La adolescencia en la mayoría no es fácil, el amor, la amistad, el instituto etc... todo influye, pero para Lisa y Rosanne todo está bien. Amigas desde que tienen memoria hasta que su amistad llegó a algo más, unos amigos tan leales que se podrían i...
El día transcurría, y yo no me podía sacar de la cabeza aquellas palabras de Brian. Durante la comida, decidieron echar el día en el lago, aunque cuando salió el plan, me miraron por si estaba de acuerdo, y yo solo asentí. Intentaba hacer como si no hubiera pasado nada, así que por supuesto que acepté. Ademas, tenia que volver a hablar con Brian, para que me explicara que quería decirme, y que mejor momento que en el lago con Sam y Rosé entretenidas.
Alistamos varias cosas en unas bolsas, y cuando todo estaba listo, nos encaminamos por las empalizadas de maderas que daban a una parte privada del lago.
Por el camino, le dije a Brian disimuladamente que me contara lo que no terminó por decirme, pero este en cambio me dijo que tuviera paciencia, que antes nos divirtiéramos. Conociendo a Brian, sabía, sin ninguna duda, que lo hacía por picarme la curiosidad, pero no iba a concederle el privilegio de oírme suplicar, así que, guardé silencio y continué hasta llegar a la zona.
Al llegar, el paisaje era maravillo, desde que me levanté hasta aquel momento, pude notar que aquel día era espléndido.
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Estuvimos nadando durante un rato, de los cuales, podía observar a veces como Rosé me miraba. A decir verdad, no hablamos mucho durante toda la mañana, y de camino al lago, ella estuvo hablando con Sam. Pero aquí estábamos otra vez, mis paranoias. Solo relájate Lalisa Manobal, me decía mi voz interior.
Estuve solo unos minutos en el agua, ya tuve suficiente el día anterior, mis yemas de los dedos estaban arrugadas como garbanzos; así que fue cuando decidí salir del agua definitivamente, tumbándome sobre la toalla.
Nunca me había gustado mucho tomar el sol, pero aquel día mi propio cuerpo me lo pedía. Después de estar como diez o quince minutos tostándome por ambos lados, vi como Rose seguía hablando con Sam en las toallas colocadas enfrente, mientras Brian tan tranquilo con sus gafas de sol estaba tumbado a mi derecha sin decir nada.
Así que, giré disimuladamente mi cabeza hacia donde estaban Sam y Rose, con la fe de poder oír algo de la conversación. Ya no era cosa mía, algo pasaba con Rosé, porque era ella la que mas hablaba con Sam, y mas de una vez pillé a ésta mirándome con disimulo, aunque sin lograrlo porque me di cuenta todas las veces.
Pero por un momento, al mirar, vi como cambió de posición tumbándose boca arriba, con los ojos cerrados, como si durmiese, aunque mas bien era por los rayos de sol que le molestaban. Tenía el cabello húmedo aun y revuelto, y su rostro, por lo usual lo tenía alegre, pero en aquel momento mostraba una expresión ... demasiado seria. Aunque apartando aquello, se le veía disfrutar con cada uno de los rayos de sol que incidían sobre su piel. Creo que fue la primera vez que la vi tan bonita. No me malinterpretéis, siempre lo fue, pero es que este día..., era diferente. Ese bañador ceñido que llevaba puesto, revelaba las curvas de un cuerpo perfectamente desarrollado.
Sin pretenderlo, mi mirada se deslizó por el arco que formaban su cintura y su cadera, y se detuvo unos instantes en la piel del muslo, suave y tersa. Luego, contemplé la doble curva de los senos que se insinuaban bajo el bañador, como dos colinas gemelas y...—¿Que miras?– preguntó Brian, por encima de mi hombro, echando un poco sus gafas de sol hacia abajo dejándola colocadas en el filo de su nariz y mirando hacia la misma dirección que estaba mirando yo. – De ser avestruz, habría hecho un agujero en la arena para meter la cabeza dentro. Me limité a sonrojarme y a volver la mirada, fingiendo estar absorta en el paisaje del fondo que se enmarcaba; lago y montañas.
— Nada– contesté con toda la indiferencia posible –. Por cierto, ¿ cuando piensas contarme aquello? Brian se sentó en la toalla. Miró a las chicas que se dedicaban a tomar el sol, y con un pequeño golpecito en mi hombro me dijo:— ven conmigo-.
**** Rosé
— Oye, ¿ podemos hablar?- pregunté a Sam cuando la vi en la terraza. — Claro, dime cariño- me respondió ahuecándome el sitio a su lado. — ¿ Has dormido bien? Después de lo sucedido anoche...- — De eso quería hablarte, la verdad, pasó algo. - No sabia bien cómo explicarle a Sam lo ocurrido, tanto en el baño con Lisa como lo que ocurrió luego cuando estábamos acostadas, no tenía idea como decirle lo que Lisa me dijo, y mucho menos como explicarle que de algún modo ... me gustó. — Oye, Rosie, ¿ va todo bien con Lisa?...- Dijo Sam frotando mi espalda lentamente, viendo que me empezaba a poner nerviosa. — Anoche pasó algo en el baño, con Lisa, y bueno, no sé, es que....- empecé a balbucear nerviosa sin decir nada en claro. —Rosé, para. No me estoy enterando de nada. Que quieres dec...—Creo que me gusta Lisa–terminé por decirle cortándole. — ¡¿Es..espera que?!- dijo Sam demasiado alto echándose las manos a su boca totalmente sorprendida. —SHHHH CALLAA!- le dije susurrando mientras miraba hacia dentro de la casa asegurándome de que no había nadie allí. — Cuéntamelo todo. Ahora. - Me dijo Sam, acomodándose y llevándose la manta hasta la mitad de su rostro para no mostrar una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja. — Pues... no sabría por dónde empezar- Escapándose un sonrisilla nerviosa. — Rosieee por el principio, osea, todooo, con eso ya me dices que viene de mucho antes y que no es de ahora- me decía Sam llena de nervios. Se lo había tomado mejor de lo que esperaba, por ella, ya nos montaba la boda. — Vale está bi- Hola chicas, buenos días — Dijo Brian apareciendo por la puerta. — Hola cariño- le respondió Sam con un beso. — Hola Brian- respondí sin mas, pues no me esperaba a Brian y me dio tremendo susto. — ¿Que hacéis? ¿ Habéis desayunado ya?- dijo Brian. — Aun no cariño, pero me traerías una taza de caf- Hostras se me olvidó llamar a los chicos, ahora vuelvo- dijo Brian entrando rápidamente en la casa- Café... - terminó por decir Sam, mirando de reojo mientras resoplaba. — Primero Lisa y ahora Brian... menudos...- decía sacudiendo encorajada la manta, hasta que se dio cuenta de la mirada de confusión de Rose.—Osea, haber, Lisa es un amor ehh... — ¿ Has visto a Lisa?- dije confundida, ya que desde que me levanté no la había visto aun. — Si, bueno, ella fue la primera en levantarse, por lo visto vio el amanecer, sorprendente ¿ verdad?- dijo Sam haciendo giro para levantarse. — Ohh espera, tienes que contarme ya sabes qué – dijo volviéndose a sentar. —Mejor en otro momento...- — Rose vamos, no puedes dejarme así, solo dime, ¿ que pasó entre vosotras anoche? - dijo Sam achicándome los ojos y levantando y bajando las cejas, con voz coqueta. Cogiendo aire : — Le quité la camiseta a Lisa y luego pasé mis manos por su abdomen bajando hasta el comienzo de su pantalón terminando por desabrochar el botón y la cremallera.... —¡¿ ESPERA QUÉ?!- exclamó Sam volviéndose a llevar las manos a su boca del asombro. — Y Oí a Lisa decirme que estaba enamorada de mi, cuando creía que ya dormía....- dije soltándolo todo en una bocanada de aire, luego de decir todo aquello mas rápido que el propio Enimen. — Me muero, resucito, y vuelvo a morir- Dijo Sam quitándose la manta de encima y empezando a abanicarse con sus propias manos.—Ahora si que me lo tienes que contar todo, y al detalle. — Lo sé ...pero mejor luego, ahora vayamos dentro y comamos algo ....