Capítulo 15: Carretera y manta

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La fiesta acabó bastante bien. Esa noche bailamos y nos reímos todos mucho. Fue divertido también porque íbamos juntos un grupo grande, ya que estábamos Noah, Mar, Alex, Mario, Layla, tres amigos de Alex, y yo. A pesar de algún que otro comentario que hizo Layla (el cual fue completamente ignorado), todos estuvimos juntos sin hacer el más mínimo gesto que pudiera indicar que unos se llevaban mejor que otros. Los tres amigos de Alex resultaron ser muy majos, y en seguida nos dimos los números para estar en contacto. Se llamaban David, Mateo y Álvaro; y no los había visto nunca. Al parecer se conocían por la universidad y no habíamos coincidido, pero en seguida me cayeron bien. Cuando decidimos irnos de la fiesta Mario se ofreció a llevar a Noah a casa, pero ella lo ignoró por completo y subió en mi coche. Yo lo miré significativamente y sin que me oyera nadie a excepción de él le dije "tú sabrás el porqué". 

Mar subió en la parte de delante conmigo y Noah se sentó en los asientos traseros, pero cuando mi novia preguntó por qué no se iba con Mario ella dijo que habían tenido una pequeña discusión y simplemente se estaba haciendo de rogar. Yo la miré por el espejo retrovisor y cuando me devolvió la mirada, asentí con la cabeza a modo de apoyo. 

Después de dejar a Noah en su casa, dejé a Mar en la suya. Al día siguiente tenía también una cosa que hacer así que dormía en su casa. Después de parar el coche en la puerta vi como se abría la puerta de casa, dejando ver la figura de su padre. 

- ¡No te olvides de pagarle al taxista! - gritó él. 

- ¡A este viaje invita la casa! - grité yo. 

Mar me miró extrañada pero sonrió sin decir nada, me dio un beso y se fue. Justo antes de arrancar bajé la ventanilla y grite

- ¡GUAPA! 

Oí cómo su padre se reía mientras que yo arrancaba y me dirigía hacia mi casa, pero cuando llegué no fue de extrañar ver a mi hermano con cara de planta mustia en la puerta. Saludé al Tango y luego le hable a él. 

- ¿Te has marchitado? Si vas a ser parte de la decoración intenta tener más pinta de flor y menos pinta de arbusto seco. 

- No eres gracioso Marc - dijo él enfadado.

- No lo seré para ti - reí yo.

- ¿Por qué Noah se ha ido contigo y no conmigo? - preguntó.

- Tú sabrás. 

- No. Yo sabré no. Dímelo. 

- ¿No te suena haber tenido una conversación con el padre de Mar dónde dices ser el chico perfecto para ella y aseguras la inexistencia de tu novia? - dije ya con cara de enfado. 

- No me suena. - claramente mintió. 

- Pues que casualidad pero hay gente a la que sí le suena. Esa y otras cosas que has ido diciendo que son mentira. No sé cómo has sido capaz de hacerme esto. ¡Soy tu hermano! Y tú has mentido sobre mi diciendo barbaridades por el único motivo de que estás obsesionado con una chica que no te quiere. NO TE QUIERE. Métete esas 3 palabras en la cabeza porque parece ser que no las coordinas juntas. 

- Tú no sabes si me quiere o no, solo te has dedicado a intentar joderme haciendo que te quiera a ti pero eso puede cambiar.

- Eres un paranoico y no voy a discutir otra vez este tema contigo. Yo no te he jodido a ti, pero si es lo que quieres creer pues allá tú.

- No es lo que quiero creer, es la verdad. Yo tengo razón. 

- Mario, no tienes razón. Basas todos tus argumentos en las cosas que ves, te formas ideas en la cabeza que no son reales, y justificas todos tus hechos con el único argumento de que "tú tienes razón". Ni siquiera sabes porque dices tener razón, simplemente te obcecas en que la tienes y hasta se te olvida qué defiendes. Te contradices a ti mismo y mientes demasiado para conseguir los fines. Estás dando muchas vueltas y tergiversando demasiado las cosas. Grábate en la cabeza estas palabras "el fin no justifica los medios"; te lo digo como un consejo. Y además, para empezar me gustaría saber la razón por la que volvió Layla. Tengo una leve sospecha. 

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