Al escuchar el tumulto, mientras bajábamos las escaleras, imaginaba una celebración en curso en la sala común de Slytherin, pero quedé pasmada tras escuchar el brindis hecho en mi honor.
- ¿Qué está sucediendo? – Pregunté a Ominis.
- Toda la escuela sabe lo que hiciste. Que nos salvaste de la invasión de los duendes. – Respondió, sonriendo, y algo sonrojado.
El alumno de séptimo que levantó la copa se aproximó hacia nosotros.
- No es sólo que salvó la escuela, Gaunt. – Dijo, mientras colocaba su brazo en mi hombro, rodeando mi espalda. – Salvó al colegio siendo de Slytherin. Ahora todos deberán tragarse sus palabras cuando nos traten de tramposos o viles. – Luego, rio mirando a Natty, Garreth y Poppy, quienes asintieron algo incómodos.
- Aunque en parte lo somos, ¿no es así? – Respondí, a modo de broma.
- ¡Claro! – Rio. – Pero ahora no podrán decirlo, o al menos por un tiempo, porque nuestra salvadora es nada más ni nada menos que de la casa de los viles y tramposos. Soy Percival, por cierto. Capitán del equipo de quidditch. – Tomó un largo sorbo de su copa. – Si me disculpan, seguiré con la fiesta.
Me giré para ver nuevamente las expresiones de mis amigos. Sebastian y Ominis lucían algo nerviosos. Natty y Garreth parecían estar entusiasmados y rápidamente notaron las bandejas con postres y bocadillos. Poppy se escondía detrás de Natty, aunque le tomó unos minutos soltarse.
Por mi parte, me sentía sumamente feliz. Había llegado en quinto año y, siendo honesta, me había pasado gran parte del año escabulléndome del colegio para enfrentarme con magos oscuros. No esperaba que alguien se sobresaltara, y mucho menos hiciera una fiesta, porque salvé a la escuela de los duendes. Además, me causaba gracia el hecho de que, al ser de Slytherin, mis compañeros de casa sintieran una pequeña victoria sobre aquellos que nos menospreciaban.
Comencé a recorrer con la mirada todo lo que había en la fiesta. Los seis fuimos en busca de algo para tomar y beber. Parecíamos algo tímidos, pero, al ver las delicias que nos esperaban, la timidez se disipó.
- ¡Vaya que los de Slytherin saben hacer una fiesta! – Exclamó Natty, mientras tomaba un postre que parecía ser una mousse de chocolate con fresas.
- ¿Es esta...? - Dijo Garreth, mientras daba un sorbo a una copa. - ¡Es la cerveza de mantequilla de las Tres Escobas!
Pude ver, casi como un destello, un gesto de satisfacción en el rostro de Ominis mientras Garreth se cansaba de decir que no había mejor cerveza de mantequilla.
- ¿Cómo consiguieron todo para esta fiesta? – No pude evitar preguntar.
Una alumna de sexto o séptimo año (no lograba recordar cuál) se aproximó a nosotros. Recordaba que Sebastian me había mencionado que era la buscadora de Slytherin. Traía en su mano un vaso lleno.
- No perderé esta oportunidad de brindar con nuestra salvadora. – Dijo, y acto seguido chocó su vaso contra el mío. – También debo brindar con ustedes dos, los informantes. – Luego, brindó con Sebastian y Ominis.
- ¿Informantes? – Pregunté.
- ¡Claro! ¿Cómo piensas que nos enteramos de que estabas lista para salir de la enfermería? Ambos corrieron hasta nuestros salones para avisarnos. Luego, mientras Sebastian se escabullía en la cocina, Ominis fue hasta Hogsmeade para conseguir lo mejor de la fiesta. – Señaló su vaso mientras pronunciaba la última oración.
- No fue nada, sólo pasé por las Tres Escobas y Sirona estuvo más que feliz en colaborar con la fiesta cuando le dije que la haríamos. – Respondió Ominis, con cierta timidez.
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Un cuento de serpientes (Sebastian Sallow / Ominis Gaunt) (HL fanfic)
FanfictionEste relato se basa en la historia narrada en Hogwarts Legacy, donde una estudiante se suma a sus estudios mágicos en el 5to año. La historia mantiene una gran cantidad de elementos de la historia principal, pero modificando algunas partes a benefic...