Capítulo 12; Serás Mi Protegida.

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Cuando termine de comer me sentía recuperada al cien por ciento, había dormido, había comido, mis extremidades aún dolían un poco por el esfuerzo hecho en las últimas horas, mis muñecas aún tenían marcas de las quemaduras a pesar de que Lilith las había sanado, igualmente habían quedado con unas marcas rojas.

Estaba mirando mis muñecas cuando Fenrir comenzó a lamerlas, sonreí y me di cuenta de que Asmodeo estaba sentado a mi lado mirándome.

- ¿Por qué se comporta así conmigo? - le pregunté - Estoy segura de que es un animal muy fiero.

- Fenrir es una extensión de mis sentimientos - me dijo tranquilamente.

Me quedé pensando por un momento, si lo veíamos de cierto modo, Asmodeo no era del todo malo, el no mataba a sus víctimas, el solo limpiaba el desastre que hacían sus hermanos al comer los cuerpos que ellos dejaban luego de sus masacres que estoy segura, son muy comunes.

Miré por la ventana y como suponía, seguía siendo de noche a pesar de que si no me equivocaba deberíamos estar cerca del medio día. No podía dejar de preguntarme por mis padres, mi hermana y Logan. Estos últimos estaban conmigo en este castillo pero no tenía ni idea de adonde podrían estar escondidos. Deseaba que estuvieran escondidos y no muertos.

Al pensar en lo último un sabor amargo corrió por mi garganta ¿Que haría si en el peor de los casos estaban muertos? Me imaginaba encontrarlos como todas las personas a las que he visto morir en las últimas horas y está escena era demasiado para mi estómago recién llenado. Me dije a mi misma no volver a pensar en eso, debía mantener la fe y la mente centrada para encontrarlos y salir de este lugar, ahora con la ayuda de este demonio al que parezco caerle bien.

- ¿Por qué aún es de noche?

- Una vez que entras al castillo entras al inframundo, es una especie de portal, por esa razón está siempre de noche - dijo - en el inframundo no llega la luz del sol.

- ¿Si salgo del castillo ahora, saldría al inframundo?

- Para alguien que está vivo no es tan fácil entrar al inframundo - dijo con una sonrisa - la puerta del castillo es un portal, ustedes cuando entran por allí, entran a nuestro mundo, y yo por ejemplo que estaba acá abajo, entro por esa misma puerta, pero si sales saldrás a tu pueblo en donde sí hay luz a estas horas, pero si yo salgo por esa puerta puedo elegir entre salir al inframundo o a tu pueblo.

Por más que lo escuchara con atención mi cabeza no podía procesar todo lo que estaba diciendo, no quería creer que en estos precisos momentos me encontraba en el inframundo, en el infierno, en el lugar en donde las almas de los pecadores son torturadas toda la eternidad, ahora tenía miedo de ver por la ventana y ver todas esas cosas horribles que la gente decía sobre el infierno. Como si me estuviera leyendo la mente, Asmodeo me tranquilizo.

- No verás nada del otro mundo aunque te pases toda la eternidad mirando por esas ventanas, como te dije, no es fácil para un vivo entrar aquí o vernos, sólo veras a quienes quieran aparecerse frente a ti.

- ¿Fenrir es un demonio? - Fenrir levantó sus orejas y Asmodeo sonrió acariciándolo.

- No, no lo es. Fenrir viene de nuestros primos nórdicos, es sólo un cachorro que se crió en el inframundo y ahora es mi compañero.

- ¿Hay más como él? ¿Podrían vivir en tierra humana?

- Hay dos más, que son sus hermanos, si pueden vivir en tierra humana pero sería difícil para los humanos vivir con el, mira su tamaño.

En eso el tenía razón, Fenrir no era como un lobo común y corriente, era aproximadamente tres veces mas grande y con una pinta más peligrosa que los lobos normales, sería difícil para alguien acostumbrarse a el.

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