La mañana posterior a la fiesta me desperté algo cansada, pero aliviada. Había pasado la noche sin ver a Isidora de nuevo, ya sea a los pies de mi cama o en mis sueños. Ese día sólo debía cumplir mis obligaciones como estudiante, no debía escaparme del colegio ni preocuparme por los posibles moretones que aparecerían en mi cuerpo.
Tomé mi regalo cuidadosamente y lo guardé entre mis pertenencias. No podía evitar sonreír al verlo y esperar con ansias el momento de usarlo.
Al colocarme el uniforme y emprender mi camino hacia la sala común, recordé que tenía pendiente una visita. Sin embargo, no era el momento del día para realizarla.
Al llegar a la sala común, Sebastian y Ominis me esperaban. Ambos lucían cansados, pero no desanimados. Al caminar con ellos hacia los salones de las clases me hizo sentir cuánto extrañaba la normalidad de la rutina. Sin embargo, al finalizar la clase de la profesora Weasly, les indiqué que necesitaba quedarme un rato con ella, por lo que acordamos vernos en la biblioteca con el resto del grupo.
- Me alegro de que haya salido de la enfermería, señorita Robins. – Hizo una pausa, cambiando su expresión de alegría por tristeza. – Lo que sea que necesite, puede contar con nosotros, los profesores. Sé que era cercana al profesor Fig, así que si necesita hablar puede recurrir a mí en cualquier momento.
- Muchas gracias por sus palabras, profesora. De hecho, sí tengo algo que pedirle. Cuando estuve inconsciente en la enfermería entiendo que realizaron el funeral del profesor Fig. – Sentí que el dolor se impregnaba en mi pecho. - ¿Podría... decirme dónde puedo ir a visitarlo?
- Por supuesto, señorita Robins.
La profesora Weasly me explicó con detalle cómo llegar hasta el lugar de descanso del profesor Fig. Había recorrido más de una vez Hogwarts y sus alrededores, por lo que no fue difícil entender la ubicación.
- Muchas gracias, profesora.
- Si necesita compañía para su visita o algo más, avíseme.
- De nuevo, muchas gracias. Si me disculpa, debo ir a la biblioteca a estudiar para mis TIMOs.
- ¡Por supuesto! Puede retirarse.
- Hasta luego, profesora.
Salí del salón con la información que necesitaba, pero ahora comenzaba a balancearme entre visitar la tumba del profesor y sentir que no estaba lista para eso. Tal vez podría pedirles a mis amigos que fueran conmigo, o a la profesora Weasly. Pero también sentía que era algo que debía hacer por mí misma. Me sentía culpable debido a todo lo que el profesor había hecho por mí, y yo no era capaz de caminar hacia su lugar de descanso.
Mis atribulados pensamientos se suspendieron cuando llegué a la puerta de la biblioteca. Poppy llegaba conmigo, agitada. Ambas deseamos que Natty no nos regañara por llegar un poco más tarde de lo acordado. Comenzamos a buscar a nuestro grupo, pero no tardamos en encontrarlos debido a los regaños de la bibliotecaria a Sebastian por hablar demasiado fuerte.
Nos sentamos en los lugares que nos habían reservado. Ella se sentó junto a Ominis y yo junto a Sebastian. No pude evitar recordar el regalo y alegrarme por los minutos que se había tomado debido a éste. Discutía con Garreth acerca de la composición de algunas pociones. Luego, tomó un libro, abrió una parte en específico y me la entregó.
- Controlarás que lo haya memorizado correctamente. – Me ordenó.
Comenzó a recitarlo perfectamente. Casi al final, confundió dos conceptos sin notarlo. Lleno de satisfacción, me preguntó qué tal lo había hecho.
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Un cuento de serpientes (Sebastian Sallow / Ominis Gaunt) (HL fanfic)
FanficEste relato se basa en la historia narrada en Hogwarts Legacy, donde una estudiante se suma a sus estudios mágicos en el 5to año. La historia mantiene una gran cantidad de elementos de la historia principal, pero modificando algunas partes a benefic...