi cumpleaños no quería que fuese al hospital, si no, que celebrara la fiesta que tanto esperaba y que me lo pasara genial ese día por las dos, pero yo no quería, de hecho, le dije a mi madre que ya no quería una fiesta de cumpleaños, pero que en cambio, me dejara estar más tiempo ese día con Rose y mi madre a regañadientes aceptó.

Cuando se lo dije a Rose se enfadó, aunque yo no entendía porqué. Me dijo que no quería que recordara mi sexto cumpleaños metida en un hospital con una enferma. Cuando ella dijo eso , fui yo quien se enfadó con ella por llamarse así misma enferma. La verdad era que desde que mi madre me contó lo de Rose y empecé a visitarla al hospital, nunca habíamos hablado de ello. Yo tampoco entendía mucho de esa enfermedad ni de los tratamientos, así que solo me dediqué a estar con ella, acompañarla y que sintiera que no estaba sola.

NUESTRA ÚLTIMA PRIMERA VEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora