hey.

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«Hola.»

Miles entró a la academia con su mochila llena. Ya llevaba más de un año en Visions y aún no lograba acostumbrarse a cargar tremendo peso en su espalda. Claro que ser Spiderman hacia que fuese más relajado.

Caminó entre los grupos de estudiantes, saludando a algunos pocos conocidos cuando te divisó a lo lejos. Recién habías entrado en la academia dos semanas atrás, Miles te vio desde el primer día y había querido acercarse a ti pero siempre había algo que se lo impedía. Notó que estabas colocando unos pocos libros en tu casillero y decidió aplicar que su tío Aaron le había enseñado hacía tiempo.

Sentiste una mano en tu hombro, al voltear viste a un chico alto, moreno y muy lindo. Pensaste en que no debías decir nada tonto, quizá sólo quería saber la hora.

―Hola ― saludó con una voz grave. Tenía una sonrisa linda, mostrando seguridad.

―Hola ― sonreíste. Miles se quedó mirándote, pensando en lo preciosa que te veías. Lo miraste esperando a que dijera algo más, pero no parecía que fuese a hacerlo ― Uh, ¿olvidaste lo que ibas a decir?

Miles abrió los ojos quitando la mano de tu hombro apenado, creyendo que seguro habías pensado que era un idiota.

―Yo sólo, uh ― quiso apoyarse en los casilleros, pero no notó que a su lado sólo estaba la entrada abierta a la biblioteca, haciendo que cayera torpemente al suelo. Se levantó rápidamente notando una pequeña risa de tu parte ― S-sólo quería saludar.

―Oh, ya veo ― sonreías viendo su apariencia y sus lindos zapatos ― Soy __________.

―Qué lindo nombre, no parece ser de aquí ― dijo curioso.

―Soy de Latinoamérica. Mis padres y yo nos mudamos hace unos días porque mamá consiguió un buen empleo aquí en Brooklyn.

―Cool. Mi mamá es de Puerto Rico.

―¿Y sabes hablar español? ― preguntaste ilusionada.

―Pues... ― se rascó la nuca ― Sé algunas palabras.

―¿Como cuáles? ― quisiste saber.

Mi nombre es Miles Morales ― dijo con un acento tierno haciéndote reír ― Tu sonrisa es bonita.

Te sonrojaste mordiendo tu labio inferior nerviosa. La campana sonó y sabías que eso significaba que tenías menos de cinco minutos para entrar a tu primera clase o te pondrían como ausente. Así funcionaba allí.

―Ya tengo que irme. Me gustó hablar contigo, Miles ― cerraste tu casillero empezando a caminar a tu salón.

―Podemos hablar más tarde si quieres ― dijo mientras te miraba al alejarte ― Porque soy bueno en eso, hablando ― cerró los ojos arrepentido de abrir de más su bocota.

―Me encantaría ― dijiste, dedicaste una sonrisa antes de continuar tu camino a clase. De todos modos, no pudiste dejar de pensar en ese lindo chico.

―No me digas que te gusta Morales ― escuchaste decir a tu compañera de habitación mientras cepillabas tu cabello. Miles había sido muy lindo y amable contigo durante toda la semana, y ahora que era viernes, te había invitado a salir. No querías estar exactamente emocionada, ya que él sólo había mencionado algo de comer empanadas y caminar un poco para que conocieras algunos sitios. Sin embargo, la sonrisa en tu rostro y el cosquilleo que sentías en tu estómago te delataba por completo.

―¿Qué tiene de malo? Es muy lindo ― admitiste terminando de arreglarte y preparando tu bolso.

―Sólo digo que ese chico llega tarde a todas partes, o al menos eso he oído ― se encogió de hombros.

―Bueno, esperemos que no sea así hoy ― sonreíste un poco nerviosa.

Por fortuna, Miles había llegado a tiempo a la tienda donde habían acordado verse. Habían conversado de muchas cosas mientras compartían unas empanadas de carne que te encantaron. Te había llevado a caminar por distintas calles, mostrándote muchas tiendas que él pensó que te gustarían. En cierto momento, lo observaste hablar mientras caminaban y sin pensarlo dos veces, tomaste su mano. Él volteó a mirarte sonrojado, sonrió y te dio un pequeño apretón.

―Me gusta estar contigo, __________ ― dijo de repente haciendo que te pongas nerviosa.

―A mí también me gusta estar contigo, Miles ― admitiste sonrojada mirándolo a los ojos.

―¿Cr-crees que podríamos salir otro día? S-sólo si quieres.

―Por supuesto que sí ― sonreíste.

―Cool ― respondió disimulando su emoción.

Continuaron caminando por un largo rato, sin soltarse de la mano ni un sólo momento.



Un poco corto, pero está bien para iniciar. Pueden hacerme pedidos por mensaje privado, espero que disfruten éstas historias. Trataré de actualizar seguido.

miles morales|one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora