Los quede mirando a los dos sin saber cómo reaccionar, me acababan de llamar por el nombre de mi madre, y no sabía cómo contestar a eso, el señor que estaba frente a mi comenzó a mirarme de manera preocupada, mientras yo solo podía mirarlos y tragar saliva mientras mi mente era un nudo de confusiones.
- ¿Qué pasa Margaret? ¿Ya te olvidaste de mí desde el último banquete? - Dijo con una sonrisa - Soy Yo, Leviatán.
- Oh, claro... lo siento estoy algo despistada...
Dicho esto pareció relajarse mientras Kandian seguía observándome de manera aburrida como si no me diera ninguna importancia, más allá en un grupo de gente que conversaba y se reía escandalosamente pude ver por el rabillo del ojo a la mujer que nos miraba atentamente, supuse que esa podría ser la madre de Kandian y quien se encontraba a su lado, el chico de ojos grises sería Asmodeo, solamente por sus ojos pude reconocerlo. Mientras Leviatán me seguía hablando de algo que en realidad no le preste mucha atención, vi como la mujer se disculpaba de sus acompañantes y comenzaba a caminar hacia nuestro pequeño círculo en donde conversábamos, llego a nuestro lado y sonrió forzadamente al igual que su pequeño hijo quien en realidad no parecía muy interesado en nosotros.
- ¡Querida! - Dijo Leviatán con una sonrisa, para ser el rey de los demonios no parecía tan tenebroso como sus hijos en cuanto sean mayores. - Esta es Margaret, estuvo en el banquete anterior, en el cual tú no estuviste.
- Un placer conocerte Margaret, soy Bietka.
- Sus nombres son tan extraños, en el momento en el que los dicen se puede adivinar que son extranjeros - Dije con una sonrisa, aunque en realidad no parecía haber sido yo, no era mi intención decir eso, no podría hablarles con tanta naturalidad si en verdad fuera yo quien estuviera frente a ellos. Como no cabía la posibilidad de que fuera yo quien había viajado en el tiempo, no sabría que era exactamente esto, ni porque las palabras salían automáticamente de mi boca y mis acciones parecían estar programadas.
- Son los recuerdos de Kandian y tu madre, Anna.
Abrí bastante los ojos y comencé a mirar a quien me había dicho eso, era Asmodeo, el pequeño Asmodeo quien me miraba fijamente con el ceño fruncido, pero no parecía haber abierto la boca ya que nadie más parecía haberlo escuchado ni haberle dado mucha atención.
- Estás en los recuerdos de ellos gracias a que Kandian entro en tu mente, te dije que no te metieras en problemas Anna.
- ¿Cómo puedes hablarme si no estás aquí? - al parecer él podía oír mis pensamientos y yo los suyos, por lo que me quede mirándolo.
- Primero, deja de mirar a mi antiguo yo de esa manera, se pueden dar cuenta de lo que está pasando, aunque sea un recuerdo del pasado puede afectar el futuro, si ellos se dan cuenta de que Kandian o yo estamos aquí en sus memorias podría ser muy malo para todos.
Al decir eso me di cuenta de que tanto su padre como su madre me estaban hablando diciendo cosas que no lograba entender ya que mi atención estaba mayormente dirigida al pequeño Asmodeo. Deje que el cuerpo de mi madre tomara el control, haciendo y diciendo lo que sea que ella haya dicho o hecho en esos momentos. Solo lograba captar algunos pedazos de la conversación que creía interesante.
- ¿No puedes sacarme de aquí? Es muy raro estar en el cuerpo de mi madre y viendo todo esto...
- ¿No querías saber por qué Kandian dice que eres de su propiedad?
- Si pero....
- Además no puedo hacer nada contra un hechizo de mente de mi hermano, ya que cierta persona - Lo dijo cargando la voz en la última palabra por lo que supuse que se refería a mí - Lo está dejando entrar a su mente.
- Muy bien Margaret es el momento de la cena, por favor sigue a Kandian a la mesa quien te indicara el asiento en donde debes quedarte, yo iré enseguida.
Asentí con la cabeza y miré por última vez a Asmodeo quien asintió levemente.
- Si mi antiguo cuerpo se aleja de ti no podremos comunicarnos, así que pase lo que pase, no entres en pánico y deja que tu madre lo arregle.
- Primero que nada ¿Cómo puedes hablarme?
Pero antes de que me respondiera ya estaba caminando detrás de Kandian hacia la gran sala en donde estaba la misma mesa en donde me había sentado horas antes como Anna. No volví a escuchar su voz ni a verlo por lo que supuse que Asmodeo había salido del castillo o se había perdido en alguna de las habitaciones sin querer participar mucho del banquete que tanto emocionaba a su padre y hermano. La cena estuvo relativamente normal al igual que como lo había sido en la que yo estuve, esta vez no fui a investigar al segundo piso por lo que me quede hasta el final de esta escuchando hablar al padre de Kandian y Asmodeo quien hablaba de unas tierras más allá del océano a las que habían ido a visitar este verano con su familia. Como era de esperarse en ningún momento dijo el lugar de donde provenían, solamente que estaba muy lejos de esta parte del continente.
Mi asiento estaba a un lado de Leviatán quien estaba en un extremo de la gran mesa, en el otro extremo se encontraba su esposa y frente a mí el joven duque. En algún momento de la conversación la atención de padre e hijo estaba fija en mí mientras yo o más bien dicho mi madre se concentraba en cortar su carne sin hacer mayor caso a las dos personas que la miraban fascinados.
- Tienes un alma muy pura, Margaret. - Dijo Leviatán con una sonrisa mientras bebía de su copa, sus palabras me hacían recordar las que me había dicho Asmodeo unas horas antes.
- ¿Disculpa? - Era mamá, totalmente confundida, lo que era de esperarse si ella no conocía el secreto que guardaba esta familia.
- Digamos que tengo un don, un don muy especial - Su sonrisa parecía divertida - y ese don consiste en poder ver el alma de las personas. De todas las personas que están sentadas con nosotros esta noche, eres el alma más pura aquí presente ¿Me dirás tu secreto?
- No tengo ningún secreto, y si lo tuviera, ten la certeza que jamás se la diría al rey demonio, Leviatán.
En esos momentos me sentía... confundida, impresionada, asustada. Mamá había dicho esas palabras con tanta seguridad, sabía quiénes eran, lo que eran pero nada de esto estaba siendo lógico para mí, no podía saber los pensamientos de ella ya que esto son solo imágenes del pasado, y las palabras que salen de mi boca están grabadas en la historia pero sus pensamientos... sus pensamientos parecen inalcanzables para mí en estos momentos.
- ¿Sabes que también puedo ver en ti? Estas enamorada, de un joven de campo ¿Cuál era su nombre?
- Henry. - era Kandian quien parecía tan divertido como su padre, este lo miro y sonrío.
- Oh si, Henry - hizo un chasquido con la lengua en modo de desaprobación - ¿Qué dirían tus superiores si supieran que un bello ángel está enamorada de un humano?
Sentí el cuerpo tensarse mientras sujetaba los cubiertos con toda mi fuerza, apretaba la mandíbula y no podría apartar la vista de Leviatán quien estaba tranquilamente bebiendo su vino con una sonrisa arrogante.
- No deberías haber aceptado el venir a espiarme querida Margaret, ahora estas en problemas.
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¡Holaa! Este cap es más corto de lo normal, lo se, pero debia dejar el suspenso caracteristico.Espero que les este gustando la historia, y que la recomienden ya que no tiene muchas visitas :c
¡¡No olviden dejar su estrellita y su comentario, pronto nuevo capitulo!!
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Masquerade
ParanormalEn el aburrido pueblo de Mahintara, Annabella, una introvertida adolescente de 17 años y deseosa de una aventura, vive una aburrida vida junto a su familia. Cuando Sarcham, un enorme y abandonado castillo con una oscura historia, reabre sus puertas...