Prólogo

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En 1673, en el tranquilo y pintoresco pueblo de Mahintara, a las afueras de Iglitar, de la noche a la mañana una familia real llego a vivir en el gran y potente castillo de las afueras. Su nombre era Sarcham, la primera construcción de esas tierras, ha estado allí desde siempre y nadie sabe quién lo construyó, ni quién ha vivido allí si no hasta ahora.

Un rey junto a su reina, su hijo, un duque. Llegaron a este castillo por simple casualidad, o eso era lo que creían los habitantes. Lo que no sabían era que Mahintara, era conocido en el mundo exterior como un pueblo de alta tasa de natalidad por año. Lugar perfecto para esta familia.

Desde el primer día que la familia llegó,todos comenzaron a hablar sobre ellos, mas sobre el joven Duque Kandian, quien poco a poco fue conocido por sus extravagantes fiestas de máscaras que organizaba en el gran castillo. Cada tres meses, el joven duque enviaba invitaciones especialmente a las damas y jóvenes del pueblo. Todo sería normal si no fuera porque quienes eran invitados a estas maravillosas fiestas no volvían a sus hogares. Algunos decía que el duque tenía a las damas para su propia satisfacción, otros decían que las vendían como esclavas, habían muchos rumores de lo que pasaba con las mujeres que iban a estas fiestas, mas nadie nunca hizo algo para averiguar qué era lo que verdaderamente aquí pasaba.

Poco a poco las fiestas del duque Kandian fueron convirtiéndose en una especie de leyenda urbana, a pesar de que todo el mundo hablaba de está, las invitaciones seguían llegando a manos de sus habitantes y estos, sin explicación alguna seguían asistiendo a estos banquetes. La razón era simple, Kandian, hijo del rey demonio de la guerra Akhtur y Maqria una de las Sucubbus más poderosas del tartaro, tenía algo que hacía que todos quisieran estar a su alrededor. Había nacido con la mente y poderes sádicos de su padre y el don de atracción de su madre. Una mezcla peligrosa para unos simples humanos. Su don era tan poderoso, que por una simple fotografía encantaba a sus invitados y estos sin duda alguna asistían a sus fiestas.

Pasaron años antes de que las personas mayores, al ver que la mayoría de sus adolescentes comenzaban a desaparecer, tomaron riendas en el asunto y decidieron marcharse del pueblo, poco a poco las familias comenzaron a disminuir y el duque Kandian quedó sin sus amados juguetes. Es por esto que su familia decidió volver al tártaro, lugar donde podrían traer caos al mundo humano sin necesidad de estar presentes. A pesar de que Kandian no estaba de acuerdo con esto, no podía desobedecer a su padre y mas que nada a su rey.

Cuando era pequeña mi madre siempre me contaba esta leyenda del pueblo cuando le desobedecía, decía que Kandian el duque, me llevaría a su castillo y no volvería a verla jamás. Aún recuerdo cuando era sólo una leyenda, cuando se supone que sólo era una historia para asustar a los niños, pero ahora me doy cuenta de que no ha sido así...

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