Capítulo 11; Fenrir, No Me Simpátizas.

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¿Que tipo de demonio pervertido y de mala suerte me había encontrado? ¿Algo mejor antes de matarme? Inmediatamente me alejé de él aún intentando cubrirme con la manta que había sacado de su cama, estaba sonrojada y un poco acalorada, aunque no lo quería, mi cuerpo reaccionaba de forma extraña al estar tan cerca de él.

- ¡No te acerques! - corrí hasta quedar detrás de su lobo negro quien me miró ladeando un poco la cabeza y extrañamente moviendo la cola ... No pude evitar reír al verlo tan parecido a un cachorrito aunque tuviera un cuerpo mucho mayor y amenazante. El lobo volvió su vista a Asmodeo, soltó un gruñido amistoso y se puso detrás de mi para comenzar a empujarme hacia su dueño.

- ¡Hey, no, espera! - clave los pies en el suelo para no moverme pero el lobo seguía empujando mi espalda con su cabeza y si me quedaba de pie caería de cara al suelo. Mientras yo luchaba con su cachorro, Asmodeo estaba sentado a los pies de la cama con una expresión divertida en el rostro.

- No dejará de molestar hasta que llegues aquí - Asmodeo apuntó a sus piernas, lo miré y traté de correr a la puerta pero el lobo mordió las sábanas evitando que me moviera y caí al suelo.

- No me caes bien - Dije mirando al lobo y tratando de arrastrarme a la puerta, pero otra vez, lo evitó sentándose delante de esta, resople y me levanté Volviéndome a cubrir. - ¿Que quieres? ¿No vas a matarme? Porque después de todo lo me han hecho creo que eso sería un favor.

Mire a Asmodeo hacia a la cama, pero en un parpadeo ya estaba delante de mi tan cerca que nuestras narices se tocaban y podía sentir su respiración, me miró los labios y luego subió su vista a mis ojos. Antes había visto sus ojos grises, pero eran más de un color plateado con un poco de negro, se veían tan hermosos y exóticos que era inevitable no perderse en ellos.

- ¿En verdad quieres que te mate? Te dejaré escoger como quieres morir, con sólo un movimiento de cabeza, Fenrir se lanzara directamente a tu hermoso cuello y lo arrancara de una mordida - Dijo mirando mi cuello - o puedo dejarte ir y que Lilith te torture hasta matarte.

Toque mi cuello y miré al cachorro que seguía mirando con su cabeza ladeada y sus orejas paradas, en verdad viéndolo así parecía un cachorro. Asmodeo sonrió y caminó hasta sentarse otra vez en la cama apoyándose con sus manos.

- Tu decides Anna.

- ¿Como sabes mi nombre? - fruncí el ceño, el solo se encogió de hombros.

- Se muchas cosas. - miró a Fenrir y otra vez el lobo comenzó a empujarme en dirección a Asmodeo.

- ¿Qué quieres? ¿Por qué no me matas y me comes como dijo Lilith? - estiró su brazo y me jaló hasta la cama, abrazándome por la cintura, me sonroje y traté de alejarme pero tenía tanta fuerza que no movió ni un músculo para evitar que me alejara, de todos modos no podía ir a ningún lado.

- Ya te lo dije, tengo mejores planes para ti y porque no me gusta matar mi comida, pierdo el apetito.

Me tiró a la cama poniéndose sobre mi, tomo mis muñecas poniendo mis manos sobre mi cabeza, mientras que su mano libre la pasó por mi cuello hasta mi ombligo, todo el tiempo mirando mis ojos, a esta altura estaba temblando, ya entendía lo que el quería hacer, lo supe desde que quito mi vestido y quedé en ropa interior, mentiría si dijera que esperaba que no me hiciera nada, después de todo es hermano de quien me quiere matar, es un demonio, un ser que no tiene sentimientos y sólo busca divertirse.

Se acercó a mi, miró hacia abajo hacia mi cuerpo y lamió su labio, de un momento a otro tenía sus labios sobre los míos en un beso que para mi sorpresa sabía bien, su aliento era fresco, seguía con su mano en mi cintura, sus ojos estaban abiertos igual que los míos pero tenían un brillo especial, eran hipnotizadores, podía perderme en ellos todo el día y no me daría cuenta.

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