miles morales|one shots

rude girl pt. 2

«Chica ruda.»
Parte dos.

Cerraste la puerta poniéndole seguro. Pusiste una mano en tu pecho tratando de regular tu respiración. Habías corrido hasta tu casa horrorizada, luego de descubrir que Miles era el famoso merodeador y había asesinado a aquel hombre justo frente a ti. ¿Acaso también era el responsable de las secuestros que se habían anunciado en televisión los últimos días?

Te sentaste en tu cama, pasaste tus manos por tu rostro, frustrada. Tu mente no lograba procesar lo que habías visto, aunque viéndolo de ese modo ya no te sorprendía que Miles se pusiera agresivo con algunos chicos en la escuela.

—__________. — sentiste una mano en tu hombro. Te alejaste asustada de la cama, encontrándote con Miles. Estaba usando su chaqueta, y su rostro reflejaba tristeza y miedo.

—¿Cómo entraste? — dijiste dando un vistazo a la puerta verificando que ésta seguía cerrada.

—Tu... ventana está abierta. — se encogió de hombros señalando la ventana detrás de él. Miles intentó caminar hacia ti pero se detuvo al notar que retrocediste.

—No te me acerques. — rogaste. La verdad sentías miedo de que te hiciera daño, ¿iba a hacerte algo por haber descubierto su identidad secreta?

—Por favor, déjame explicártelo todo.

—¿Qué cosa?¿Que matas gente inocente a plena luz del día?

—¡No son gente inocente, __________! Son tipos malos. — aseguró.

—Inocentes o no, ¿quién te da derecho a arrebatar sus vidas? — Miles soltó un suspiro tratando de controlar su enojo, debía haber una forma de hacerte entender que él no era el villano.

—¿Puedes dejar de juzgarme un segundo y tratar de ponerte en mi lugar? — pidió mirándote a los ojos dolido. Tragaste saliva aún asustada, pero sólo lo miraste dándole la oportunidad de hablar. — No disfruto hacer eso, __________. No me satisface de ninguna manera hacerle daño a esas personas, pero si sólo los amenazo y luego los dejo ir sería una idiotez. Podrían rastrearme, descubrir mi identidad. Podrían decirle a Kingpin dónde encontrarme y hacerle daño a mi tío, o a mamá... o a ti.

—¿Quién es Kingpin? — preguntaste casi en un susurro.

—El jefe de todos esos tipos. Él ha estado secuestrando gente de los barrios bajos, personas insignificantes, sólo para usarlos en sus proyectos y luego matarlos. — Miles tragó saliva apartando la mirada de ti. — Kingpin mató a mi papá... porque descubrió lo que hacía. Él quiere abrir un portal que traiga a las versiones de su esposa e hijo de otras dimensiones, pero no es seguro. — Miles se sentó en tu cama agotado. Lentamente caminaste hacia él y te sentaste a su lado, dejando un espacio entre ambos.

—No durarían vivos mucho tiempo en una dimensión ajena. — pudiste concluir.

—Exacto. Están creando un suero que los mantenga en esta dimensión sin correr ninguna clase de peligro pero... aún no dan con la fórmula correcta.

Miles volvió a mirarte. Tu expresión ya no demostraba tanto miedo, parecía que habías entendido su historia resumida pero desde luego que no estabas para nada convencida con su método para detener a Kingpin.

—Debe haber... alguna otra forma de que puedas hallarlo. — te encogiste de hombros, Miles te miró entre confundido y asombrado.

—¿No estás molesta conmigo?

—¡Claro que sí, Miles! Lo que haces no está bien. — suspiraste. — Pero... Dios, ¿cómo sabes todo sobre ese hombre?

—Es mi trabajo, mi tío Aaron me ayuda.